Capitulo XIII

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Ranma

Es verdad que había estado rara desde que había vuelto a casa de su largo viaje, pero lo que ocurrió ayer en el patio de la casa pasaba de castaño oscuro, Shampoo seguía en nuestra casa recuperándose de la paliza que le había propinado Akane, y ella no se había canteado de su lado haciendo que se recupera bien de todas sus heridas. Estaba en el pasillo de arriba esperando a que Akane de una buena vez saliera de esa habitación para interceptarla y poder hablar con ella.

- Shampoo ahora mismo vuelvo con algo de comer. - dijo Akane saliendo y cerrando la puerta tras de sí.

- Akane podemos hablar un momento? - no se debía esperar que estuviera allí, ya que dio un respingo en cuanto escuchó mi voz, me miró unos segundos y continuó su camino.

- Vamos Akane, tengo que hablar contigo!!. - se dirigió a las escaleras, y yo la paré en seco agarrándola del brazo haciendo que se giraba para mirarme.

- Yo no tengo nada que hablar con alguien a quien no le importo nada...- me miró con desprecio, pero mi agarre no disminuyó.

- Bueno pues, aunque tu no quieras, yo sí que quiero preguntarte un par de cosas y espero respuestas. - estaba tensa, pero dejó de forcejear porque sabía que yo no la soltaría. y una vez más tranquila empecé a intentar entablar una conversación.

- Primero, ¿que fue eso de ayer, que demonios te pasó? - solté su brazo y no hizo intención tampoco de huir de mí, así que me crucé de brazos esperando contestación, ella me sostenía la mirada y yo se la sostenía a ella.

- Ya dije ayer que durante mi viaje había aprendido muchas cosas, buenas y malas, he tenido que sobrevivir a muchas cosas... Y cosas que hicieron que en mi se despertara algo que estaba dormido. - me seguía sosteniendo la mirada, pero ahora se había abrigado con sus propios brazos, y notaba como había empezado a temblar.

- Y por qué te comportas así ahora con Shampoo, ayer aparentabas odiar a todo el mundo, y sobre todo shampoo, casi estuviste a punto de matarla, y ahora eres un alma caritativa? No me creo nada de esto Akane.- dije acercándome más a ella, había dejado de temblar y había pasado a estar relajada y con una mirada felina.

- Te vuelvo a repetir que en mi viaje me enseñaron muchas cosas, una de ellas entre muchas, es que si no tienes ningún motivo para guardarle ningún tipo de rencor a tu contrincante, después de la lucha ayudarle a recuperarse, pero si por el contrario sí que las hay... Remátalo.- ahora era ella la que me daba miedo, en qué clase de persona se había convertido, nuestra dulce Akane, que no sabía hacerle daño ni a una mosca.


Akane

- Oye Akane, quiero saber si te vas quedar con Ranma.- Shampoo estaba echada en la cama y yo estaba recogiendo los platos de la cena, para bajar a fregarlos, me pilló de sorpresa esa pregunta.

- No shampoo, no quiero a Ranma... Me dejó bastante claro el otro día que si había vuelto aquí no era por mí, y que no le importaba... Así que todo para ti. - termine de recoger las cosas y me dirigí abajo para fregar y recoger. - Descansa un poco más, tus heridas están sanando mejor de lo que esperaba. Mañana a primera hora podrías volver a casa con tu abuela si quisieras, yo te acompañare. - le dediqué una sonrisa y salí de la habitación.

No esperaba que hubiera nadie en casa, ya que por unas cosas o por otras todos habían salido, había fregado y recogido el desastre que habían dejado en el salón, ya que Kasumi había salido a cenar, habían aprovechado para dejar echo toda una pocilga. me apetecía ver un poco la tele así que fui al salón, pero antes de encenderla noté una figura en el jardín, junto al árbol que ayer destruí, no sabía quién era así que me puse tensa y en defensa, por si quería atacar, me fui acercando poco a poco y me di cuenta de que no era ningún intruso.

-Papá ¿Que haces aquí afuera, no has ido con los demás? - pregunte poniéndole una mano sobre el hombro a lo que se giró me di cuenta de que su mirada era de una inmensa tristeza.

- Akane, ¿sabes lo que era este árbol? - se volvió para volver a mirar lo que quedaba del árbol, - Este árbol lo plantó tu madre cuando tu naciste, con cada una de tus hermanas plantó una cosa, y contigo fue este árbol, era hermoso en primavera cuando florecía.

No sabía que ese árbol lo había plantado mi propia madre, a la que tanto echamos de menos en esa casa, yo era muy pequeñita y pocos recuerdos tengo de ella, tengo un recuerdo muy difuso en el que, sí que nos recuerdo a mi madre y a mí una mañana de verano muy calurosa bajo la sombra de este árbol, que aún no era tan grande como lo era ayer, pero lo fresquito que se estaba, y la bonita melodía que me cantaba mi madre.

- Lo... Lo siento papá. - sin darme cuenta una lágrima se había escapado y descendía por mi mejilla.

Mi padre se giró hacia mí y me seco la mejilla, dándome su calor.

- No pasa nada, volveremos a plantar otro como hizo tu madre con tanto cariño, y volveremos a recordarla todos juntos.- me dijo pasándome un brazos por los hombros, haciendo que los dos mirásemos las raíces del árbol.- Pero Akane, desde que volviste estas muy rara, no noto que seas mi pequeña niña, mi niña cariñosa, dulce y sonriente que antes eras, y eso a papá le duele, me gustaría poder volver a ver a mi pequeña Akane.- la tristeza de su mirada había pasado a ser una que pedía que volviera su pequeña.

- No te prometo gran cosa papá, han pasado muchas cosas que me han hecho cambiar, por lo que puedo apreciar estos días a peor... Pero, intentaré encontrar en mi algo de tu niña pequeña. - le di un gran abrazo y me dirigí a mi habitación para descansar, estar todo el día cuidando de una lisiada era agotador.

Me puse algo fresquito ya que estaba haciendo demasiado calor y me metí en la cama, tapada con mi sábana, cerré los ojos y a los pocos segundos dejé que Morfeo me llevase con él.

Ranma ½Donde viven las historias. Descúbrelo ahora