Capítulo siete: Angel x Recuerdos

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—Mami —dice un pequeño niño de seis años, abrazando las piernas de su madre— ¿Qué haces?.

—Estoy haciendo la cena, pequeño —dice la mujer, sonriéndole.

—Puedo ver —dice el niño.

—No, mi pequeño. Tienes que esperar hasta que la termine —dice la mujer de cabello castaño claro.

—Pero... —antes que siguiera alguien lo termina cargándo— Madre.

—Ya escuchaste a tu mami. Ella dijo que tienes que esperar —dice la mujer de cabellos negros, tocándole la mejilla.

—Está bien —dice el niño,
mostrando una sonrisa.

—¿Por qué no vas con tu hermano y juegan un rato hasta que termine la cena? —dice la mujer de ojos azules.

—Sí, mami —dice el niño,  terminando de ser bajado por su mamá.

—Tengan cuidado cuando jueguen —dice la mujer de ojos cafés.

—Sí, mami —dice el niño,  terminando de pasar por la puerta de la cocina.

El niño de cabello castaño claro va en busca de su hermana. Pero, en eso, para cuando siente un dolor en su espalda. El solo comienza a respirar con dificultad y de repente cae al suelo. El niño siente un dolor muy fuerte. El quiere gritar, pero no puede. Solo llora en el suelo.

—Angel, Angel, Angel, despierta —dice una voz.

—Ah —dice Angel, despertando de golpe— Sarah, ¿qué pasa? ¿Por qué me despiertas?.

—Ya es hora de levantarse. Vamos,  tenemos que desayunar y luego hacer otras cosas —dice Sarah,  apartándose de él— ¿Te pasa algo?.

—No,  no pasa nada —dice Angel,  sonriendo mientras se levanta de la cama— Ahorita voy a desayunar.

—Bien, Alex y yo te esperaremos entonces —dice Sarah, retirandose de la habitación.

Angel permanece sentado en la orilla de la cama por unos segundos. Se toca la cabeza. Ese sueño lo había tenido por segunda vez. En verdad estaba comenzando a cansarse de ese sueño, y sobre todo se cansaba de ver a aquellas dos mujeres que les decían "Mami" y "madre". La verdad, el joven solo quería estar tranquilo.

En el comedor, Sarah termina de poner los platos para desayunar.  Alex pone la comida que él mismo había preparado. Los dos esperan a Angel, que lo terminan viendo salir de su habitación y caminar hacia ellos.

—Buenos días —dice Angel,  saludando en seguida a Alex mientras se sienta a lado de Sarah— Se ve delicioso.

—Espero que sepa bien —dice Alex,  tomando un pan— Lo preparé yo,  seguí las recetas de internet.

—Solo hay una manera de saber si esto está rico —contesta Sarah,  mientras toma el tenedor y pinchando un poco de tocino— Y es probando.

Alex ve cómo su hermana come el tocino. Angel solo toma el huevo duro y también come un poco. Alex espera pacientemente a que Sarah y Angel le digan algo.

—Y, ¿cómo está? Vamos, díganme algo —dice mientras muestra una expresión nerviosa y su voz también se notaba nerviosa— Hablen —Alex, se muestra impaciente ya que mueve sus manos robóticas.

—Está...  rico, la verdad, te salió muy bien, Alex  —dice Sarah,  mostrándole una sonrisa.

—Sí, es verdad. Te salió muy rico —Angel, da otro mordisco a su huevo duro.

—Ah, menos mal —responde Alex,  suspirando con alivio— Bien, sigamos comiendo.

—Sí —dicen Sarah y Angel,  mostrando una expresión tranquila mientras continúan comiendo.

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