Saishū-tekina Noroi

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Saishū-tekina Noroi, era una maldición con la cual siempre tendrían que lidiar, bagaba por el mundo atrayendo las malas energías y probocando enfermedades, pandemias y guerras, pero cada año atravesaba Japón y ahí era donde los hechicera se encarg...

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Saishū-tekina Noroi, era una maldición con la cual siempre tendrían que lidiar, bagaba por el mundo atrayendo las malas energías y probocando enfermedades, pandemias y guerras, pero cada año atravesaba Japón y ahí era donde los hechicera se encargaban de disminuir su carga lo más que podían. Y ya era hora de que pasara, se encontraban en él centro de Tokyo esperando que pasara por el templo de las orquídeas donde se llevaría acabo, lo que no sabían era que la maldición se desviaria y comenzará a causar problemas en la escuela del Jujutsu.

...

El templo de las orquídeas estaba repleto de actividad, una mezcla de tensión y adrenalina palpable en el aire. Cada año, cuando Saishū-tekina Noroi atravesaba Japón, los hechiceros debían alistarse para contener la maldición y evitar que sus efectos fueran devastadores. Aquel era el día, y aunque el plan estaba trazado, había algo distinto en el ambiente, un murmullo de advertencia que hacía eco en cada rincón del templo.

Te encontrabas junto a Shoko, quien organizaba frascos de medicina y suministros mientras tú revisabas las vendas y el equipo de primeros auxilios. Cuando los hechiceros comenzaron a llegar con heridas leves y severas, ambas se pusieron manos a la obra.

—¡_____! —llamó Nitta, señalando a un hechicero que estaba siendo traído en camilla con una profunda herida en el brazo—. Otro más, parece que fue atacado por una maldición de segundo grado.

Asentiste con una sonrisa de pura emoción, arremangándote para aplicar tu técnica.

—No hay problema, Nitta. Hoy podemos con todos, ¿no, Shoko? —dijiste, observando cómo ella trabajaba con precisión, aplicando hechizos y hierbas a las heridas de otro hechicero. Shoko te lanzó una sonrisa tranquila, aunque podía verse su cansancio.

—No te emociones demasiado, _____. Vamos a necesitar tu energía durante todo el día —te advirtió, aunque había una chispa de aprobación en sus ojos.

Te agachaste junto al hechicero herido y sin que muchos lo esperaban lo apuñalaste justo en el corazón, justo cuando estaba dando su ultimo aliento de vida comenzaste a concentrar tu energía en la herida, aplicando tu técnica de curación en un área más amplia que de costumbre. Sentiste cómo tu poder fluía y sanaba los tejidos, ayudando a estabilizar al hechicero, lo que muchos no sabian era que la persona tenia que estar al borde de la muerte para que pudieras aplicar tu ritual.

—Increíble... —murmuró el joven hechicero, mirando su brazo curado—. Gracias, _____, pero...porfavor no lo repitas.

—De nada, no te esfuerces demasiado aún —le respondiste, y él te sonrió antes de ser ayudado a un lado por Nitta.

Un rato después, los heridos seguían llegando. Las maldiciones menores aprovechaban el caos para atacar y complicar la situación, lo que significaba que tendrías la oportunidad de seguir utilizando tu técnica. Pasaste las horas casi en un trance de euforia, curando uno tras otro, sin darte cuenta de la cantidad de hechiceros que habían pasado por tus manos. Finalmente, Shoko terminó de tratar a uno de los últimos pacientes y se acercó a ti con una expresión suave y orgullosa.

🅱🅻🅾🅾🅳 ( Noritoshi Kamo y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora