힘 (strenght) - seo changbin (stray kids) (+18)

catorce: a pesar que usa Chanel

"Enfermándome de la manera en la que me amas, nunca será suficiente. Enferma y cansada de las cosas complicándose. Di lo que viste, di lo que oíste (enferma y cansada de las cosas complicándose) (...) ¿Cuándo me convertí en esa chica, esa chica que veo? No quiero ser la enemiga de nadie, sólo quiero permitirme ser la chica que una vez fuí." (That Girl – Tegan and Sara)

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"Ahí está, la jodida princesa patética. Suenas como una maldita loca. Tan bonita pero tan bocona."

Abrí los ojos, la voz de Hajoon aún me perseguía cada vez que intentaba relajarme. El agua de la ducha en mi espalda y cabello estaba fría, posiblemente me daría un resfriado si seguía duchándome con agua tan fría al inicio del invierno.

Pero era lo único que me hacía sentir viva en momentos así.

Levanté mis manos, que temblaban levemente y ya no sabía si era por el frío o por el miedo que me daba escuchar su voz tan claramente en mi cabeza. Sentí mi piel cosquillear, las lágrimas formándose en mis ojos y mezclándose con el agua que se iba por el drenaje.

Me tapé la boca, permitiéndome sollozar un poco. Tomé el jabón líquido de Changbin, y comencé a lavarme el cuerpo como pude.

"Suenas como una maldita loca".

Tenía razón. No podía decirle a nadie que aún escuchaba sus gritos en mi cabeza, no podía decírselo a Changbin. Changbin no querrá estar con una mujer loca. La gente normal no escuchaba voces en su cabeza así.

Cuando terminé de asearme, lavarme la cara y cepillarme los dientes, salí a la sala para pasar de largo la habitación de Hyunjin e ir a la de Changbin. Escuchaba a Hyunjin haciendo un video en vivo con sus fans, la música indie salía de bajo la puerta, llenando mis oídos con suavidad mientras él hablaba sólo a la cámara.

Entré en la habitación de Changbin, lo encontré sentado en su silla de escritorio, la ventana abierta mientras veía la lluvia caer. Giró la cabeza al escucharme entrar, y no me quitó la vista de encima hasta que me acerqué a su lado, miré la tormenta fuera del apartamento.

El viento frío del invierno entraba en ventiscas, sacudiendo mi cabello húmedo en el aire. Sentía la mirada de Changbin sobre mí, no sabía si era por interés alguno, o si era por mero aburrimiento en el momento.

—¿Crees que estoy loca?—musité, más para mí misma que para él. Me abracé a su enorme suéter, un Tommy Hilfiger que olía a él, a su perfume y a su olor corporal. Y que ahora, comenzaría a oler a mí.

Para su dicha o para su desgracia, ahora que me dieron el alta en el hospital, su habitación olería a mí y tendría rastros de mí por el resto de sus días.

—¿Por qué piensas eso?

—¿Sí o no?—insistí, le miré a los ojos.

No desvío la mirada ni un segundo.

—Creo que eres la mujer más brillante, hermosa y dedicada que conozco—sus ojos quemaban en los míos, no me moví—. Eres valiente y determinada. Eres más fuerte de lo que piensas, Iseul. No soy religioso, pero te veo, Iseul y maldito sea, pero quiero ponerme de rodillas y adorarte por el resto de mi vida.

Mi labio tembló levemente, tan levemente que de seguro no lo notó en la obscuridad de su habitación.

—Me siento... no me siento cómo yo misma—intenté explicar—. No sé por qué. Pero me veo en el espejo y todo lo que veo es...

Intenté respirar para calmarme un poco, pero quería llorar. Pero no quería llorar frente a Changbin de nuevo. No como antes, no quería que pensara que estaba loca.