Minho permaneció en silencio, observando cómo las lágrimas recorrían el rostro de Jisung. Tras un momento de duda, lo atrajo hacia él y lo envolvió en un abrazo firme pero reconfortante.
—Déjame decirte algo, Jisung. No estás solo. No pienso irme; voy a quedarme contigo.
Jisung lo miró, perplejo, tratando de comprender por qué alguien que apenas conocía le ofrecía tanto consuelo.
—¿Por qué haces esto? —preguntó, con la voz temblorosa—. Si apenas nos acabamos de conocer... ¿por qué te importa tanto?
Minho suspiró, acariciando suavemente su espalda.
—Voy a contártelo, pero necesito que te calmes primero, ¿sí?
Jisung asintió, todavía confundido, pero dispuesto a escuchar.
—Yo viví algo parecido —comenzó Minho, con un tono más suave—. Aunque, tal vez, lo tuyo sea aún más difícil. Toda mi infancia estuve rodeado de violencia. Mi madre... —su voz vaciló por un instante— solía golpearme, porque, según ella, yo tenía la culpa de que mi padre la abandonara. Y, como si eso no bastara, en la escuela me convertí en el blanco de bullying por esa misma razón.
-Hasta que un día tomé la decisión de dejarlo todo atrás. Me propuse trabajar para independizarme y alejarme de ese entorno. Y lo conseguí. Ahora vivo aquí, cambié de escuela y, aunque estoy solo, vivo en paz. No es fácil, pero estoy bien.
-Durante mucho tiempo libré una batalla interna contra mis propios demonios. Llegué a pensar en hacer lo mismo que tú consideraste... pero, en el último momento, me detuve. Me di cuenta de que no valía la pena rendirme sin haber intentado cambiar mi vida primero.
—No estoy buscando que sientas lástima por mí. Lo que quiero es ayudarte a cambiar de opinión. Y, si me lo permites, estaré aquí para apoyarte. Solo te pido que no te rindas.
—No es fácil, Minho... Tengo miedo de volver a cometer otra estupidez. Miedo de que todos siempre estén listos para juzgarme y lastimarme. No quiero pasar por lo mismo otra vez...
Jisung bajó la mirada, sus manos temblaban levemente.
—Encima, mi papá no ayuda en nada, y mamá solo sabe llorar. No sé qué hacer... ni cómo escapar de todo esto.
Jisung respiró hondo, su pecho todavía apretado por la ansiedad, pero las palabras de Minho se sintieron como un ancla en medio de su caos. Aún tenía miedo, pero también una pequeña chispa de esperanza comenzaba a encenderse en su interior.
—Lo primero —dijo Minho con calma— es proponerte lograrlo. Eso es lo principal. No tienes que resolver todo de golpe, solo dar el primer paso.
Jisung lo miró fijamente, aún dudando.
—¿Y si no puedo? —susurró, su voz temblorosa—. ¿Y si vuelvo a fallar?
Minho sonrió, una sonrisa cálida que parecía decirle que estaba bien sentirse así.
—No tienes que hacerlo solo, ¿recuerdas? Estoy contigo. No importa si tropezamos, vamos a intentarlo una y otra vez. Lo importante es que no te des por vencido.
Jisung bajó la mirada un momento, sintiendo cómo sus defensas empezaban a ceder. Había algo en Minho que le hacía creer, aunque fuera un poco, que tal vez las cosas podrían mejorar. Quizá no hoy, quizá no mañana, pero algún día.
—Está bien... —murmuró al fin—. No sé cómo hacerlo, pero... lo intentaré.
Minho apretó suavemente su hombro, satisfecho de verlo aceptar el primer paso.
—Eso es suficiente por ahora. Intentarlo ya es un avance enorme. Y aquí estaremos, paso a paso, juntos.
El silencio que siguió no fue incómodo. Por primera vez en mucho tiempo, Jisung sintió que tal vez no tenía que cargar con todo él solo.
Minho caminó junto a Jisung hasta la puerta de su casa, asegurándose de que estuviera bien. Antes de despedirse, intercambiaron números. Era un gesto sencillo, pero para Jisung significaba mucho más: por primera vez tenía a alguien con quien hablar, alguien que no lo ignoraría.
—Cualquier cosa, me escribes, ¿sí? —dijo Minho con una sonrisa tranquila.
Jisung asintió, aunque el miedo seguía instalado en su pecho. Pero esta vez no estaba completamente solo, y eso, aunque fuera un pequeño alivio, le daba la fuerza necesaria para seguir adelante. Aún no entendía cómo Minho, alguien a quien apenas conocía, había hecho más por él en un día que cualquier persona en toda su vida. Hasta ahora, nadie se había quedado lo suficiente para notarlo, y no había tenido un solo amigo.
Con una última mirada hacia Minho, quien se quedó esperándolo hasta que entrara, Jisung empujó la puerta y se adentró en su casa. El aire pesado de siempre lo envolvió al instante, y el silencio familiar se sintió como un recordatorio de lo que enfrentaba todos los días.
No le sorprendió que nadie le preguntara dónde había estado toda la noche. Su padre ni siquiera levantó la vista del televisor, y su madre, encerrada en su habitación, seguramente seguía llorando. Era como si su ausencia o su presencia no hicieran ninguna diferencia.
Suspirando, Jisung dejó su mochila junto a la puerta y se deslizó hasta su habitación. El peso de la realidad seguía ahí, pero ahora había algo diferente: el número de Minho en su teléfono, una promesa silenciosa de que no tendría que pasar por esto completamente solo.
Se tumbó en la cama, mirando el techo. Todavía tenía miedo, y las dudas seguían rondando su mente, pero por primera vez en mucho tiempo sintió que podía intentarlo. Con el teléfono en la mano, escribió un mensaje breve:
"Gracias, Minho."
No pasó mucho antes de que la pantalla se encendiera con una respuesta:
"Aquí estoy. Cuando lo necesites."
Jisung sonrió apenas, un gesto pequeño pero sincero. Había mucho por delante, y sabía que el camino no sería fácil, pero al menos ya no tendría que caminarlo solo.
Hola, soy Shino, lamento si la historia es repetitiva, es parte del cambio de Jisung, la verdad, es que me duele escribir esto, parte de mi vida es y será reflejada en Jisung. Pero esta historia tiene la finalidad, de ayudar a que esas personas que sufren, sepan que siempre pueden salir adelante. Con amistades y personas correctas.
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☆Nuestro camino☆-(minsung)
FanfictionHan Jisung, un joven sin esperanza dispuesto a acabar con su sufrimiento. Lee Minho, un joven dispuesto a darle color a la vida de Jisung. la historia es completamente mía, adaptaciones, solo con mi permiso. Tendrá final feliz no me lloren.