Astrid se va de vacaciones a casa de sus abuelos en un pueblo casi desconocido a fuerza de su madre. Ahí conoce a gente que cambiará su vida por completo. Entre cosas fantásticas y que nunca podría haber imaginado hasta historias oscuras de las pers...
La siguiente hora y media la dediqué a ordenar y colocar todo lo que tenía en mis maletas, parecía que me había traido provisiones para un apocalipsis de 3 años, aunque tan solo me quedara en Centarsha tres meses.
"Vuelve antes de las nueve, ¿eh?" -Dijo mi abuelo cuando me vió esprintar desde las escaleras hacia la puerta principal, derrapando para no comerme la madera, él estaba en el sofá con mi abuela, jugando a las cartas.-
"¡SII! CHAOOO" -Exclamé con una risa alegre, agarrando mi bolsito de estrella y preparándome para salir. Agarré el pomo y abrí la puerta.-
Salí de casa de mis abuelos. Estaba sorprendentemente emocionada por conocer a gente nueva...aunque hubiera dicho que iba a ser aburrido, tras pensarlo un poco podría ser emocionante. En cuanto dí un paso fuera, note como mi cuerpo se achicharraba.- "Dios, que calor..." -Suspiré, colocando mi mano derecha sobre mis cejas de forma que pudiera mirar hacia el cielo sin quedarme ciega de por vida en el intento. En cuanto escuché unos pasos y señales de vida por la calle que conectaba las casas, me giré, viendo a una chica castaña mirando el césped, aburrida. Se esbozó una sonrisa en mis labios a la vista de alguien más, ¡por fin! No dudé en ir corriendo hacia ella, aunque en cuanto lo hice, ella me miró con una cara rara, parecía confundida, y dió un paso atrás.-
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"Ehm, ¿hola? ¿Quien eres-?" -Empezó a hablar la chica, pero no tardé en llegar e interumpirla...perdon- "¡Ah, soy Astrid!, he venido desde la ciudad aquí para quedarme en casa de mis abuelos en vacaciones...mi color favorito es el azul, me encantan los perros y las estrellas, ¡me encanta tu pelo! ¿Te lo has desteñido de verdad? Mi madre dice que eso no es bue-" -No pude terminar, ya que la chica rara me puso la mano en la boca, parecía un poco molesta y nerviosa al mismo tiempo. Era un poco más alta que yo, pero no mucho, por lo que pude suponer su edad. Tenía los ojos marrones como la mayor parte de su cabello, y unos piercings bajo los labios. También podía distinguir un collar plateado con una cruz, sobre su top verde bosque. En cuanto a los pantalones, ella llevaba unos cargos cortos marrones y personalizados, con unas converse rojas y calentadores...como si le hubiera dado al botón de "aleatorio" al elegir la ropa.-
"Vale, menos tu nombre, lo demás me da un poco igual...y no, soy rubia y me teñí el pelo de marrón, pero como crece pues la raíz se vuelve rubia de nuevo..." -La chica paró, mirándome a los ojos mientras que yo le observaba como si me estuviera contando la cosa más mágica del mundo, y me quitó la mano de la boca con una expresión seria.-
"Wow, entonces, ¿cómo te lla-"
"Karenina."
"..."
"Puedes hablar ya."
"Gracias, Karenina." -Reí un poco, sonriente.- "Entonces tienes mi edad, supongo. Unos 16 años, ¿no?" -Dije inocentemente.-
