Capítulo 4

122 24 17
                                    

La máscara de un desconocido

1

Hyukjae supo que algo andaba mal incluso una cuadra antes de llegar a la escuela. La mañana del martes debía ser pacífica, pero en su lugar había caos en todos lados: montones de coches policiales, periodistas por docena, alumnos corriendo de un lugar a otro, profesores y autoridades tratando de bloquear la puerta principal, etc.

No entendía qué estaba pasando. Algunos chicos se subían a los hombros de otros y se estiraban para intentar ver más allá del jardín central. Se arremolinaban en la entrada y levantaban sus teléfonos celulares.

Pronto se vio emerger a lo lejos del campus un equipo de policías que escoltaban a dos largas filas de muchachos. Muchos iban en pijama, y otros sostenían cerca de sus rostros bolsas de papel o trapos. Entre ellos, Hyukjae alcanzó a reconocer a Donghae.

—¡Hae! ¡Hae! —le gritó trotando hacia él. Donghae rompió la fila y fue a abrazarlo. Los policías debieron decirle algo, pero prefirieron atender el desastre que se suscitaba a su alrededor —¿Qué pasó? ¿Explotó una bomba o algo así?

—No, en lo absoluto —dijo Donghae sacudiendo la cabeza. Abrazó a Hyukjae por los hombros y pronto comenzaron a caminar lejos del bullicio—. Encontraron un cuerpo en la residencia donde vivo.

—¡¿Qué?! —gritó Hyukjae. Donghae asintió.

—Nadie se había dado cuenta hasta hace una hora —continuó. Hyukjae revisó su reloj de pulsera y encontró que eran las siete de la mañana—. Alguien lo desnudó y lo ató con cuerdas en el mástil donde izan la bandera, en la azotea. Estaba igual que el chico del sábado: abierto de arriba abajo. Además le escribieron con sangre la palabra “Stab” en el pecho.

Hyukjae abrió redondos ambos ojos y se llevó las manos a su propio pecho.

—No puede ser…¿Estás diciéndome la verdad? ¿Tú lo viste?

—Yo lo vi… —afirmó Donghae—, claro, desde abajo mientras la policía nos evacuaba.

Tras quedarse un rato en silencio, Hyukjae frunció el ceño al recordar algo.

—¿No fuiste a tu clase?

—¿Uhm?

—Ayer dijiste que tenías una clase a primera hora, pero estabas en la residencia…

—En realidad iba de salida. Se me hizo un poco tarde porque me quedé dormido —respondió, rascándose la nuca.

—Seguro te quedaste dormido por haberme llevado tan tarde ayer a casa. Lo siento —dijo Hyukjae, acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja y olvidando momentáneamente el horror que azotaba el campus.

—No tienes qué disculparte. Yo quiero llevarte siempre, sobre todo ahora que al parecer las cosas se pusieron peores…

Donghae fue interrumpido por el llanto desgarrador de una chica que se escuchaba más que cualquier murmullo. Ambos se giraron hacia el sonido, descubriendo a un par de policías que intentaban calmar a Liv. Junto a ella estaba Matt, abrazándola protectoramente por los hombros.

—Esa es… —murmuró Hyukjae. Donghae asintió, pero ambos se quedaron callados para poder escuchar un poco de lo que la chica gritaba.

—Oficial, estoy casi segura de que se trata de nuestro amigo Ethan Illich ¿por qué no hacen nada? —preguntó mientras sostenía su teléfono con ambas manos. Tenía el cabello rubio despeinado y el rostro tan rojo que parecía correr el riesgo de explotar en cualquier momento.

—Señorita, debido al lío muchas personas no encuentran a sus amigos, pero eso no significa que hayan sido la nueva víctima del asesino. No hay motivo para pensar desde el principio en lo peor —intentó explicarle el oficial, pero ella solo lloró más fuerte y enterró el rostro en el pecho de Matt.

Bloody mirage (Haehyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora