LISA
Hace dos años...
Estaba arreglándome para el cumpleaños de Mariana, dedicándole todo el tiempo del mundo a mis rizos. Después de unas horas logré que quedaran perfectos, justo como quería. Decidí ir con algo sencillo porque hacía calor, así que opté por un vestido blanco, veraniego, que dejaba ver un poco mis hombros. Salí de mi cuarto de prisa y me dirigí a la casa de Vicky, donde celebraríamos ya que sus padres no estaban.Al llegar, la vi desde lejos. Su cabello castaño caía libre sobre sus hombros mientras conversaba con Mauro, ambos riendo de algo. Cuando me acerqué, Mauro fue el primero en verme.
—Baby, pensé que nunca ibas a llegar —dijo Mauro, dándome una sonrisa amplia mientras se acercaba.
—Hubo... unos pequeños imprevistos. Me quedé dormida un poco más de la cuenta —contesté con una sonrisa, devolviéndole el abrazo.
Entonces sentí los brazos de Vicky alrededor de mi cintura, atrayéndome a ella. Al instante, mi cara terminó contra su cuello, y su perfume me envolvió, suave pero con ese toque que siempre me hacía sentir algo.
—Supe que tu papá llegó de Chicago, ¿todo bien? —me preguntó en voz baja, solo para que yo escuchara.
Suspiré, tratando de mantener la sonrisa.
—Sí, bueno... mis papás se van a divorciar. Las cosas están complicadas, parecen perro y gato, pero supongo que es lo mejor.
Ella asintió con una mirada comprensiva, y justo en ese momento, Mariana apareció con un trago en la mano, gritando desde el otro lado de la sala.
—¡Lisa, mi amor! ¡Llegaste! —exclamó, acercándose rápidamente.
Sonreí y me separé de Vicky para recibir a Mariana, quien me abrazó tan fuerte que casi me tumbó.
—¡Pensé que te había tragado la tierra! —bromeó Mariana, pasándome el vaso que tenía.
—Feliz cumpleaños, Mari —la felicité, dándole otro abrazo fuerte.
—¡Gracias, Lissy! ¿Lista para arrasar esta noche? —me dijo, levantando su vaso para brindar.
—Sí, lista —respondí con una sonrisa, aunque ya empezaba a sentir el bullicio de la fiesta sobrecargándome un poco.
El rato pasó entre risas y conversaciones que iban y venían, pero a medida que la sala se llenaba de más y más gente, empecé a notar una sensación extraña, como si todo a mi alrededor se volviera ruido. Sentí la necesidad de alejarme, de respirar un poco de paz.
Sin decir nada, me escabullí de entre los grupos y subí las escaleras, recordando el camino hacia la habitación de Vicky. Apenas abrí la puerta, la vi sentada en la cama, sola, mirando el teléfono. Alzó la vista al escucharme entrar y me dio una pequeña sonrisa.
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DELICATE (Young miko)
Fiksi PenggemarDesde los 13 años, Lisa y Victoria han sido inseparables, pero un beso robado reveló sentimientos que nunca se atrevieron a explorar. Años después, Lisa, una streamer y cantante en ascenso, guarda esos recuerdos mientras navega por su vida pública...