capítulo 12

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Capítulo 12:

Naruto se quería quejar, el no era ningún niñero. Apartando el hecho de que el chico tenía 17 años. A su edad él estaba controlando su animal.

— Yo no quiero quedarme contigo quiero ayudar a Sasuke. Quiero mostrarle lo que he aprendido desde que se fue, seguro que se asombra —Naruto comenzaba a sospechar que el muchacho quería a su pareja de más. Él nunca se llevó así con ninguno de los entrenadores.

— Ya somos dos —ambos estaban caminando, Naruto quería volver a entrar si su madre le había castigado sin misiones. Ya se veía los meses siguientes haciendo rondas por la ciudad para captar nuevos cambia formas como hacían los novatos.

— ¿Dónde estamos yendo? —preguntó Konohamaru caminando a la misma velocidad que Naruto.

— A entrenar —Naruto no le apetecía hablar con el joven.

— Lo sabía te has sentido amenazado por mi presencia. Seguro que Sasuke ha estado hablando de mí. Si pretendes darme una golpiza te darás una sorpresa —el chico de cabellos castaños estaba ilusionado porque lo viera como un rival. Aunque Naruto no lo veía así no le dio importancia

Al llegar pudo ver que había una sala vacía.

— Bien, enano, si quieres luchar lucharemos. Te dejaré ropa deportiva —Ambos se dirigieron a los vestuarios cuando estuvieron listos se pusieron en forma de ataque. Como Naruto supuso no fue difícil vencerle. Iba a ser una tarde muy larga.

Sai fue llamado por la alfa a su despacho. No sabía para que le querían solo le comunicaron que tenía que ir. Gaara lo acompañó hasta la puerta. El guardia que lo acompañaba no dejaba pasar al pelirrojo.

— No pienso dejar a mi pareja solo —Gaara hizo que su esencia animal inundase el pasillo. Su voz se hizo gruesa, el mismo no sabía por qué tanto secretismo, la alfa no lo separaría se Sai si supiera que es su pareja.

En ese momento sale la alfa del despacho por la voz de Gaara.

— ¡Se puede saber qué es todo este escándalo! —la alfa intentaba organizar los equipos que irían en búsqueda de las dos serpientes— Ah, ya estás aquí —miró a Sai.

— No pienso dejar a Sai solo en ningún momento —Kushina se giró a verle para decirle que el moreno no estaba en peligro, ella creía que Gaara se preocupaba por su misión hasta que por sus fosal nasales entró el aroma de los dos muchachos. Se puso la mano en la cabeza y suspiró.

— Está bien, pasad los dos dentro. —Les hizo espació para que pudieran pasar al interior— Buen trabajo —le dijo al guardia antes de que se vaya, este agachó su cabeza y se fue.

Dentro del despacho los dos chicos se habían acomodado en el sofá.

— Sai te tengo una pregunto, no miento, varias. —se puso en frente de ellos se intentó serenas ya que los equipos que había reunido eran el de Sasuke y dos más, no estaba seguro como le iría a los equipos porque hace mucho que no peleaban contra cambia formas serpiente— ¿Sabes quiénes son tus padre? Me refiero a si los has conocido y visto.

Sai lo miró sorprendido, él se había criado en un orfanato desde los 4 años, una de las profesoras así le dijo y cuando se tuvo que marchar de la casa le entregó una carta, había una foto en su interior que en la parte de atrás ponía "Papá y mamá esperando a Sai". La foto era bastante vieja pero no dijo nado. En un ataqué de frustración cuando se puso a estudiar en la universidad por una beca los dibujó, solo por el hecho de que "a la familia se quiere" no tenía ningún sentimiento hacía esas personas pero en sus más pequeños recuerdo de infancia tenía la imagen borrosa de alguien de cabello negro largo y otro de pelo claro. Supuso que eran sus padres, era todo lo que sabía y recordaba de su familia.

El híbrido excluido (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora