Jimin nunca había tenido amigos cercanos.
Las razones eran muchas y complejas, y él las entendía bien, pero esta vez su reserva habitual no era suficiente para evitar que la preocupación le carcomiera. Durante días, había observado silenciosamente a Jin, que usualmente, no había salido del apartamento.
No podía quedarse sin hacer nada.
Así que, aquella mañana, armándose de valor, Jimin se encontró de pie frente a la puerta de Jin, sosteniendo un pequeño postre que había preparado. Era una excusa sencilla, sí, pero su forma de tenderle la mano. Con el corazón latiendo rápidamente, tocó el timbre y esperó.
La puerta de abrió, y lo que vio lo dejó sin palabras.
Jin estaba allí, de pie, pero no era el Jin que recordaba.
Había perdido la chispa en sus ojos; esos ojos que solían brillar con una luz cálida estaban ahora rodeados de profundas ojeras, la piel tirante y pálida, como si la vida misma se le hubiera escapado.
—Te... te traje esto —Balbuceó Jimin, extendiéndole el postre. Intentaba mantener una expresión serena, pero estaba sorprendido.
Jin miró el postre, luego a Jimin, y trató de sonreír.
—Gracias... —Murmuró, pero incluso esas simples palabras parecían agotarlo.
—De nada...
Se quedaron en silencio, mirándose, mientras Jimin sentía como el peso de la tristeza aplastaba su corazón.
—Ahora mismo estoy... —Jin comenzó, señalando hacia el interior del apartamento con una expresión cansada.
—¡Oh! Sí, lo siento —Respondió Jimin con una sonrisa nerviosa, retrocediendo hacia el pasillo. —Tal vez... hablaremos más tarde.
Jin forzó una pequeña sonrisa. —Tal vez...
Con esa despedida, Jimin se quedó de pie un momento, observando como cerraba la puerta.
Algo estaba definitivamente mal.
Y Park Jimin lo descubriría.
*****
Jin cerró la puerta con un leve temblor en las manos. Los últimos días lo habían dejado más agotado de lo que podía admitir, y a veces sentía que incluso respirar le costaba más de lo que debería.
Se recargó contra la pared un momento, cerrando los ojos para recuperar algo de calma, pero un ligero mareo lo hizo sentir tambaleante. La sensación de náuseas le subió desde el estómago, pero ya no había nada que sacar.
Su reflejo en el espejo del pasillo le devolvió una mirada que apenas reconocía. La ojeras se habían profundizado, el rostro lucía pálido y algo más delgado. Había intentado cuidarse como podía, pero el cansancio era impecable, y cada día parecía quitarle fuerza.
Con una mano sobre su abdomen, Jin dejó escapar un suspiro. La idea de que Jungkook pudiera enterarse de su embarazo lo aterraba. A cada día que pasaba, su miedo crecía. No sabía que hacer y tenía miedo.
Mucho miedo.
Se sentía solo, como un niño perdido en un mundo de adultos crueles.
*****
La noche se tornó pesada, y el silencio del apartamento se rompió cuando Jin sintió una náusea abrumadora. Se giró en la cama, buscando un respiro, pero solo logró el retorcimiento de su estómago, pero le advertía que tenía que actuar rápido. Sin pensarlo, se levantó, tambaleándose mientras corría hacia el baño.
Justo al abrir la puerta, se encontró con Jungkook, que acababa de salir de la ducha. El joven, aún con el cabello empapado y una toalla atada a la cintura, lo miró con desdén.
—¿Qué demonios te pasa? —Preguntó Jungkook, cruzando los brazos.
Jin no pudo responder. La presión en su estómago se intensificó, y antes de que pudiera contenerlo, las arcadas comenzaron. Se agachó junto al inodoro, las bilis brotando con fuerza, mientras su cuerpo rechazaba lo poco que había comido. El sonido era asqueroso, y Jin sintió que su rostro se ponía rojo de la vergüenza.
—¿Vas a seguir vomitando hasta que no quede nada de ti? —Dijo Jungkook sin humor. Se acercó y se apoyó en el marco de la puerta, observándolo sin interés—. ¿Crees que no me di cuenta de lo extraño que estás? Desde hace semanas te comportas de manera rara. No cocinas, estás más delgado, y esa panza que tienes no es normal. ¿Qué está pasando, Jin?
Jin sintió cómo las palabras del menor lo golpeaban como puños. Se giró para mirarlo, tratando de levantarse, pero su cuerpo aún se sentía débil. Se pasó la mano por la cara, limpiando las lágrimas que se habían formado en los ojos.
—Estoy... estoy bien —Logró murmurar, temblando de agotamiento.
El menor soltó una risa burlona. —¿Estás bien? ¿O simplemente no quieres admitir que estás enfermo? Estás delgado, y a pesar de que tienes panza, no has comido casi nada en días. ¿Qué está pasando, Jin?
El mayor tragó saliva, sintiendo miedo.
—No tengo que cocinar todo el tiempo —Dijo, intentando mantener la voz firme. Pero la forma en que Jungkook lo miraba lo hacía sentir pequeño e insignificante.
—Claro que no, pero me parece raro que ahora no puedas hacerlo. ¿Te gustaría que fuera yo el que se preocupa por ti? No es mi trabajo, Jin —La voz de Jungkook se tornó más áspera, y se acercó un poco más—. ¿Te sientes tan mal que ni siquiera puedes hacer algo tan simple como preparar una comida? ¿O es que simplemente no te importa?
Jin se encogió, la desesperación comenzó a brotar. Sabía que estaba actuando extraño, pero no podía explicar lo que estaba sucediendo sin poner en peligro al bebé.
—No tengo hambre, Jungkook. Solo... necesito un poco de tiempo —Su voz temblaba, y su corazón latía con fuerza.
Jungkook frunció el ceño. —¿Tiempo para qué? ¿Para seguir siendo inútil? ¿O para ocultar algo más? —Su voz se llenó de ira—. Dímelo, Jin. ¿Qué es lo que ocultas?
Sin esperar respuestas, Jungkook lo agarró del brazo, forzándolo a levantarse del suelo, y lo llevó hacia la habitación. La fuerza con la que lo sujetó lo hizo sentir vulnerable.
—Dime la verdad, o desearás no haberme hecho perder mi tiempo.
El miedo inundó a Jin, y por un instante, se sintió en peligro.
—No se de que hablas...
Pero el menor no estaba dispuesto a dejarlo ir. Se acercó, su mirada feroz. —Lo sabré. Tarde o temprano, lo sabré.
Lo sabría.
*****
Vani.
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ULTRAVIOLENCE <<KOOKJIN X TAEJIN>>
أدب الهواةJin está atrapado en una relación tan hermosa como peligrosa con Jungkook. Quién sin poder controlar su ira, los lleva a situaciones pocos atractivas. Por otro lado, Taehyung esta profundamente enamorado de Jin, quien solo lo mira como un amigo, per...