Han pasado tres días desde el evento del hotel y no he podido dejar de pensar en el chico de los ojos grises. Qué fastidio.No suelo apegarme ni acostumbrarme a nadie para que cuando me falte no me duela tanto. Lo sé, es una locura, pero es mi forma de protegerme a mí misma. Por lo que pensar tanto en Lyall me resulta molesto como una piedra en el zapato.
Hoy es sábado y salgo a trotar como de costumbre en las mañanas cuando estoy libre.
Ahora mismo me encuentro en el Hyde Park, aprovecho de llamar a mamá para enseñarle el paisaje.
-¡Hola mamá! -Activo la cámara para verla.
-Buenos días, querida, es muy temprano.-La veo en pijamas aún y algo despeinada. Río por lo bajo.
-Disculpa que te interrumpa, olvidé que la diferencia de horas es grande. Quería mostrarte dónde estoy.
-Descuida. -Se echa a reír.-Londres te sienta bien, te veo más feliz.
-No me quejo. Es hermoso y tranquilo. ¿Cómo están Emerson y Emy? ¿Cómo está Carter?
-Están bien, ocupados en sus cosas. Ya los conoces, Emerson con la universidad y Emy con sus dramas de adolescentes. Y Carter, ocupado en sus proyectos de arquitectura como siempre. Te extrañamos mucho. -Sus ojos se nublan. Siento un nudo en la garganta.
-Mamá, me alegro que estén bien. Tranquila, faltan tres meses para navidad, prepararé todo para que vengan a visitarme. Ya me tengo que ir. Te llamaré luego.
-Esperaré pacientemente esas navidades. Cuídate mucho, cariño, te quiero.
-Gracias mamá, te quiero mucho. Un beso y un abrazo. Adiós.
Guardo el móvil y me quedo otro rato sentada en el césped observando los árboles y sintiendo el aire fresco golpeando mi rostro.
Diviso a alguien a cierta distancia entre las personas que navegan en el lago. No puede ser. Lyall. Se acerca a la orilla y comienza a caminar en dirección a mí. Siento el impulso de de huir, pero me quedo inmóvil.
Se ve tan sexy en esos pantalones cortos, camisa de botones blanca y zapatos deportivos. Lleva unas gafas de sol que resaltan el ángulo de su rostro.
-Hola Emma, ¿cómo va todo?
Me quedo perpleja mirándolo.
-Lyall, empiezo a creer que me estás siguiendo o acosando. No sé qué es peor.
Se echa a reír. Su carcajada es tan melodiosa a mis oídos. Se sienta a mi lado.
-Para nada. Es sólo coincidencia, el destino… o quizás, Londres, no es tan grande como me dijiste aquel día.
Mis mejillas arden. Odio eso. Me delatan.
-Como sea, sólo he venido a tomar aire fresco. A relajarme, conectar con la naturaleza. -Hago un ademán con las manos hacia los árboles.
Él sonríe y me queda viendo de una manera que me hace sentir desnuda.
-¿Qué? -Arrugo mi entrecejo.
-Te ves muy hermosa.
-Gracias. -Finjo arrogancia
-¿Saldrías conmigo esta noche? Te llevaré a cenar y luego a un lugar que quiero mostrarte.
-Lyall, qué voy a hacer contigo. -Meneo la cabeza.- Está bien.
-Paso por ti a las 18:00.-Me entrega una tarjeta de presentación, la cual contiene sus datos personales.-Ahí está mi número, puedes enviarme tu dirección.
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Colisión
RomanceEmma Butterfield es una joven que ha pasado parte de su vida huyendo del amor y rompiendo corazones,concentrada siempre en su carrera como psicóloga sin apegarse a cosas o a las personas hasta que su camino se cruza con el de Lyall Knox, exitoso, ca...