Capítulo 13

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Capítulo 13:

Esa noche los tres equipos estuvieron recogiendo todo lo posible para que se investigue sobre Orochimaru. A cada paso que daban se encontraban con otro problema, los líquidos encontrados eran soluciones ya conocidas y que tenían en su propio laboratorio. Parecía ser un laboratorio normal no tenía nada extraño, solo en las carpetas encontradas en un archivador les dieron una pisa en lo que trabajaban. Había muchos papeles donde trataban sobre la reproducción in vitro pero no en el vientre de una mujer sino en un recipiente. En los dibujos que explicaban el proceso no se podían entender porque la lengua que utilizaban era desconocida al igual que muchos de los papeles claves.

Durante ese tiempo la alfa solo pudo dormir tres horas, sus ojeras se mostraban remarcadas bajo sus ojos. Ella intentaba colaborar en lo que podía pero le tiraron directamente del laboratorio y la pusieron al despacho para que aprobara algunos de los métodos. Fue su marido quien al final la convenció. La hizo dormir en el sofá de su despacho, él hacía de almohada para ella y también dormitó junto a ella.

En la mañana siguiente la abuela Chiyo ya había descubierto y entendido medianamente lo que hacía Orochimaru, quería explicárselo a Sai ya que creía que tenía derecho a saber sobre su pasado, después de todo sabía que cuando Shin, padre de Sai, era joven se pasaba tardes diciendo que quería encontrar a su pareja y al hijo que tuvieran llamarle Sai. La última vez que lo vio fue cuando se iba con su familia y le decía que algún día volvería a mostrarle a su hijo. Quien diría que sí lo conocería pero sin la presencia de su padre y su madre. En el laboratorio encontraron la carta de pedido que hicieron los padres a Orochimaru para que creara a Sai. Quería mostrárselo para que conociera mejor a sus predecesores. Pronto los encontró en su dormitorio, ellos acababan de despertarse.

— Buenos días, Sai —le saludó Chiyo.

— Buenos días, abuela Chiyo —Sai le dejó entrar, él y Gaara ya habían ido a desayunar. Algunos de los guerreros le miraban de reojo supuso porque era un león de pelaje oscuro o por lo menos es lo que oyó a uno de ellos. Aunque no escuchó a ninguno decir nada sobre la misión de emergencia de ayer por la noche. Seguramente nadie dijo nada.

Gaara parecía aun tener sueño, al ver a la señora bostezó y la saludó debidamente.

— ¿Querías algo de nosotros? —preguntó Sai mientras se acomodaba en el sofá junto a su pareja.

— Sí, es algo que te deben Sai —el pelirrojo intuía que es lo que quería la mujer mayor en cambio Sai la miró extrañado. En respuesta Chiyo continuó hablando— Tus padres.

Sai se puso en pie cuando oyó lo último, él ya había decidido que aquello no le interesaba. Había nacido después de que sus padres murieran, 60 años después, ¿qué sentido tenía eso? ¿Qué es lo que iba a ganar con saber algo de ellos? ¿Sus nombre? ¿Cómo eran ellos? ¿Qué es lo que tenían planeado para él? ¿Por qué se lo pidieron a aquella serpiente?

Gaara le había visto con esa expresión anoche cuando mostró su dibujo a la alfa, pero creía firmemente que Sai debía de saber sobre sus padres. Tenía que hacerlo porque eran personas que deseaban su existencia tanto como la agradecía él.

— Te escuchamos, abuela —fue Gaara quien respondió por los dos. No quería obligar a su pareja pero sabía que se podría arrepentir en un futuro si no lo oía.

La anciana esperó a que Sai se volviera a sentar para poder hablar.

— Sai, conocí a tu padre de adolecente, se parece bastante a ti —le dijo mientras le acariciaba ligeramente una de sus mejillas— cuando se fue de la aldea dijo que te presentaría ante mí, de eso hace ya mucho tiempo. Pero hay algo que no cambio incluso después de su muerte. Y es el amor por que tuvo por ti. —la mujer saca un sobre algo corroído por el tiempo.

El híbrido excluido (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora