12.

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Después de la tensa conversación, la familia Uchiha se despidió de Sakura con afecto, cada uno mostrándole su apoyo antes de regresar a casa. Sasuke fue el último en salir, y al inclinarse hacia Sakura le dedicó una leve sonrisa de ánimo, prometiéndole que volvería a visitarla pronto.

Minato, observando la escena con comprensión, se acercó a Sakura una vez que se quedaron solos. Con un tono suave, le preguntó:

—¿Cómo te sientes, Sakura? Sabemos que has pasado por mucho, y si necesitas algo, solo dilo.

Sakura asintió, agradecida pero aún un poco retraída. Aunque su voz era suave, logró decir:

—Gracias, Hokage-sama... Siento que voy mejorando, pero aún tengo recuerdos que no logro apartar.

Minato asintió, comprendiendo la profundidad del trauma que había sufrido, y le prometió que no descansarían hasta que estuviera completamente recuperada y segura.

Por otra parte, mientras los Uchiha regresaban a su hogar, Shisui caminaba junto a Itachi, y su expresión estaba teñida de preocupación. Bajando la voz, le comentó:

—Itachi, lo de los ANBU me inquieta. Si estaban dispuestos a atacar para proteger el laboratorio de Danzo, podrían volver a ser un problema. No sabemos cuántos podrían seguir apoyándolo en las sombras.

Itachi asintió, sus ojos serios.

—Tienes razón, Shisui. Necesitamos estar atentos y asegurarnos de que nadie más intente acercarse a Sakura o a nuestra familia. Quizá podamos vigilar sus movimientos sin llamar demasiado la atención. —Ambos compartieron una mirada cómplice

Por otra parte, tras una breve conversación reconfortante con Sakura, Minato se despidió de ella con una sonrisa, asegurándole que pronto estaría mejor y que toda la aldea estaba para apoyarla. Luego, regresó a su casa, deseando un momento de calma tras el agotador día.

Sakura intentó dormir, pero las imágenes del laboratorio la perseguían. En su mente, Danzo volvía a sostener las jeringas, frías y amenazantes, acercándose una y otra vez mientras ella no podía escapar. De repente, se despertó sobresaltada, con el corazón latiendo acelerado, empapada en sudor y lágrimas recorriendo sus mejillas.

Mientras intentaba calmarse, escuchó un leve crujido en la ventana. Al voltear, vio la sombra de un ANBU observándola desde afuera. El miedo la paralizó por un segundo, y un grito ahogado escapó de sus labios. Sin pensarlo dos veces, se llenó de pánico y gritó con todas sus fuerzas:

—¡Sasuke!

El sonido de su voz resonó en la habitación, y en un instante, pasos apresurados se escucharon acercándose a su cuarto.

Tsunade entró rápidamente al cuarto y encontró a Sakura temblando y llorando desconsoladamente. Sin dudar, se acercó y la abrazó con firmeza, permitiéndole soltar sus lágrimas en su hombro. En ese momento, un fuerte instinto de protección se encendió en el corazón de Tsunade, como el de una madre decidida a proteger a su hija de cualquier peligro.

—Tranquila, Sakura —susurró, acariciando suavemente su cabello—. No dejaré que nada ni nadie te haga daño otra vez. Estoy aquí para protegerte.

Sakura sintió consuelo en esas palabras, y aunque el miedo no desapareció del todo, el abrazo de Tsunade le dio un poco de paz.

Bᴀʙʏ ᴍɪssɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora