5.- Gerard Way

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-¡¡Dan!! -Gritó por segunda ocasión la voz, y Frank pudo ver a un hombre vestido con pantalones negros, y abrigo negro abotonado hasta la parte más alta del cuello. El hombre llegó hasta el pequeño y puso una rodilla en el suelo para estar a su altura. -No te vuelvas a ir así, tienes que avisarme, ¿me entendiste? -El tono no fue duro, sino serio. El pequeño, aparentemente llamado Dan asintió con la cabeza y abrazó al hombre, recargando la cabeza en su hombro, y sonriéndole desde ahí.

-Papi, ¿podemos invitarlo a llevarle comida a las palomitas? -Dijo el niño separándose de su padre y mirando a Frank. Éste estaba petrificado observando la reunión familiar, por lo que fue imposible no temblar de nerviosismo al sentir la mirada del hombre que, sospechaba era el padre de Dan.

El desconocido tenía ojos sumamente parecidos a los del niño, excepto que los de él, tenían un toque de marrón que los hacía más interesantes. El cabello estaba largo y desordenado, tal vez por la maratón que tuvo que dar para encontrar al pequeño. La piel extra pálida y los labios delgados, rosados y bueno... besables.

- ¿Quién es, Dan?

-Es el señor que llora. Le duele la panza -aseguró el niño mirando a su padre.

El hombre miró a Frank, y éste se ruborizó por la afirmación del niño. Cuando el hombre preguntó que cómo se llamaba el "señor que llora", Dan elevó los hombros y gritó: ¡Paloma! Cuando uno de esos animales aterrizó cerca de ellos.

-Lamento que mi hijo le haya dado problemas -dijo el extraño de abrigo negro-. Seguramente olvidó su nombre, lo siento.

-No, en realidad, no nos habíamos presentado -Frank recuperó su voz, pero sonaba algo ronca y torpe.

-Oh, de acuerdo. Dan, preséntate.

El pequeño se colocó en una posición militar, completamente derecho al estar de pie. Con educación y firmeza, le dio la mano diciendo su nombre.

-Soy Dante Alexandre.

-Frank Iero -respondió sin poder ocultar su sorpresa.

-Y yo soy Gerard Way -dijo el padre. Frank le dio la mano, aún consternado por la actitud educada del niño.

"Tal vez, cuando Aidan sea mayor...". Y negó con la cabeza sin importarle si el tal Gerard le veía mal. No era momento de pensar estupideces asumiendo el rol de "padre modelo". Ahora entendía, cuando veía a ese niño vestido de azul, que no estaba listo. Que estaba aterrado, y que el principal temor, era el fracaso.

- ¿Frank...?

Frank parpadeó y luego miró a Gerard.

-Perdona, me he ido.

-Lo he notado -dijo el padre con una sonrisa. - ¿Me puedo sentar?

Frankie asintió lentamente, y el hombre se dejó caer a su lado.

-Dan, con cuidado -indicó a su hijo que arrojaba migajas de pan a las aves. -Así que... ¿el señor que lloraba?

Frank lo miró, pero Gerard estaba atento a su hijo, aunque mostraba una linda sonrisa.

-Ha sido un mal día -admitió.

- ¿Y cómo está tu panza? -Ésta vez giró para verlo, y Frank correspondió con una ligera sonrisa.

Frank lanzó una pequeña risa y dijo que su "Panza estaba bien, pero gracias por preguntar". Luego se generó un silencio, donde ambos miraban a Dante correteando a las aves. Frank realmente quería hablar con ese hombre. Era como si el Destino lo hubiera puesto especialmente para él, para que le hablara de su experiencia de vida, le confesara si había estado tan asustado como él, si su vida se había desmoronado o si era tan increíble como decían en las Telenovelas.

Padre Soltero [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora