Capítulo VI

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Cierro los ojos y respiro siendo consciente de cómo mis pulmones se contraen y expanden. Del movimiento de mi abdomen. Los latidos de mi corazón. Entro en un estado de relajación.

-Tú puedes.-Me repito a mí misma frente al espejo antes de salir a dar la conferencia a jóvenes universitarios sobre  la importancia de las relaciones y la teoría del apego de John Bowlby.

Desde que comencé a estudiar mi carrera sabía que quería enfocarme en esto . Sí, me encanta la investigación, pero también el tratamiento a través de terapia y el transmitir información sobre temas importantes de salud mental.

Mi amiga Sara ha venido a brindarme apoyo, la veo entre la multitud de jóvenes, no aparenta sus 26 años. Sonríe al verme entrar en el escenario.

Comienzo recalcando la necesidad inherente a los seres humanos de relacionarse con sus semejantes. Somos seres sociales por naturaleza. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene una forma de sostener vínculos con los demás, lo cual se ve afectado y en cierta forma determinado por la relación con las primeras figuras de apego: nuestros padres.

Procedo a hablar sobre la teoría de Bowlby. Los tipos de apego, su origen, características y cómo transformarlo.

Abro la sesión de preguntas y respuestas.

-Buenos días a todos los presentes.-Escucho que alguien entre los últimos puestos toma la palabra. Todos ponen su atención en él. No logro distinguir bien debido a la distancia pero sé que es un chico moreno, alto y musculoso.-¿Qué tipo de apego tendría alguien que tiene problemas para mostrar sus emociones, para confiar y comprometerse?

Me quedo perpleja ante la pregunta, porque esa voz se me hace conocida.

-Se podría decir que es alguien con un apego evitativo.

-¿En ese caso qué debería hacer la persona para establecer una relación sólida y segura donde pueda ser vulnerable y comprometerse sin miedos? -Lanza otra pregunta.

-Primero que nada acudir a terapia para conocer a fondo la causa. Su historia familiar, su infancia. Segundo, la persona podría poner en práctica el autocuidado, reconocer y validar sus emociones, aprender a expresar sus necesidades. Es complejo como todo proceso, estaría bien comenzar por lo antes mencionado.

-Gracias. -Vuelve a su asiento.

La conferencia se extiende por una hora más y para las preguntas que no alcanzo a responder,  dejo una cajita en la salida donde pueden escribir y depositar sus inquietudes con su dirección de correo electrónico donde se les enviará una respuesta.

Muchos se acercan a mí dándome las gracias por la orientación, otros expresando que ha sido muy satisfactorio escucharme hablar. La verdad estoy muy feliz de poder ayudar.

-Ahí está mi psicóloga favorita. La que escucha mis dramas y siempre sabe qué decir.-Sara se acerca a mí y me abraza.

-Gracias. Tus abrazos son pura oxitocina.

-No sé qué es, pero debe ser algo bueno.-Ambas reímos.

-Lamento interrumpir, quería venir a dar las gracias. -Escucho esa voz. No puede ser.
Me doy media vuelta y veo a Lyall detrás de mí con un ramo de tulipanes de varios colores.

-¿Qué haces aquí? -Veo a mi amiga y no parece sorprendida como yo.-Sara, ¿Sabías que él estaba aquí?

Ella me da una sonrisa culpable.

-¿Las gracias? -Me vuelvo hacia Lyall.

-Sí, por responder a mis dudas.

Siento mis mejillas arder. Cojo el ramo de tulipanes.

ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora