⋆𐙚scream⋆𐙚 | Wonki

⋆𐙚cuatro⋆𐙚

Después de dejar la nota en el alféizar, Jungwon se sintió nervioso, pero también extrañamente emocionado. Era la primera vez que le respondía directamente a su observador, y aunque no sabía cómo reaccionaría, sentía que era el momento adecuado para tomar un pequeño riesgo. La idea de empezar una "conversación" con él le parecía extraña, pero no podía negar que había algo en aquel misterio que lo intrigaba profundamente.

Esa noche, Ni-ki llegó a la ventana de Jungwon y notó la nota que él había dejado. La abrió con manos temblorosas, y al leerla, un extraño calor llenó su pecho. Jungwon no lo había rechazado; de hecho, estaba dispuesto a comprenderlo. Aquello lo llenó de alivio y, al mismo tiempo, de nerviosismo. Ni-ki sabía que si continuaban con esta correspondencia, sería difícil seguir ocultando su identidad. Sin embargo, el deseo de seguir en contacto con Jungwon era más fuerte que su miedo a ser descubierto.

Sacó un trozo de papel de su libreta y escribió cuidadosamente, pensando en cada palabra:

"Gracias por confiar en mí, aunque sea un poco. No sé si pueda explicarte por qué hago esto, pero quiero que sepas que no es por hacerte daño. Tal vez no soy tan valiente como para hablar cara a cara, pero... me gusta esta forma de hablar contigo. Espero que no te moleste."

Dejó la nota en el alféizar y se fue antes de que pudiera arrepentirse.

A la mañana siguiente, Jungwon encontró la respuesta de Ni-ki y no pudo evitar sonreír. Aunque aún no conocía su identidad, sentía una sinceridad en las palabras que lo hacía confiar en él. Algo le decía que este extraño no era un peligro, sino alguien que, de alguna forma, estaba tan perdido como él. Decidió continuar la conversación y escribió una nueva respuesta.

"No me molesta, aunque tengo muchas preguntas. ¿Por qué yo? ¿Por qué me observas a mí? No soy especial… o, al menos, no siento que lo sea. Pero, de algún modo, siento que me entiendes. ¿Es eso lo que te atrae de mí?"

Doblando la nota, la dejó en el mismo lugar, esperando que el misterioso chico la encontrara esa noche.

Cuando Ni-ki leyó las palabras de Jungwon, su corazón latió con fuerza. La pregunta de "¿Por qué yo?" lo hizo detenerse. La verdad era que ni él mismo entendía completamente por qué Jungwon lo atraía tanto, por qué se sentía conectado a él. Era como si, en Jungwon, hubiera encontrado algo que lo complementaba, algo que necesitaba, aunque aún no supiera cómo ponerlo en palabras. Después de pensarlo, respondió con honestidad:

"No sé exactamente por qué eres tú. Solo sé que, desde que te vi, supe que había algo especial en ti, algo que me hacía querer estar cerca, aunque fuera desde lejos. Tal vez porque, al verte, me siento menos solo."

Dejó la nota y se marchó, con la esperanza de que Jungwon entendiera lo que quería decir.

A medida que las noches pasaban, las notas se volvieron más frecuentes. Ambos se sentían cada vez más cómodos compartiendo sus pensamientos y sentimientos en aquel intercambio secreto. Aunque las preguntas seguían ahí, cada palabra los hacía sentir más conectados, como si el simple hecho de escribirse en papel les diera una cercanía que nunca habían experimentado con nadie más.

En una de las notas, Jungwon escribió:

"A veces siento que todo esto es un sueño, algo que desaparecerá en cualquier momento. Nunca pensé que alguien me observaría con tanto detalle, pero me hace sentir… especial, en cierto modo. Como si realmente hubiera algo valioso en mí. Gracias por eso."

Al leerla, Ni-ki sintió una punzada de culpa, pero también un sentimiento de calidez. No había planeado que las cosas llegaran tan lejos, pero la gratitud de Jungwon le hacía ver que su presencia tenía un efecto positivo. Decidió responder con algo más personal, esperando que Jungwon comprendiera sus intenciones:

"No necesitas que alguien te haga sentir especial, Jungwon. Tú ya lo eres, aunque no lo veas. Yo solo he tenido la suerte de verlo antes que los demás. Quisiera poder decirlo cara a cara, pero no sé si estoy listo para eso. Espero que puedas entenderlo."

Jungwon leyó aquellas palabras una y otra vez, como si en ellas estuviera escondida una verdad que no lograba descifrar. Quería conocer a su misterioso interlocutor, saber quién era realmente, pero respetaba su miedo a ser descubierto. Al final, escribió una respuesta llena de comprensión y paciencia:

"Sé que algún día estarás listo para hablar en persona, y no te presionaré hasta entonces. Mientras tanto, podemos seguir así. Hay algo en ti que me resulta familiar, aunque no sé bien qué es. Espero que puedas confiar en mí como yo estoy aprendiendo a confiar en ti."

Con esa nota, Jungwon comenzó a sentir que, aunque no conociera el rostro de quien le escribía, ya no lo consideraba un extraño.