Secretos.

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Capítulo 5: Secretos
Alex.
Martes, 6:30 am.

Ya era tarde, muy tarde para ir al instituto. Igualmente no iría, siempre faltaba esa fecha y ya todo el mundo lo sabía.

Ya no había nada que explicarle a nadie.

Me bañé, cambié, peiné y desayuné; tome mi suéter negro, mi celular y las llaves, y salí de camino al hospital a ver a Jane antes de ir al cementerio.

***

En el hospital entré a la habitación de Jane encontrándomela despierta, al verme, una dulce y bella sonrisa se pintó en su rostro que irradiaba felicidad.

—¡Alex! –exclamó.

—Buenos días, Jane. ¿Qué tal estás? –saludé, sentándome al borde de su cama y acariciando su cabeza.

—Aburrida –dijo haciendo un tierno puchero un par de segundos–, 47 también está aburrido. Te estábamos esperando, ¿sabes? ¿Te quedarás conmigo todo el día?

Negué lentamente.

—No, Jane. Quisiera pero no puedo. ¿Sabes qué fecha es hoy?

Movió su cabeza varias veces de lado a lado.

—Hoy es el cumpleaños de mamá.

Sus ojitos se abrieron con asombro al recordar la existencia de fecha tan importante, luego sonrió.

—Iré a preguntar si dejan que vayas, vuelvo en un momento.

Asintió una tan sola vez y salí de su habitación en busca de alguien quien me pudiese dar el respectivo permiso para sacar a Jane por todo el día. Al llegar a la recepción, me hallé al doctor encargado de Jane y no perdí tiempo en preguntarle.

—¡Doctor! –llamé su atención– ¿Cree que me permitiría sacar a mi hermana por este día? Sólo será por hoy, se lo ruego.

El hombre suspiró con el cansansio marcado y se forzó a sonreír un poco de medio lado.

—Créeme que me encantaría, chico, pero tu hermana aún no se encuentra del todo bien. Sería arriesgado tanto para ti y como para ella el dejarla salir. Espero comprendas.

—Pero sólo será  por hoy –rogué–, hoy es una fecha muy importante para los dos. Necesita estar conmigo. No creo que un día fuera vaya a hacerle demasiada diferencia.

Volvió a suspirar, cada vez se notaba más cansado de todo aquello, pero no podía rendirme. Era el cumpleaños de mamá, no podía rendirme.

—Mira, chico, para ti es tan sólo un día; no puede parecer la gran cosa, pero para nosotros es todo un día en el cual tenemos a una esquizofrénica grave sin la respectiva observación. Es lo último que diré al respecto, espero entiendas.

Asentí una vez y me alejé del hombre antes de que le soltase un puñetazo en la nariz de loro que tenía.

"No se encuentra del todo bien" ella jamás se había encontrado del todo bien. Tenía aquello desde que nació  y yo era muy consciente de ello.

Subí nuevamente hasta la habitación de Jane, allí ella esperaba sonriente mientras al parecer hablaba con 47 quien estaba en la palma de su mano.
Al verme, sonrió y preguntó:

—¿Me dejaron?

No podía decirle que no. Ella iría conmigo costase lo que me costase.

—Algo así. Bien, ve a cambiarte que nos tenemos que ir.

Without Colors. [EDITANDO-HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora