Capítulo 5

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Mis ojos seguían cerrados, estaba consiente que era momento de levantarme pero no deseaba hacerlo, no quería siquiera parpadear temía que si lo hacía todo lo vivido se esfumaría como arte de magia, que sería obra de mi imaginación y que el hermoso momento junto a Jonghyun nunca ocurrió. Pero debía arriesgarme, necesitaba volver a la realidad y darme cuenta que sí había sucedido y que Jong me amaba igual o más que yo, que al abrir los ojos tendría una estúpida sonrisa de chica enamorada en el rostro y que vería a Jonghyun junto a mi. Lo vería... estaría ahí... tendría a Jong tan cerca como para besarlo, le daría los buenos yo...

— ¿Jong? —apreté los ojos y palmeé la cama, no estaba. —¿Jong? —repetí su nombre entrando en pánico ¿habré soñado todo?

Abrí los ojos y vi las sabanas arrugadas en la parte de él. Estaba aquí eso quiere decir que no estoy soñando que en realidad todo sucedió. Moví la cabeza a los lados buscándolo, me cubrí con la sábana sintiéndola en mi busto para que no cayera. Escuché el sonido del agua, estaba bañándose. Sonreí como tonta, pataleé y chillé de la emoción. Había sucedido, había estado entre los brazos de Jong. Quise gritar pero cubrí mi boca antes de que él se diera cuenta, no quiero sonar como una chiquilla loca adolescente.

El agua cesó y la puerta del baño se abrió, Jonghyun salió secándose el cabello. Sin que fuera tan obvia mi admiración por su escultural cuerpo, mordí mi labio inferior y lo observé de reojo ¿desde cuando tenía tan marcado esos tríceps y bíceps? ¡Santa madre! ¿son verdaderos esos abdominales?

— ¿Zoe? —preguntó sacándome de mi transe.

— ¿Eh? —respondí ida todavía, la noche anterior en lo que menos me fijé fue en su físico, estaba tan concentrada en hacer todo bien que lo demás pasó a ser secundario, verlo en paños menores frente a mi es muy cardiaco. Pestañé varias veces y desvié la mirada para que no se diera cuenta de mis ya rojizas mejillas.

— ¿Está todo bien? — volvió a preguntar.

Asentí varias veces y acomodé la sábana en mi cuerpo.

Jonghyun se encogió de hombros y estuvo a punto de quitarse la toalla pero grité tan fuerte que lo interrumpí. Asustado se acercó a mi, mi rostro se estampó en mis piernas, el verlo así aún lograba efectos en mi que no sabía como controlarlos.

— Zoe, nena ¿Estás bien? ¿Por qué gritaste?

— No te quites la toalla. —murmuré. — por favor no.

— ¡Oh vamos, Zoe! No hay nada que no hayas visto ya. Deja de ridiculeces debo de cambiarme. —se acercó a mi pero me alejé.

— Boca, sucia, limpieza. —fue lo único que pude articular antes de levantarme, dar vueltas para cubrirme con la sábana y correr al baño en tiempo record.

Suspiré resignada, me estaba comportando como una niñata, sin embargo a mi edad todo esto era nuevo y sí, es el proceso del ser humano y sí todo fue muy hermoso y sí me encantó pero no significa que el ver a mi esposo en paños menores y queriendo dar una exhibición signifique que ya no sentiré el rubor en mis mejillas esto es igual como si estuviera aprendiendo Árabe; en la primera lección no estaré hablando como si hubiese nacido allá. Esto es igual, por ser la primera vez no signifique que me convierta en una ninfómana o mi espacio personal y privado desaparezca.

Lavé mi boca y traté de arreglarme el cabello ¿así me vio al despertar? Quise quitarme la sábana pero recordé que toda mi ropa lo más seguro sigue esparcida por el suelo y... era un vestido y... lencería que no volvería a ponerme (al menos no por el momento). Entre abrí la puerta y Jonghyun estaba acomodándose la corbata era momento de regresar a ser Kim Jonghyun, el sexy joven empresario.

A change of plansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora