Prólogo.

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Prólogo.
Alex.
Domingo, 11:00 pm... y mi hermana estaba gritando en su habitación y botando, rompiendo y golpeando cosas. Mi hermana tenía esquizofrenia, en pocas palabras... estaba loca, aunque según expertos ese término no existía.

Mi nombre: Alexander Rybkay.

Mi hermana: January Rybkay.

Mi padre: Jhonatan Rybkay.

Y mi madre... ella era Mary Rybkay. Era muy dulce, y siempre fue muy buena con nosotros a pesar de la enfermedad de January. Ella murió cuando yo tenía 5 años y January 8.

Queda de más explicar la falta que me hacía.

-¡Lunes! ¡Ya basta, lo estás asustando!

Los gritos de mi hermana resonaban por toda la casa. Ella tenía... "amigos imaginarios", muchos "amigos imaginarios"; demasiados "amigos imaginarios".
Lunes y Miércoles eran unos gatos, Lunes malo, Miércoles bueno. Y a juzgar por sus gritos, Lunes no dejaba en paz a Miércoles.

-January, ve a dormir ya -sentenció Jhonatan.

-¡Deja de llamarme así! -aulló ella.

Mi hermana odiaba su nombre, tenía algo muy extraño contra él. No permitía que absolutamente nadie la llamase así, solamente yo tenía la posibilidad de llamarle Jane; que era lo más parecido a su nombre que podía lograr. Y mi padre siempre se había aprovechado de eso.
Desde el fallecimiento de mi madre la condición de Jane cayó en picada para no recuperarse jamás.
Actualmente yo tenía 16 y ella 19 años, y no demostraba señal alguna de querer mejorar.

-¡Alexander, ve y calla a tu hermana! -ordenó.

Suspiré -Si, ya voy.

Salí de mi oscura y acojedora habitación de camino a la habitación de Jane, frente a su puerta se hallaba mi progenitor con un bote de pastillas anaranjado, sus pastillas, las pastillas que harían que todos los "amigos imaginarios" de Jane se fueran a dormir.

-¿Jane? -pregunté tras tocar su puerta- ¿Puedo entrar?

No respondió con palabras, solo calló repentinamente y entreabrió la puerta. Entré cuidadosamente, lo que menos quería era que se alterara otra vez.

-Escuché que regañabas a Lunes, Jane -mencioné con calma.

-¡Pero es que no lo deja en paz! -argumentó.

-Comprendo... ¿sabes, Jane? Con ésto -le mostré el bote naranja- Lunes se irá a dormir y lo dejará en paz. ¿Que tal si te la tomas, Jane?

-Ok... -aceptó tras largos minutos de considerar mi propuesta.

Jane la tomó y se recostó en su cama dándome al espalda.

Salí de su habitación silenciosamente proporcionándole una rápida mirada de reojo al rostro serio de Jhonatan y regresé a la mía; mi obscura, y para otros deprimente, habitación.
Decorada con un papel tapiz blanco y negro, cama de sábana gris, cortinas negras. La mayoría de mis posesiones eran de aquella gama de colores. Desde que podía recordar mi vida no había poseído demasiado brillo y color. ¿Por qué? Porque aunque estuviera muy pequeño, mi preocupación por Jane era grandísima, ya no hacía falta mencionar lo más oscuro que todo aquello se volvió una vez mi madre murió.

Ya con January calmada me fue posible dormir.

~•~

Lunes, 5:30 am, la alarma sonaba obligándome a despertar, a asistir un día más al asqueroso instituto en mi vida triste e incolora.
Me duché rápidamente y me vestí con una camisa polo, jeans y converse negros. Peiné mis lisos cabellos del mismo color y observé en el espejo mi blanca piel y mis grises ojos.

Without Colors. [EDITANDO-HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora