8.

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Un nuevo día amaneció en Konoha, y la luz del sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Sakura. Ella se despertó abrazando con fuerza su peluche de dinosaurio, sintiendo la calidez y la seguridad que le ofrecía. Sin embargo, su mente se llenó de recuerdos oscuros: la fría habitación del laboratorio, la figura amenazante de Danzo, los gritos que resonaban en su mente. Cada vez que intentaba dejar atrás esos pensamientos, un escalofrío la recorría.

Fue entonces cuando Sasuke, con una expresión serena, se acercó a la puerta de su habitación. Llamó suavemente, y cuando Sakura escuchó su voz, sintió un pequeño alivio.

—Sakura, ¿estás lista? —preguntó, abriendo la puerta con cautela.

Al verlo, Sakura se sobresaltó y se abrazó más fuerte a su peluche, recordando instantáneamente a Danzo. El miedo volvió a invadirla, y su corazón comenzó a latir con fuerza.

—No... —murmuró, su voz temblorosa.

Sasuke notó su reacción instantáneamente y se acercó más, manteniendo su tono suave y tranquilizador.

—Hey, está bien. Soy yo, Sasuke —dijo, bajando la mirada hacia ella con preocupación—. No tienes que tener miedo. No estás sola.

Sakura levantó la vista hacia él, sus ojos grandes y asustados. Sin embargo, algo en su voz y en su presencia comenzó a calmarla. Sasuke siempre había sido su protector, y en ese momento, ella necesitaba que él fuera su roca.

—¿Sasuke-kun..? —preguntó, su voz apenas un susurro—. ¿Qué pasa si él vuelve?

—No dejaré que eso suceda —respondió Sasuke con firmeza, su mirada penetrante llena de determinación—. Lo prometo. Vamos a salir y hacer algo divertido hoy. Solo tú y yo.

Sakura asintió lentamente, sintiendo que su confianza en él comenzaba a restablecerse. Se levantó de la cama, aún abrazando su peluche, y dio un paso hacia él.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó, intentando ocultar su ansiedad.

—Te llevaré a ver a Naruto y a los demás. Podemos ir al parque y jugar un rato. Te hará sentir mejor —dijo Sasuke, ofreciendo una pequeña sonrisa que iluminó su rostro.

Sakura sonrió tenuemente, sintiendo que el calor en su pecho comenzaba a regresar. La idea de salir y pasar tiempo con sus amigos parecía una buena forma de distraerse.

—Está bien, vamos —respondió, aunque un atisbo de preocupación aún se asomaba en su mente.

Mientras se dirigían hacia la salida, Sasuke caminó a su lado, siempre atento a cualquier señal de que Sakura se sintiera incómoda.

—Recuerda, si sientes miedo o necesitas ayuda, solo dímelo —le dijo, con un tono sincero—. Siempre estaré aquí para protegerte.

Sakura lo miró y, a pesar de sus temores, sintió una chispa de esperanza. Tal vez, con el apoyo de Sasuke y sus amigos, podría superar el miedo que la atormentaba. así, salieron de la casa

Sakura y Sasuke caminaron juntos por las calles de Konoha, disfrutando de la luz del sol y el aire fresco de la mañana. Mientras conversaban, se acercaron al parque, donde se encontraron con Naruto, Kakashi, Guy, Itachi y Shisui. La alegría en el ambiente era contagiosa, y la sonrisa de Sakura se amplió al ver a sus amigos.

Bᴀʙʏ ᴍɪssɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora