Billonarios-the series- KookV (3)

Capítulo 6

El siguiente par de días pasaron sin mayores incidentes. Nadie dejó que Taehyung estuviera solo. Él estaba comenzando a sentirse claustrofóbico. Había estado quedándose casi todas las noches en la habitación de Jungkook, por lo que él mudó todas sus cosas allí, haciéndolo algo más permanente.

Jungkook le explicó que era más seguro para él que se quedara con él, y con todos los huéspedes extra en la casa, ellos necesitaban su habitación de todos modos. Tae estaba asustado de que esto fuera a afectar a Hoseok, pero él ni siquiera parecía notar cualquier cosa inusual acerca de la situación.

Jungkook y Taehyung hacían el amor cada noche y su preocupación parecía desvanecerse hasta volverse nada. Sabía que más que una sospecha, él estaba enamorado de Jungkook y que si él comenzaba a aburrirse, se rompería en pedazos. Estaba en una situación que él había intentado tanto evitar.

¿Cómo no podría enamorarse de él cuando se preocupaba tanto y trataba a su hijo como si fuera suyo?

El resto de su familia lo trataba como si él y Hoseok fueran parte de su familia. Tae se atragantó la primera vez que Soo-hee lo llamó tío. Pero Taehyung estaba empezando a acostumbrarse a eso. Se dio cuenta que realmente le gustaba la forma en que sonaba.

Estaba sentado afuera en la terraza de atrás, cuando un hombre enorme con el pelo corto oscuro y gafas tipo aviador salió por la puerta. El hombre era macizo como un tanque.

—Mingyu, lo lograste —exclamó Jungkook mientras venía por la esquina.

—Lo siento, no pude llegar antes —respondió Mingyu, y después los dos hombres se dirigieron hacia el interior de la casa. Taehyung había oído hablar del viejo amigo de Jungkook. Decidió que debían poner algo especial en los alimentos alrededor de esta área, porque todos los hombres parecían ser demasiados sexys para cualquier persona normal de buena apariencia.

—Está bien, Mingyu, quiero que los chicos piensen que eres una nueva contratación. Por suerte has estado fuera del país el suficiente tiempo para que sólo mi capataz sepa quién eres y yo le hablé sobre lo que está sucediendo, así que no dirá ni una palabra. Obtendrás más información si los chicos creen que eres uno de ellos. Lamento que tendrás que dormir en la cabaña —añadió con una sonrisa malvada.

—Sí, luces como si te apenaras por ello —dijo Mingyu—. Menos mal que he dormido en lugares mucho peores.

—Sí, creo que me gustaría vivir sin comodidades por ahí —continuó Jungkook.

—Tú eres una perita dulce. Bueno, mejor me cambio. Quiero ver las cosas de inmediato. Cuanto antes nos aseguremos que tu Taehyung esté seguro más pronto todos podrán relajarse.

—Aprecio que dejes todo para hacer esto. Él es el indicado, Mingyu.

Nunca me he sentido así con otra persona —dijo Jungkook a su amigo.

—Supe en el momento en que hablamos por teléfono que él era el indicado —le dijo Mingyu, antes de ir a cambiarse en un tipo de ropa menos llamativa. Iba a tener un tiempo bastante difícil tratando de armonizar su tamaño y su porte además de añadirlo a la ropa que estaba usando ahora, y el hombre sí que parecía el militar que era.

Mingyu se cambió rápidamente y se dirigió hacia las barracas donde el capataz del rancho estaba. Estaba atento a todo lo que le rodeaba. Notó a los hombres que trabajaban en la valla a su derecha y el hombre a su izquierda alimentando a los caballos. Él no era un hombre del que fuera fácil pasar desapercibido. Atraparía a este acosador en cuestión de días, si no eran horas.

Él no era un hombre arrogante, era increíblemente seguro. Había estado en el ejército durante casi veinte años y los años le habían enseñado bien. Había pocas personas en su vida por las que dejaría todo. Jungkook era uno de esos hombres selectos.