Capítulo 51

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Lali estaba totalmente boquiabierta. Resultaba que su estrella, era la estrella de Peter y que la estrella de Peter ¿Era su estrella? Y lo peor no
era eso. Lo peor es que a ella, le había pasado lo mismo, pero con su padre en la casa de sus abuelos. Frente al río y observando el cielo. Era la misma estrella.

—Joder. – susurró.

—Sí, hable demasi…- dijo él riendo.

—No, no. No es eso.

—¿Qué pasa?

—Tu estrella es mi estrella.

—¿Cómo? – él elevó una ceja. Ella miró al cielo.

—Me pasó exactamente lo mismo en casa de mis abuelos. Y yo también era diferente. En todos los aspectos. – volvió a mirar a Peter. -El día que yo vine a la universidad, la estrella
seguía aquí. Un día, tú y yo nos peleamos. Ese día me lo habías hecho imposible. Era la madrugada. Yo no tenía sueño. Me senté en el banquito, que está debajo de la ventana y vi un
coche llegar. Eras tú. Te habías escapado y venías algo tomado y…bueno. El caso es que segundos después de yo verte, observé el cielo
y estaba la estrella. Y se alumbró. No se explicártelo, tú me vas a llamar loca y además no se qué estoy diciendo parezco gil…

—¡Hey! – le dijo él riendo.

—¿Qué nos pasa?

—Pasa que te quiero, que te quiero demasiado y que creo que todo eran señales.

—¿Señales?

—Mierda Gatita, ¿No te das cuenta? la estrella que me iba a cambiar, era la tuya, eras tú.

Ella elevó las cejas, abriendo mucho los ojos. Ahora todo tenía más sentido. ¿Pero qué hacían hablando de estrellas? Qué curiosa es la vida, que nos manda señales y nosotros no sabemos identificarlas.

—No lo entiendes. – dijo él. – Después de yo abandonar Canadá y llegar aquí. Cambié. Crecí. Totalmente. Era otra persona. Me convertí en un tío…que solo quería disfrutar del sexo y de la fiesta. El típico del grupo. Ese. Ese era yo. El que se reía de todas. El que se las comía a todas. - Lali elevó una ceja. Él rió y volvió a
ponerse serio. Se quedó en silencio unos segundos. – De repente tú llegaste y lo cambiaste todo. Porque un día te miré y vi en ti algo diferente. Y no me refiero a diferente
refiriéndome a cómo me habías mirado hasta ese momento, si no...diferente. Nunca había
visto esa mirada en una persona. Eras
insoportable, totalmente. Pero nadie me había dicho las cosas tan claras y ciertas a la cara. Y eso me gustó. Me daba coraje, pero a la vez me
gustaba. Ya me daba igual que la gente te viera conmigo, la chica de gafas y cola alta, me daba lo mismo. Me sentía bien contigo. Quería
raptarte. Incluso lo hice. – Peter carcajeó y Lali se abrazó a él más fuerte. - Un día te reíste
conmigo, y te juro que deseé y esperé hacerte reír al menos mil veces más. Un día me besaste, y en ese momento deseé y esperé saciar mi adicción cada día a partir de aquel.

—Tú eras totalmente insoportable. Juro que te odiaba. Eras…¡Args! Colmabas mi paciencia. Los primeros días eran horrorosos. Me decían
cosas, tú, las estúpidas, todos. Cosas que realmente me dolían. ¿Sabes ese momento en el que aprietas los dientes todo lo fuerte que
puedes, para aguantar, para que no salgan las lágrimas verdad? Ese momento en el que te repites mil veces mentalmente "aguanta, no lo
hagas, no dejes que salgan, aguanta, tú vales mucho más que eso". Mis pestañas ya se estaban cansando de todo aquello. Yo soy fuerte, sí, soy fuerte. Pero intentaba ser más
fuerte todavía. El primer día que entraste en mi habitación, subiste las escaleras, te burlaste de mí, ¡El primer día! – dijo Lali levantando las
manos mientras reía. Peter curvó sus labios en una sonrisa algo divertida.

—Que cabrón. – susurró.

—Días después, te acercas a mi habitación casi muerto, todo lleno de heridas. Golpeado, te habías peleado con Liam.

—Por ti.

—¿Por mí? – ella elevó una ceja.

—Te insultó.

—¿Te peleaste por mí? - Lali abrió mucho los ojos. - ¿Por qué no me dijiste eso?

—Eso era secreto. – dijo él besando su mejilla. Lali  rió. - ¿Qué pasó después?

—Después te acercaste mucho a mí mientras yo curaba tus heridas. Yo en mi vida me había puesto tan nerviosa y menos por un tío como tú. Tan arrogante y…insoportable. – Peter
elevó una ceja y ella carcajeó. – Pero lograste ponerme demasiado nerviosa. Me tuve que levantar y alejarme, estuve a punto de besarte.
Te levantaste, me seguiste y

—Te besé.

—Me besaste.

—Soy el mejor. – dijo poniéndose en pie.

—Eres gilipollas. – ella carcajeó poniéndose en pie y él le robó un beso imprevisto aprovechando que tenía los labios entreabiertos. Luego se alejó lentamente.

—¿Y eso?

—Me apetecía.

Lali se acercó a él y le robó otro beso. Algo más…alocado. Enredando sus brazos y pegándose a él. Se alejaron por falta de respiración.

—¿Y eso? – preguntó esta vez él.

—Me apetecía. – le imitó.

El negó riendo y volvió besarla lentamente, un beso mojado y lleno de cariño. Él susurró algo
sobre los labios de ella, algo que no logró descifrar. Y luego se alejó. Eran las seis y media de la mañana. Ella ya casi no se mantenía en pie. Los tacones se le hacían totalmente cansinos. Cruzaron el ‘bosque’ y
llegaron al recinto. Entraron en la fiesta y continuaron bailando.

Tomaron unas cuantas
copas más. Todos menos Peter. A él le tocaba conducir. Lali había bebido demasiado, estaba… demasiado contenta.

—No bebas más. – Peter le quitó la copa.

—Déjame terminármelo. – le dijo ella intentando quitárselo.

—No, ya bebiste suficiente.

—Anda, ¡déjamelo! – Lali casi no se mantenía ya en pie. Ella no solía beber. De hecho, era la primera vez que bebía.

—Que no gatita, mira cómo estás. – dijo él,agarrándola por la cintura.

Lali le robó un beso
que le dejó sin aliento y Justin bajó el control. Ella le quitó la copa y se lo bebió de golpe. Peter elevó una ceja y la cogió por la cintura.

—Venga, ¡Hey! – gritó casi por encima de la música. Los chicos le miraron. - ¡Nos vamos ya!

—Bebé, no seas aburrido. – le dijo Lali
Besando su cuello. Él cerró los ojos. Mierda. Esto era más fuerte que él. Los chicos siguieron bailando.

—¡He dicho que nos vamos o andaréis hasta la universidad con vuestras putas piernas! –subió el tono de voz.

Todos le miraron y bufaron bajando el ritmo.

—Está bien, está bien. – dijo Nico alzando las manos. – Vamos.


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Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora