Capítulo 14

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Tiempo después de la batalla, Aztlán renació. Los cielos eran más claros, los arroyos más puros y la tierra más fértil, reflejando la paz que finalmente reinaba en el reino.

En el Gran Palacio, donde se celebraba la coronación, los habitantes de cada región estaban presentes: los guerreros, los elementales, los sanadores, los sombras y los encantadores, todos reunidos en honor a su nuevo líder. Seven, vestido con una túnica que combinaba la esencia de cada región, subió los escalones del trono bajo la mirada de Helena, quien sonrió con orgullo antes de cederle el poder.

A su lado, Hasna, ahora libre de su oscuridad y con su fuerza recuperada, sostenía un estandarte con los colores de Aztlán. Las marcas en su piel, antes símbolo de maldad, ahora parecían reflejar la historia y la sabiduría de quien había sobrevivido y cambiado.

Cuando Seven tomó su lugar en el trono, alzó la mano en un gesto de unidad. Su voz, firme y serena, resonó:

—Hoy comienza una nueva era para Aztlán, una era donde la luz y la sombra, la fuerza y la compasión, caminan lado a lado. Prometo guiar con justicia, proteger a cada ser que llama a este reino su hogar y asegurarme de que nunca más caigamos en la oscuridad.

Hasna, junto a él, asintió en silencio, sus ojos reflejando una paz renovada. Era un nuevo equilibrio en Aztlán, uno donde la redención y el perdón habían restaurado la armonía.

Y así, bajo el liderazgo de dos hermanos que simbolizaban tanto la luz como la sombra, Aztlán floreció en una paz que parecía eterna, protegida por su Rey y su fiel guardián, juntos y más fuertes que nunca.

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Este final muestra el equilibrio perfecto, donde ambos hermanos se complementan y gobiernan Aztlán en armonía. Espero que capture la visión que tienes para un final digno de una leyenda.

Seven y el Mundo Mítico de Aztlán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora