6. Todo bien, todo mal

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"... creí que iba a ser como siempre pero no fue así, ella no se detenía, me agarró la camisa y respiraba con fuerza..."

Se me ocurrió una idea algo extraña, arranqué una hoja de mí cuaderno y escribí una invitación a un concierto privado con un catálogo de canciones muy cursis en la guitarra:

"Humanos a Marte - Chayanne
Fuentes de Ortiz - Ed Maverick
Darte un Beso - Prince Royce
Sin Rencores - Franco Escamilla
Photograph - Ed Sheeran"

Cuando fui a verla en el descanso, nos sentamos a hablar mientras veíamos a otros jugando fútbol, en ese tiempo hacía mucho frío y yo acostumbraba llevar una cobija térmica en la mochila, y también lo llevaba a todas partes; ambos nos abrazamos con esa cobija sin que nadie nos molestara, en algún momento aproveché para esconder la invitación doblada en su bolsillo.

Diana siempre se da cuenta de todo, y cuando revisó su bolsillo encontró el papel y me interrogó antes de abrirlo, sólo ábrelo le respondí intentando disimular la risa.

Ella lo leyó y me respondió con un "¿Enserio?", le dije que no se preocupara porque yo me encargaría de todo, ella me veía con ternura, yo la veía con ilusión, su risa para mí era un regalo de la perseverancia, hice la invitación para romper la monotonía de vernos, hablarnos y besarnos todos los días como la mayoría de parejas de ahí, tal como hacía con mis otras relaciones, era una propuesta ridícula y todos mis amigos me lo decían ¿Entonces debía limitarme a lo que hacían todos? Por supuesto que no, así que preparé la guitarra y un pandero para el show.

Al día siguiente las cosas se complicaron un poco, supuestamente ese día tendríamos un partido contra otro salón a la hora del concierto, yo quería ir con Diana pero no podía dejar a mis amigos ya que yo era el 10 del equipo y me necesitaban para ganar, no tuve otra opción más que ponerme los zapatos y la camisa del equipo, y cuando bajamos al patio, el otro salón rival se retrasó y no podíamos jugar, me decepcioné un poco pero vi a Diana esperándome en el lugar que acordamos, así que fui a hablar con ella y me preguntó si yo iba a jugar.

Dudé unos segundos en darle una respuesta, pero al final le dije que me espere porque iba a cambiarme, salí corriendo a mi salón a ponerme el uniforme de nuevo y llevar la guitarra, al regreso me encontré a mis compañeras del salón quienes al verme me preguntaron enfadadas a dónde me iba, les dije que luego se los iba a explicar y solo alcanzaron a recordarme que yo debía jugar con el equipo.

...

Diana y yo entramos a un jardín detrás del colegio, era un lugar al que nadie iba y muchos ni siquiera sabían que existía, yo trataba de recuperar el aliento mientras le explicaba a Diana todo lo que pasó y ella me seguía detrás escuchando todo lo que decía, nos sentamos debajo de un árbol, saqué la guitarra de su estuche y le entregué a ella el pandero; no había hecho esto nunca ya que solo hacía conciertos en mi cuarto para mí mismo, y antes de empezar comencé a calentar tocando Prófugos de Soda Stereo, canción que Diana conocía perfectamente y que se convertiría en algo muy especial para nosotros.

Ambos improvisamos y cantamos sin miedo a que nos descubran, yo con la guitarra y ella con el pandero, lo hacíamos tan mal pero al menos fue divertido, al final se me ocurrió tocarle una versión que yo hice de su canción "A marte" y ambos la cantamos como si fuera una canción escrita por nosotros, tal vez olvidé mencionarlo pero Diana tiene y tendrá la voz más hermosa que yo haya escuchado de alguien, cuanto más lo pienso más me convenzo de que ella es la letra que le hacía falta a mi música.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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