Capítulo 37/38/39:-

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Nadie puede engañar al corazón, nadie puede negarse a los sentimientos de éste. El corazón es más fuerte que la mente y nuestros sentimientos son más fuertes que los pensamientos. Nadie puede controlar al corazón. No hay nadie quien pueda dominarlo. Es rebelde y ama a quien se le plazca. Todo es cuestión de tiempo, para que los dos se den cuenta que tienen posibilidades para estar juntos, aunque parezca imposible. Aunque ellos no parezcan personas compatibles, si lo son. Los dos son compatibles, lo parezca o no. Porque los polos opuestos, se atraen. Y son difíciles de separar.

|| Narra Peter ||
Nuestras lenguas empezaron una batalla que sin duda ya estaba ganada. Era increíble hacer eso. Besarla, sin que se resistiera.
-¿No te rindes no? - volvió a susurrar contra mis labios. Yo sonreí sobre los suyos y me separé lentamente de su boca. Aparté un pequeño mechón de su cabello con mi pulgar que rápidamente se posicionó en sus labios recogiendo su textura.
-No, no me rindo.
Ella sonrió y rápidamente una sonrisa divertida se clavó en mis labios. Está claro. En cuanto te tocan la fibra sensible te vuelves estúpido. La agarré por la cintura y le planté otro beso en la boca. ¡El sexto! Nunca se me olvidará. Estuvimos casi una hora besándonos, no podíamos separarnos, parecía como si un gran imán no me permitiera abandonar su exquisita boca. Ahora estábamos recostados en el césped. Eran las ocho y media de la noche, llevábamos allí casi dos horas y media. Lali tenía su cabeza sobre mi pecho mientras yo con mi mano acariciaba su cabello, produciéndole en ocasiones escalofríos.
-¿Por qué te va tan rápido? - preguntó girándose, quedando a un lado de mí, mirándome. Lo cierto era que el corazón me iba como una locomotora. Cambiaba de velocidades sin pedirme permiso. Cogí su mano y la puse sobre mi pecho, encima de mi corazón.
-¿Puedes sentirlo? - ella asintió.
-Que rápido va...- susurró.
-Sí. Va así porque tú, estás aquí conmigo y cada milímetro que te acercas a mí, mi corazón acelera un poquito más. - Lali se acerca un poquito más a mí.
-¿Y ahora?
-Ahora va más rápido. - yo sonrío levemente y ella rompe unos centímetros más, quedándose a apenas 15 centímetros de mi cara. Acariciando mí cabello. Muerde su labio inferior.
-Ahora va a cien.
-¿Sí? - se acerca un poco más, consiguiendo unos 6 centímetros en la separación de nuestras bocas. - ¿Y ahora?
-Ahora a mil.
-¿Y si rompo totalmente la distancia, - vuelve a morder su labio, seduciéndome. - crees que pase algo?
-Lo único que puede pasar es que yo, me haga más adicto a ti y que tú, aceptes por fin que te tengo loca. - ella elevó una ceja divertida y a mi se me escapó una leve risa, cancelada por el tacto de sus labios en las comisuras de los míos.
-¿Hace falta que te diga de nuevo eso?
-S...-me interrumpió.
-¿Por qué no me dices tú a mí que también te traigo loco? - susurró de nuevo contra mis labios, tirando de mi inferior y soltándolo levemente. - ¿Por qué no me lo dices? - comenzó a trazar una fila de besos desde mis labios hasta mi cuello, subió por este y llegó a mi oreja, volvió a bajar. Volvió a mis labios. - Dímelo.
-Me tie...- volvió a interrumpirme besándome en la boca. - loco.
-¿Cómo? - vaciló. - No te entendí. - elevé una ceja y carcajeé, girándola con cuidado, dejándola en el césped, quedándome justo encima.
-Sabes que me tienes loco. Y además, ¿Sabes? - susurré esta vez yo sobre sus labios. - Me encanta cuando haces así...-dije acercándome a sus labios, quedándome a un centímetro. Nuestros ojos estaban cerrados. Se escuchaban algunos grillos en la oscuridad de la noche. - Y poquito a poco me besas.
Ella fue a contestarme algo, pero la silencié con mis labios sobre los de ella, moviéndose esta vez un poco más alocadamente. Si sigue besándome así juro que no podré hacer nada. La deseo infinitamente y algo podría pasar. Pero es que es imposible. Yo no soy así. Yo no era así. Yo cuando deseaba a una chica la deseaba y me la tiraba el mismo día, a la hora. Con ella me bastan los besos y las caricias que me da. Esto me asusta. No quiero reconocerlo. El toque de su lengua volvió a inquietarme.
-Peter. - susurró.
-¿Qué? - me separé lentamente.
-Vámonos ya. - depositó un fugaz beso con sonido en mis labios. Me dejé caer a un lado. - Es tarde y tenemos que llegar antes de las diez a la universidad. - miré mi reloj, eran las nueve y media. Media hora. Se puso en pie y me ofreció su mano. La agarré y me puse en pie en un salto. Ella rió.
-Anda, vamos.
Ladeó la cabeza y la seguí, quitándole las bolsas de las manos de nuevo. Después de apenas cinco minutos llegamos al coche y nos dirigimos hacia a la universidad. En veinte minutos y con el tiempo justo, corrimos hasta la universidad. Subimos las escaleras. Me miró.
