FE

CAPITULO 3

Narra Fernando:

Ya han pasado 12 años desde que se fue Estefanía pero yo siento que han sido siglos.

Hoy en la mañana me enteré que Don Facundo el patrón acababa de morir. Me dolió ya que el a pesar de lo que paso hace tiempo no ha cambiado conmigo.

Cuando iba entrando encontré a la señorita Paloma gritando de la emoción ya que Estefanía el amor de mi vida iba a regresar. En eso me encuentra la Señora Isabel y me dijo que quería hablar conmigo.

-Fernando ahora que ya murió mi esposo no tengo porque soportarte en mi casa. Dijo

-Pero porque. Le dije.

-Por lo que paso hace años con mi hija. Me dijo

-Pero eso ocurrió hace 12 años. Le dije.

-Bueno pero desde mañana tienes que irte de esta casa. Pero con una condición te puedes quedar ya que no vas a conseguir trabajo en otros lugares porque yo no lo voy a permitir. Me dijo

Mi cabeza empezó a dar vueltas y le pregunte cual era la condición.
-Tienes que ir al seminario para que te hagas sacerdote. Me dijo.

-Pero por que?. Le dije.

-Porque no voy a permitir que mi hija se relacione contigo cuando regrese por el sepelio de su padre.

-Me puede dar 24 horas para pensar. Le dije.

-Ok. Pero no te demores mucho porque mi paciencia se agota.

Me fui a mi cuarto a pensar y primero en lo que tengo que pensar en mi familia antes de cualquier cosa. Asi que aunque me duela lo tengo que aceptar.

Fui al despacho y sin querer escuche que Estefanía regresaba en 3 meses ya que tenia que dejar todo arreglado para poder regresar.

La Señora Isabel me quedó mirando fijamente.

-Ya pensaste lo que te propuse. Me pregunto.

-Si. Y acepto su propuesta. Le dije.

-Muy mañana mismo te vas. Me dijo

-Ok. Le dije.

Salí muy temprano y me fui. Ahora cuando regrese Estefanía ya no podré estar con ella ya que ahora estaré con Dios.

Regrese después de 1 mes para poder practicar como hacer misa y todo eso que hacen llegar s sacerdotes. Les soy sincero yo sentía que no tenía vocación para esto. Pasaron los 2 meses y ya era el día en donde iba a venir Estefanía.

Por dentro me moría de la emoción pero me tenía que controlar por respeto a Dios.