Capitulo XXV

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- No puedes hacer esto como si fuera lo más normal del mundo y después decir, vale, lo he hecho yo. - le dije apuntándole con un dedo acusador.

Ranma se acercó poco a poco hasta mí, me agarró de la barbilla y me hizo mirarle a los ojos.

- Lo siento, pero ya no sé de qué manera puedo protegerte más que teniéndote a mi lado, día y noche. - me dijo soltandome y sentándome con las manos en los bolsillos en el borde de la bañera.

- No pienso decir nada de lo que pasó, olvidemos lo que ha pasado y centrémonos en nosotros ahora mismo, porque tengo un lío en la cabeza que no sé ni por dónde empezar. - empecé diciéndole, cogiendo mi ropa para empezar a vestirme.

- Es muy fácil Akane, no me puedo olvidar de ti, no hay manera posible. - dijo bajando la cabeza. - Ni siquiera cuando me fui de aquí pude olvidarte. - volvió a levantar la cabeza, mirándome con esos ojazos azules que cada vez me atraían más.

- Yo solo te pido...- mis palabras fueron acalladas por unos golpes en la puerta del baño.

- Akane, llevas mucho rato en el baño, sal ya! .- oíamos chillar a Nabiki desde fuera. - ¡En esta casa vive más gente aparte de ti! -

Me puse la ropa que había cogido lo más rápido que pude, y me dispuse a salir, pero noté la presencia de Ranma en mi espalda.

- ¡¿Que haces?! Sal por la ventana, que crees que pensara si nos veamos juntos? - dije al mismo tiempo que mis mejillas se encendían. - Y haz el favor de abrocharse la camiseta y peinarte un poco. - dije pasándole la mano por los cuatro pelos que seguramente le había alborotado yo misma con las manos.

- Está bien, pero esta noche hablaremos tú y yo, en tu habitación. - con eso salió disparado por la ventana, y a los pocos segundos se escuchó la puerta de la entrada.

- ¡YA ESTOY EN CASA!. - lo escuché gritar desde la planta de abajo. Salí del baño y me encontré con una Nabiki, muy apurada.

Me dio un empujón para qué saliera del baño y poder entrar ella.

- Lo siento Akane, pero llevas mucho rato en el baño. - dijo mientras entraba y cerraba tras de sí dando un portazo.

Volví a mi habitación para secarme un poco el pelo con la toalla y fui a abajo para saludar y cenar algo si es que habían dejado, bajé los escalones y me encontré con Ranma que subía con una tostada metida en la boca.

- Ya no hay mucho que picar, han dejado pocas cosas. - nos cruzamos por las escaleras y él aprovechó el cruce para darme una palmada en el trasero.

No esperaba esa reacción de Ranma y reacciona intentando dar un codazo, pero fue más rápido que yo y subió los pocos escalones que quedaban de un salto, se quitó la rebanada de pan de la boca y me saco la lengua en forma de burla.

Había bajado al salón a comer algo ya hacer algo de vida familiar, ya que últimamente entre unas cosas y otras no es que hubiéramos hablado mucho, y me encontré con que mi padre y el padre de Ranma estaban jugando en el porche, Kasumi estaba fregando y canturreando y Nabiki me había quitado el baño.

- Buenas noches familia. - dije sentándome en la mesa y cogiendo una rebanada y untándose queso que tenía en la mesa.

- Buenas noches hija, que tal te ha ido hoy. - poco a poco se me atragantó la tostada.

- Bueno... No ha ido mal. - pensando en el momento qué había pasado en el baño con Ranma, ese desde luego había sido el mejor momento del día.

- Akane por favor me puedes ayudar un momento a recoger las cosas? - me dijo Kasumi desde la cocina.

Ranma ½Donde viven las historias. Descúbrelo ahora