-¿A dónde vas? - elevó una ceja observándome.
-Contigo.
-No, vete a tu habitación. Al final nos van a ver. - me quitó las bolsas. - ¿Mañana nos vemos vale? - se acercó a mí y me dio un beso mojado en los labios. Ssstop. Semáforo en rojo. Se despidió. No me gritó. No me empujó. No me dijo nada. Me besó. - ¿Vale? - sonrió.
-Está bien. - reí. - Descansa bonita.
-Es un poco raro que me digas esas cosas. - subió unos escalones y volvió la vista hacia atrás. - Hace tan solo unos meses me decías cosas horribles.
-Sí, es cierto. Per...
-No te justifiques. No la cagues ahora.
-Está bien, gatita. ¿No me das un beso de buenas noches?
Ella curvó sus labios y negó con una sonrisa. Me sonrió de esa forma tan suya y se la devolví. Subió las escaleras con su típico movimiento de caderas y se perdió. Suspiré. Me quedé sin beso pero...la vena sensible estaba más sensible que nunca. Miré hacia mi lado y caminé hasta las otras escaleras, para subir a mi habitación. Las subí veloz. De repente, me sentía enérgico. Cerré la puerta y me quité la blusa, lanzándola encima de la cama. Abrí el cajón de Nico en busca de un cigarro, cuando fui a encenderlo, me detuve observándolo. No cigarros. No más cigarros. Lo lancé en su mesa de noche y me acerqué a la ventana. Esa estrella. De nuevo. Mi estrella. Melancolía. Mamá. Los abuelos. Todos. Estoy cansado de ser Peter Lanzani el que todo lo tiene, el que no tiene nada que quiere. El que está todo el día en líos, el que corre a mil por hora en moto. Quiero volver a mi pueblo, a Canadá. Respirar el aire de Stratford. Suspiré y apagué la luz. Ni si quiera tiré de la manta. El sonido de un 'bip' me asustó por un instante. Estiré mi mano hasta la mesa de noche y cogí mi teléfono móvil. Había recibido un mensaje desde 'WhatsApp'.
• Ha recibido un nuevo mensaje de 'Esposito'.
Otra vez el corazón me iba rápido. Demonios con la balanza de la adolescencia. Abrir.
• 'Hola feo, no tengo sueño.'
• 'Eres odiosa. Estaba a punto de quedarme dormido'. - mientras escribo, una sonrisa estúpida se me cuela en la cara.
• 'Tu sí que eres odioso.'
• 'No tanto como tú'
Lali Esposito, está escribiendo un mensaje...
• 'Hoy me la pasé muy bien. ¿Lo ves que cuando quieres puedes resultar no tan egocéntrico y estúpido? *carita risueña*
• 'Tú también puedes resultar menos orgullosa. Y también me la pasé muy bien' *cerdito bailando*
• '¿Qué haces con eso? *muñeco riendo* ¿De dónde has sacado ese muñeco? *muñeco riendo*
• 'Hay muchas cosas que aún desconoces. Aún no conoces mi lado divertido'.
• '¿Tienes un lado divertido?' *muñeco con la boca abierta*
• 'Yo tengo muchos lados que te gustaría descubrir gatita.'
• '¿Quién te dice eso? *ceja elevada* Yo también tengo muchos que desconoces'.
• 'Me lo dice tu cuerpo cuando estás cerca de mí.'
Lali Esposito, está escribiendo un mensaje...
Silencio. Pasa un minuto.
Lali Esposito, está escribiendo un mensaje...
Ninguna respuesta.
Estoy por seguir escribiendo, cuando me asalta la duda. ¿La he vuelto a cagar? En esta ocasión no aparece ningún animal absurdo. Sin embargo, Lali no responde. Y aunque comprendo que no puedo poner el grito en el cielo porque tarde unos segundos, minutos, en responder...lo cierto es que me pongo bastante nervioso. Respiro tres veces. Lo borra.
• '¿Yo?'
• 'Sí.'
Lali Esposito, está escribiendo un mensaje...
Pausa.
• '¿Por qué no saliste este fin de semana?'
• 'Me iba a ir a Canadá con mi familia, pero el estúpido de mi padre pospuso el vuelo' *carita triste*
• 'Own. ¿Y ahora cuando vuelves?*
• 'No lo sé'.
Tic. Vacío.
• 'No te preocupes, seguro que irás pronto y lo pasarás genial.'
Mi corazón se descontrola.
• 'Gracias linda. ¿Tú porque no saliste? *cara interrogante*'
• 'Mi mamá vive muy lejos.'
• '¿¡Qué!? Me lo hubieses dicho y te habría llevado.'
• ¿Bromeas? Está a casi seis horas.'
• 'Seis horas conmigo. ¿No es una buena oferta?'
• *Dedo medio* Estúpido. *cerdito riendo*
• 'Gracias, eres muy amable.'
• 'Me voy a dormir, ya me entró sueño.' *carita dormilona*
• 'Está bien. Hasta mañana bonita. *caritas morreándose*
• 'Eres absolutamente insoportable. *cerdito carcajeando*
• 'Pues a ti te gusta este insoportable.'
• 'Idiota. *carita enfadada* Hasta mañana Peter, descansa. *cerdito durmiendo*
• 'Hasta mañana preciosa. *corazón bailarín*'
Fin de la conexión.
Dejo el móvil sobre la mesa de noche y suspiro de nuevo. Me quedo observando el techo por unos segundos. Y lo último que recuerdo fue ver a Lali sonriendo mientras me besaba. Lo demás...se volvió oscuro. Muy oscuro.

Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora