Capítulo 3

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A la defensiva

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Despertó porque su instinto de supervivencia se lo ordenó al escuchar una puerta cerrarse. Se sentó de golpe luego de tomar una bocanada de aire y vio sus manos temblar mientras apretaba las sábanas de la cama. Al volcar su mirada sobre el costado derecho lo encontró vacío. Donghae no estaba. Sin embargo, le bastó mirar hacia la entrada para topárselo con la mano en el picaporte, como si acabara de llegar. Lo miraba con el ceño fruncido y un cepillo de dientes en su boca. Llevaba el cabello mojado y una toalla en los hombros.

—¿Estás bien? —le preguntó Donghae. Hyukjae encontró sus gafas en la mesita de noche y se las colocó apresuradamente. Se levantó de un salto y lo tomó de la mano.

—Aquí es-estuvo… Yo de-desperté y ahí estaba… É-él te-tenía un cuchillo… —balbuceó casi incomprensiblemente, tironeando su mano para salir del departamento. Tenía miedo y no se arriesgaría a que el asesino todavía estuviera por ahí.

Donghae, frunciendo el ceño, se sacó el cepillo de la boca y lo miró extrañado.

—¿Qué dices?

—Mientras estábamos dormidos una persona estuvo aquí. Llevaba puesto el disfraz de esa estúpida película y tenía en la mano un cuchillo. Hablaba por teléfono con alguien y le decía algo sobre un juego. Traté de pedirte ayuda, pero estabas dormido. Cuando me vio despierto me hizo una seña para que me callara y luego… creo que me desmayé —relató tratando de encontrar las palabras adecuadas, pero se arrepintió casi al instante. Donghae lo observaba como si le hubiera salido una segunda cabeza del cuello. Acto seguido lo abrazó y le acarició la espalda. Hyukjae bajó la mirada mientras su cara se ponía roja. Sabía perfectamente que sonaba a locura… —. Te juro que es cierto.

—Hyuk, fue un sueño —le dijo de manera tranquilizante—. No hay forma de que un intruso entre aquí, y de ser cierto ¿por qué lo haría?

—¿Para ocultarse?

—¿Y por qué no nos hizo daño?

—Pues, pues… —era cierto, no tenía sentido—. De todos modos revisa la puerta, por favor —le pidió volteando al suelo y hacia los lados, intentando encontrar huellas o algún rastro del intruso. Se sintió tan real que le resultaba imposible asimilarlo como un sueño.

Donghae se separó de él y abrió la puerta, mostrándole la chapa.

—¿Ves? Está en perfectas condiciones. Si la hubieran forzado estaría rota, o por lo menos tendría un rasguño. El único que tiene las llaves de esta habitación soy yo, así que puedes estar tranquilo.

—Pe-pero…

—Mira, el domingo pasado viste por accidente el cadáver y, ahora, con el interrogatorio de los policías, es obvio que tu mente se saturó de este tema. Tampoco debimos beber tanto, lo siento por obligarte.

—No me obligaste —discrepó Hyukjae inmediatamente.

—Igual no estuvo bien… ¿Quieres que te lleve a casa ahora? —preguntó, Hyukjae asintió, pero con el pánico diluido pudo por fin notar que Donghae, de hecho, no estaba en la habitación cuando él despertó.

—¿Dónde estabas tú?

—Fui a las duchas —le respondió con obviedad, sacudiendo un poco su cabello de manera juguetona para que las gotas lo salpicaran.

—Hace un montón de frío y es tarde ¿por qué te bañaste?

Donghae levantó las cejas y soltó una carcajada.

—Nadie me había cuestionado nunca ser limpio —bromeó—. Cuando tengo resaca tomar una ducha me alivia bastante.

Hyukjae entonces enrojeció ¿Por qué le había preguntado esa tontería?

Bloody mirage (Haehyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora