FE

CAPÍTULO 11

Narra Fernando:

Llegue al monasterio y pedí hablar con su excelencia.

- Buenas noches su excelencia. Dije

- Buenas noche hijo. Me puedes decir que hacéis aquí y sin tu sotana. Dijo.

- De eso quería hablar con usted quisiera ya no estar dando misa en otras palabras ya no quisiera ser sacerdote. Dije.

- Esto no es un chiste hijo. Si ya tomaste esta desicion ya no hay vuelta atrás. Dijo.

- Si ya la tome. Dije y me puse a contarle toda la historia de por que decidi ser sacerdote.

Gracias a Dios me entendió y dejó que me vaya tranquilo y sin remordimiento. Cuando salí de ahí me empezó a sonar el celular y escuche el mensaje de voz que me había dejado Estefanía.

Me desespere pero lo primero que hice fue llamar a Estefanía.

- Halo Estefanía buenas noches que ocurrió con mi madre. Dije.

- Buenas noches Fernando mi nana se puso muy mal y llamaron al doctor. Lamentablemente acaba de fallecer. Me dijo.

Les juro que sentí que el corazón se me detuvo por un momento.

- Voy inmediatamente para allá. Dije.

- Muy bien te esperamos aquí. Me dijo y corté.

Narra Estefanía:

Sentí en su voz melancolía de verdad me daban ganas de entrarme por el teléfono y darle un beso y un abrazo y decirle que siempre va a contar conmigo para lo que quiera.

Al día siguiente llegó y lo más sorprendente fue que no tenía puesta la sotana. Eso me sorprendió mucho y al mismo tiempo me dejo intrigada.

- Buenos días. Dijo.

- Buenos dias ahí esta tu mamá. Le dije senalandole el ataúd. Les juro que esto me dolió mas a mi que a él.

Se imaginan enseñarle a alguien que su mamá está en un ataúd a de ser horrible. Me acerqué a él y le di un abrazo muy fuerte que no quería soltarlo.

- Gracias por avisarme. Me dijo.

- Tenía que hacerlo es tu mamá y tú necesitabas estar aqui junto a ella. Dije.

- Lo sé leí tu mensaje de voz pero estaba haciendo algo importante pero no pude imaginar que esto estaba sucediendo. Dijo.

- No importa lo que interesa es que estas aquí junto a tu madre. Me volvió a abrazar pero ahora alguien nos separó.

- Que haces abrazando a mi hija. Se supone que estas aquí para vet a tu madre muerta no para abrazar a mi hija. Dijo mi madre.

- Isabel no seas dura con el muchacho acaba de morir su madre y a ti lo único que te interesa es que esta abrazando a Estefanía. Dijo mi abuela.

- Usted no tiene ningún derecho a tratarme así ya no hay nada que me até a esta hacienda. Dijo Fernando.

- Espero no volverte a ver aquí nunca más. Dijo mi madre y se fue.

- Te dejo sólo para que te puedas despedir se tu mamá. Vamos abuela. Dije.

- Escuchaste lo que dijo que no hay nada que lo detiene aquí y yo abuelo que significo. Dije.

- Estaba con la cabeza caliente y decía cualquier cosa mi vida. Dijo mi abuela.

- Ojalá sea así porque ahora que lo vi sin sotana creo que sí podremos ser felices. Dije.

- Eso no lo dudes mi niña hermosa. Dijo mi abuela y me dio un abrazo.

Narra Fernando:

Estaba lleno de rabia por lo que me dijo Isabel. En serio esa mujer no tiene corazón pero no importa lo único bueno que hay en esto es que por fin seré felíz con Estefanía.

En ese instante llegó el innombrable.

- Se puede saber que haces aquí. Me dijo.

- Este es el sepelio de mi madre y se supone que tengo que estar aquí. Dije.

- Bienvenido Rodrigo mi hija está en el despacho con mi madre. Dijo Isabel.

- Gracias Isabel voy a hablar con ella. Dijo el innombrable.

- Yo me voy a encargar de que esos dos se reconcilien y ahora si se casen. No voy a permitir que mi hija esté a lado tuyo. Me dijo Isabel.

- Eso ya lo veremos. Le dije. Y se fue.

Narra Estefanía:

Mientras mi abuela y yo estabamos abrazadas tocaron la puerta.

- Si adelante. Dije.

- Permiso soy yo Estefanía. Necesitamos hablar. Me dijo Rodrigo.

- Si tenemos que hablar. Abuela nos puedrs dejar solos. Le dije.

- Si mi niña hermosa. Me dijo y se retiró.

- Dime que me quieres decir. Le dije.

- Por qué lo hiciste. Porque así dejarme plantado delante de todos. Me dijo.

- Porque me di cuenta que tu y yo nunca podriamos set felices porque yo no te amo. Le dije.

- Si pero el amor se contruye día a día y si lo hubieras logrado. Solo que no quisistes. Ese fue el problema. Me dijo.

- Entiendeme tu y yo no ibamos a progresar. Nos ibamos hacer mucho daño. Le dije.

- Te apuesto lo que quieras a que no vas a ser felíz junto al curita. De eso me encargo yo. Me dijo.

- Porque hablas así. Dije

- Porque si no eres mía no eres de nadie. Me entendiste. Dijo y se fue.

Sus palabras me dieron escalofríos pero en el fondo yo estaba segura que nadie iba a impedir este amor que sentimos Fernando y yo.

Narra Fernando:

Cuando vi sali a la Señora Eloísa sentí unos celos inmensos sólo la idea de que se puedan reconciliar antes de que yo le dijiera a Estefanía que ya había dejado el sacerdosio me mataba.

- Ya me imagino que se te ha de estar pasando por la mente. Dijo la Señora Eloísa.

- Usted me conoce mejor que nadie. Dije.

- No he podido darte el pésame por la muerte de tu madre. Dijo dándome un abarzo.

- Gracias Señora Eloísa pero hay que superarlo es lo mejor. Dije.

En ese instante el innombrable se me lanzó encima.

- Ni creas que tu y Estefanía van a ser felices de eso me encargo yo que sean la pareja más infeliz del mundo porque si Estefanía no es mía no es de nadie. Me dijo.

- Que te pasa muchacho. Dijo la Señora Eloísa.

- Nada solo venía a advertirselo. Me dijo.

- Yo no te tengo miedo. Dije.

- Deberías. Me dijo y se fue.

- No entiendo nada. Dije.

- Déjame hablar con mi nieta yo te llamo cualquier cosa si. Dijo.

Me preocupé mucho pero ya no me importaba nada yo iba a luchar por el amor de Estefanía contra quien sea.