【Para Kim LeeHan que estudiaba en la faculdad de Ciencias de la física, él aseguraba que todo tenía una teoría, y cuando su amigo Han TaeSan le pide ayuda con una chica, se pone una meta de que él sería el primero en descubrir aquella teoría, ¿Y qué...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Solté una breve risa al sentir comoSungho empezó una guerra conmigo con el agua, mi labio inferiortitireteaba, había demasiado frío, pero eso no era impedimento paraseguir jugando dentro del agua. Miré rápidamente a mí alrededor, ymi mirada se posó en aquella pareja sentada en un tronco, mi sonrisadesapareció, la chica descansando en el pecho de Taesan, y yo nopodía protestar, pues él no era mío, ni nada parecido, y esodolía.
—Leehanie ~ — Solte un suspiro y volví a mirarcon una pequeña sonrisa — ¿Por qué seguir con ésto?
Miréuna vez más la pareja, sonreí triste. ¿Por qué seguir conésto?
—No lo entenderías. — Sungho hizo un puchero y seacercó a mí, dejó un beso en mi frente, me era vergonzoso, pues éles más alto que yo, pero su actitud de niño pequeño, lo hacía vergracioso — ¿Te había dicho que estás muy alto?
Sunghosoltó una de sus delicadas sonrisas, de esas que se escuchaban acinco cuadras. No pude evitar reír al pensar en eso.
—¿Podríandejar de tocarse por debajo del agua? Ya van a entrar en suhabitación y tendrán toda la noche. — Reprochó Sungho mirando aJay y a Yoongi, quién no prestaron atención y siguieron con losuyo. Hormonales —
—¿Cómo te sientes?
—Dejé unregalo en su cama. — Soltó Sungho en un susurro, ahg, él es tantravieso —
—Bueno, tuviste una linda vida.
—¡Hyung!Tengo diecinueve. — Hizo un puchero, él sabía que alguno de susdos mayores lo iban a enterrar vivo —
—Dije linda, nolarga, estúpido. — Sungho me tiró más agua encima, y así seempezó otra guerra entre risas —
Al paso del rato, Minwoose unió a nosotros, ni siquiera sabía dónde estaba, él tambiénestaba raro.
—Leehan, bebé, déjame cargarte. — Rodé losojos, más no protesté, porqué vamos, ¿Quién hoy en día te cargasólo por qué sí? Me ahorraría gastar energía — Súbete en miespalda.
Hice lo que Minwoo me dijo, dejé descansar mimejilla en su espalda, mis dedos acariciando sutilmente los cabellosde su nuca, mis ojos cerrándose.
—¡Leehan! — Abrí misojos de nuevo con mi ceño fruncido, ¿Por qué no les gusta vermedormido? — Tengo que hablar contigo.
—¿No puede sermañana?
—No te pregunté, Minwoo. — Bufé, ¿Por quéellos no lograban llevarse bien? Yo diría que no me llevaba bien conSam, pero tampoco tan mal — Leehan, por favor, sólo una noche de nosotros, tengo cosas que hablar contigo.
Solté un suspiro yme bajé de la espalda de Minwoo, a pesar de todo, no podía decirleque no a Taesan, era algo automático mío, que si él me pedíaalgo, yo le decía que sí sin rechistar.
—Nos vemos más alrato. — Avisé a mis compañeros de cabaña, Sungho asintió coninseguridad, los demás sólo se fueron tranquilos, hasta Sam, quiénparecía muy cómoda con Minwoo —
Bajé mi mirada, comenzabaesa etapa de timidez cada que tenía cerca a Taesan.
—¿Quieresque te cargue? — Sus dedos rozando con los míos, su voz tan suavey baja, como si tuviera miedo de que alguien nos escuchara, eso meestremecía —
—No, tranquilo. — Taesan tomó mi mano yme hizo caminar, no sabía a dónde, pero empezamos a caminar haciael bosque, donde todo estaba oscuro, mis ojos vacilando por todoslados al escuchar cualquier mínimo ruido, podía escuchar hasta a mícorazón, el cual no paraba de latir tan rápido, más no sabía siera por el miedo a la oscuridad, o de tener a Taesan tomando mi mano— Hanieie, ésto no es gracioso.
Susurré con miedo, no megustaba a donde sea que íbamos, las ramas me lastimaban missensibles pies, mi piel erizada debido al frío, aseguraba que eranlas dos de la madrugada.
—Hanie. — Volví a susurrar conmás miedo. Pero el chico parecía no escucharme, seguíamoscaminando, mordí me labio inferior al sentir como una rama melastimó el pie, ya no quería seguir caminando —
Escuchabalos grillos cantar, la luna que estaba en su punto más alto, peroque estaba siendo tapada por las oscuras nubes, haciendo que nuestroscamino, también se volviera oscuro.
—¡Hanie! — Chillécon mi voz ya quebrada —
Y el chico se detuvo de golpe, mislágrimas ya saliendo, más pensé que me iba a decir algo, pero no,me tomó entre sus brazos, mis piernas posicionando en su cintura,nuestros rostros tan cerca, en sus labios, una pequeña sonrisapintada.
Sus labios chocaron con los míos sin permiso alguno,sus manos apretando mi cintura con fuerza haciéndolo un dolorplacentero. Y sin protestar correspondí aquel brusco beso, misegundo beso había sido con Taesan, ¿Había escapatoria? No, no lahabía.
Su boca dejándo la mía para hacer un pequeñocamino desde mi cuello hasta mis clavículas, sus dientes dejándopequeñas marcas en mi cuello, aseguraba que Sungho mañana me daríaun buen sermón, pero no importaba, eso valía la pena, Taesan valíala pena.
Un jadeo salió de mi boca al sentir como apretó unpoco fuerte sus dientes en mi cuello. Y de repente se detuvo, dejándopor último, un pequeño beso en mis labios.
—Estabas muytenso, Leehan, relájate. — Dejé caer mi cabeza en su hombro, mefaltaba la respiración, su agarre en mi cintura se aflojó — Yallegamos.
Asentí despacio. Y sin hacer nada, me sentíajodidamente cansado.