Whish you the best

Capitulo 43

Louis parpadeó lentamente mientras despertaba, sintiendo el peso de una calidez familiar alrededor de su cintura. Su cuerpo se sentía pesado y adolorido, aunque una placentera calma lo envolvía.

 Apenas abrió los ojos, percibió el suave aroma de Harry y, al girarse ligeramente, notó sus brazos firmemente alrededor de él. La sonrisa soñolienta que se le formó en los labios se ensanchó cuando sus dedos rozaron la marca en su cuello, aún sensible.

Harry lo observaba, sus ojos brillantes y llenos de un cariño que parecía imposible de contener. Con suavidad, deslizó su mano hasta el vientre de Louis, acariciándolo con ternura mientras un murmullo lleno de emoción escapaba de sus labios.

—Buenos días... —dijo, y sus dedos se quedaron inmóviles en el vientre de Louis. Miró hacia sus ojos con una expresión suave y enamorada—. Bebe...

Louis sintió un calor ascender hasta sus mejillas, su respiración entrecortada al comprender el peso de esa única palabra. La idea le había cruzado la mente, entre sueños y fragmentos de recuerdos del celo, pero escuchar a Harry decirlo en voz alta lo hizo más real. Puso su mano sobre la de Harry y la presionó levemente.

—Sí... tal vez —respondió en un susurro, sin apartar la mirada de los ojos verdes que lo miraban con tanta ternura—. Quizás haya otro bebé en camino.

Ambos compartieron una sonrisa llena de expectativa y asombro. Los recuerdos del intenso celo aún se sentían frescos, y Louis revivió en su mente la manera en la que el deseo de Harry había respondido al suyo, como si sus cuerpos hubieran sincronizado cada necesidad y emoción en un solo ritmo compartido. Sabía que la conexión entre ellos había sido más fuerte que nunca, y la sincronía de sus celos les había asegurado un lazo aún más profundo.

—Es casi imposible que no lo esté... —susurró Louis, dejando que la posibilidad de un nuevo hijo lo envolviera.

Harry, visiblemente emocionado, lo acercó a su pecho y lo abrazó fuerte, dejando un beso sobre su cabello.

—Lo único que importa es que estoy contigo —murmuró, sus labios rozando suavemente la frente de Louis—. Si ese bebé llega... será porque quiso estar aquí, con nosotros.

Louis cerró los ojos y se dejó acunar en el abrazo de Harry, con una sonrisa que hablaba de esperanza y sueños cumplidos. Podían sentir que estaban, juntos, en el comienzo de una nueva historia.

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Zayn llegó al departamento de Harry y Louis temprano en la mañana, cargando a Noah contra su pecho, y tocó suavemente la puerta. Louis la abrió de inmediato, luciendo un poco cansado pero con una sonrisa sincera, como si estuviera esperando ansioso la llegada de su hijo. Su rostro se iluminó al ver a Noah y extendió los brazos con emoción para recibirlo.

—Hola, peque —susurró Louis mientras tomaba a Noah en brazos, dándole un abrazo suave y presionando una rápida caricia en su cabecita. Noah, al principio, parecía tranquilo, pero al momento de acercarse al cuello de Louis, frunció el ceño y se apartó ligeramente, arrugando la naricita como si algo le desconcertara. Luego, miró a Louis fijamente con una mezcla de sorpresa y confusión, y su manita se aferró con fuerza a su camisa, como si intentara encontrar alguna confirmación en su papá.

—¿Qué pasa, mi amor? —preguntó Louis en voz baja, sin entender del todo la reacción de Noah. Comenzó a balancearse suavemente de un lado a otro, acariciando la espalda del bebé para calmarlo, pero Noah seguía observándolo con curiosidad y sorpresa, como si el aroma de Louis tuviera algo diferente.

Zayn, que observaba la escena en silencio, arqueó una ceja, detectando algo inusual en el comportamiento de Noah. Era evidente que el pequeño estaba notando algo extraño, algo que Louis aún no parecía captar del todo.