Estrellas de verano

ALTERNATIVE ENDING (Halloween Special)

La presión en el ambiente era asfixiante, como si el propio valle nos empujara a tomar una decisión que yo no quería enfrentar. Sentía el peso de cada mirada clavada en mí, todas expectantes, fijas en el resplandor del collar que latía alrededor de mi cuello, como si fuera un ser vivo sincronizado con mi rabia, con mi frustración y con mi miedo. Nova, seria y firme, me miraba con urgencia, sin apartar sus ojos. Kesha y Karenina estaban tensas, listas para saltar a intervenir si las cosas se desbordaban. Leo, a mi lado, era una presencia cálida, pero ni su cercanía era suficiente para aliviar el peso de la decisión que Nova me pedía.

"Astrid, de verdad lo necesitamos" –insistió Nova con una firmeza que me resultaba imposible de ignorar–. "No lo entiendes, pero el collar puede salvarnos a todos."

Salvación... ¿A qué costo? Me lo quedé mirando, sintiendo su peso colgando en mi cuello, cada milímetro de su superficie familiar bajo mis dedos. Mi padre me lo había dado. Su última sonrisa vino a mi mente, llena de orgullo y algo de tristeza, sus palabras grabadas en mi memoria: "Cuídalo bien". Era lo último que me quedaba de él, mi ancla en este mundo. Y ahora, Nova me pedía que lo sacrificara, como si fuera cualquier cosa. Me hirvió la sangre.

–"No" –murmuré, y mi voz resonó, temblorosa pero decidida–. "Nova, ¡no puedes pedirme esto! ¡Es lo único que me queda de él!"

Mi grito pareció desencadenar algo en el collar; su brillo se intensificó, pulsando junto a mi pecho. Sentí una presión nueva, una especie de energía latente que me abrumaba, como si el collar mismo estuviera respondiendo a mi dolor.

Karenina dio un paso al frente, poniéndose entre Nova y yo, su expresión dura pero con una chispa de empatía.— "Tiene que haber otro modo, Nova" –dijo, la voz baja y llena de tensión–. "Esto no es justo."

"¡Claro que no es justo!" –exploté, incapaz de contenerme–. "¿No se dan cuenta? ¡Este collar es mío! ¡Es lo único que me queda de él, y ustedes... todos ustedes... me están pidiendo que lo entregue como si no significara nada!"

Leo intentó alcanzarme, colocando su mano en mi hombro. Su toque me calmó por un momento, como si su cercanía pudiera amortiguar el fuego en mi interior. Su voz era suave, casi suplicante.— "Astrid... entiendo que es difícil, pero si Nova tiene razón y esto es lo único que puede detener todo lo que ha estado pasando..."

Lo aparté bruscamente, el toque de su mano despertó una ira más profunda, más ardiente.— "¡Tú no entiendes nada, Leo!" –le espeté, las palabras cargadas de rabia y frustración–. "¡Nadie entiende nada! ¿Qué saben ustedes lo que significa esto para mí? ¡Es mío! ¡No lo voy a dar, ni a Nova, ni a nadie!"

Sentí que el collar respondía a mis palabras, latía con un calor intenso, como si absorbiera mi rabia y la intensificara, amplificándola dentro de mí. Nova me miraba con una mezcla de miedo y preocupación, y sus palabras fueron una petición silenciosa, casi una súplica.

"Astrid... necesitas calmarte." –dijo, pero su tono no hizo más que alimentar la furia que se acumulaba en mí.

"¿Calmarme?" –sentí que algo explotaba dentro de mí, mi propia voz resonaba en el aire, mezclada con el temblor del collar–. "¡Estoy harta de que todos me digan qué hacer, de que pretendan decidir por mí! ¿Creen que este collar es solo una herramienta? ¿Que no significa nada? ¡Es todo lo que tengo!"

La piedra brillaba con una luz tan intensa que cegaba, su energía irradiaba desde mi pecho como un latido furioso. Sentía cómo mi ira, mi dolor y mi tristeza se transformaban en algo casi tangible, y el collar lo absorbía, canalizándolo. Su brillo, de un resplandor suave, se volvió cegador, bañando el valle en una luz resplandeciente que parecía distorsionar el aire.