School AU
Ivan siempre ha sido alguien práctico, con sus ideas claras, al menos en apariencia. Una tarde en especial, durante un viaje escolar cualquiera, cambiara su vida de una forma que no había previsto. Por que, seamos sinceros nadie reconoce e...
"Ese día me divertí como nunca, estaba enamorado del cielo, de las cosas que aún no habíamos visto juntos, de esas sonrisas tuyas, y tu piel hecha de pan luna. A todas horas lo pienso, pienso en esas pequeñas cosas, porque he descubierto baúles de aventuras inesperadas, de estar dispuesto a ti; ser de ti."
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Los sonidos estrépitos de la sala se hacían ya presente y si no fuera por el estruendoso "¡shhhhhh!" de una de las maestras seguramente el lugar hubiera terminado a ser igual al de una jungla. El silencio que cayó fue inmediato, y sentí una pequeña descarga de nervios en el estómago; de seguro la comida me había caído mal, eso, o es de esas sensaciones que solo sientes cuando estás a punto de descubrir si la suerte está de tu lado.
—Ay, estos muchachos... — dijo la maestra, medio que rodando los ojos mientras sostenía entre sus manos lo que parecía ser papeles, papeles, que tendrían mucha importancia, eso sí. —Nos dividiremos en grupos de cinco —anunció la profesora, sosteniendo una lista con nombres—. Cada grupo explorará una parte de la zona y tendrá que trabajar en una serie de actividades de equipo, ¿les parece?— mencionó haciendo énfasis en la última parte, se notaba que ya no podía ni con ella misma, así que su resignación era palpable.
Mis ojos se dirigieron de inmediato hacia Till, como por inercia, y es que la noche anterior habíamos quedado como amigos, ¿no? o tal vez era, que lo había entendido mal y esperaba con toda la gracia del cielo que no fuese así, ya no siento frío, ya no hay frío porque tú estás aquí, lo vi riendo por lo bajo, eso provocó en mí el efecto manuela, no, no, o era mandarina, en todo caso creo que ni aplica, pero solo se que eso se me contagió, medio que sonreí también, y es que, además, se me complica la vida y no tengo la respuesta del porqué de estos altibajos, eras completamente ajeno a la expectativa que sentía en ese momento. Me obligué a mirar hacia el frente, repitiendo para mis adentros que, al fin y al cabo, solo era una actividad de grupo.
Sin embargo, una parte de mí seguía repitiendo, "Que estemos juntos, que estemos juntos..."
La profesora empezó a leer los nombres. Uno tras otro, los grupos se iban formando. Cada vez que mencionaba un nombre, contaba en silencio cuántos lugares quedaban libres en cada grupo. Hasta que...
—Iván y Till, grupo tres.
Sentí cómo se me aceleraba el corazón. Levanté la vista y encontré a Till mirando hacia mi dirección, con una sonrisa despreocupada que, sin saberlo, despertó en mí una hambre voraz de esta vez, escuchar mi nombre en sus labios. Mientras me unía a los demás, solté el aire que había estado conteniendo, el cielo me había concedido esa correspondencia, ese instante, hubo escuchado mi silenciosa petición. Estuve a palabras casi nada de expresar la felicidad que sentía porque sucedía que estábamos juntos.
—¡Presi! ¿Vio? el destino nos quiere juntos— rápidamente se escuchó. Era Hyuna, que ya me había prácticamente rodeado con su brazo, eso, y que también me sonreía de la manera más descarada, porque de reojo ya lo veía a él —¡Mirá las coincidencias! — añadió haciendo mucho énfasis, casi ni disimulando, me movió las cejas juguetonas y también rodeó a Till con su otro brazo, que simplemente estaba limitado a reírse, porque estoy seguro que ni él sabía que pasaba, yo tampoco, medio que me sonroje porque si, había sentido como las orejas se me calentaban —No sé de qué hablas— dije riendome nervioso casi hablando entre dientes y que se note la indiferencia, es que tampoco debía responder, no había razón.