Capitulo 6

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Las semanas pasaron rápidamente. Jisung trabajaba duro en el restaurante, ahorrando cada moneda para cubrir los gastos de su cambio de escuela. Minho siempre estaba cerca, guiándolo y asegurándose de que se mantuviera motivado, incluso cuando las dudas y los miedos aparecían. Con cada turno que completaba, Jisung sentía que daba un paso más hacia esa nueva vida que tanto anhelaba.

Finalmente, llegó el día en que recibió el correo de confirmación: estaba oficialmente inscrito en la escuela de Minho. El alivio y la emoción lo embargaron al mismo tiempo. Por fin, todo el esfuerzo estaba dando frutos. Cuando le mostró la noticia a Minho, este casi lo levantó del suelo con un abrazo lleno de orgullo.

—¡Te lo dije! —exclamó Minho—. Todo este trabajo valió la pena. Ahora sí, prepárate. Porque el primer día es caótico.

El lunes por la mañana, Jisung se colocó el uniforme nuevo frente al espejo, ajustando los últimos detalles con dedos temblorosos. Todavía sentía esa mezcla de miedo y emoción, pero había algo distinto en esta ocasión: sabía que no estaba solo. Con la corbata bien colocada y la mochila lista, salió de casa sin despedirse. Como de costumbre, nadie preguntó a dónde iba ni le deseó suerte, pero eso ya no importaba tanto.

Cuando llegó a la entrada de su nueva escuela, sintió una agradable sorpresa. Había algo especial en el aire: las paredes estaban decoradas con murales coloridos, y los estudiantes, aunque charlaban animadamente en grupos, lo hacían con un aire relajado, sin la agresividad a la que estaba acostumbrado. Era un lugar diferente. Se respiraba calma, y por primera vez, sintió que podía encontrar aquí algo que jamás había tenido: un verdadero comienzo.

Minho lo estaba esperando frente a la entrada, con las manos en los bolsillos y una sonrisa despreocupada. Al verlo, levantó la mano en un saludo animado.

—¡Ey, ahí está mi nuevo compañero! —exclamó, como si Jisung ya perteneciera allí.

—Aquí estoy... —respondió Jisung, todavía nervioso, pero menos que antes.

Minho le dio una palmadita en el hombro, su manera de decirle: Todo va a estar bien.

—Vamos, te haré un tour antes de que suene el timbre. Quiero que empieces con el pie derecho.

Jisung lo siguió por los pasillos mientras Minho le mostraba cada rincón importante: la cafetería, el gimnasio, los jardines, incluso un pequeño espacio de descanso junto a la biblioteca. El ambiente seguía sorprendiéndolo. No había esa sensación asfixiante que conocía de su escuela anterior. Aquí, la gente parecía a gusto.

—¿Lo ves? —dijo Minho, señalando un grupo de estudiantes sentados en el patio—. Nada del otro mundo. Aquí todo fluye mejor, sin tanto drama.

Llegaron al aula justo antes de que sonara el timbre. Minho se volvió hacia él con una sonrisa de complicidad.

—Bueno, aquí empieza tu nueva vida. Ánimo.

Jisung respiró hondo y cruzó el umbral. El salón tenía una energía cálida y acogedora. Algunos estudiantes lo miraron con curiosidad, pero no de manera incómoda o malintencionada. Era un espacio distinto, menos rígido y más natural. Jisung comenzó a relajarse, sintiendo que quizás aquí sí podría encajar.

—Chicos, él es Jisung. ¡Trátenlo bien o tendrán que vérselas conmigo! —anunció Minho, provocando algunas risas entre los presentes.

Las horas pasaron rápidamente, y a cada clase, Jisung se sentía un poco más cómodo. Fue durante el receso cuando conoció a Felix, un chico de cabello rubio ceniza, ojos brillantes y una sonrisa que parecía iluminar cualquier lugar.

☆Nuestro camino☆-(minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora