El terrible asesinato de Cedric Diggory había sido traumatizante para muchas personas.
Pero llevando a cabo una investigación a profundidad, Dumbledore había descubierto en la habitación del Hufflepuff ciertos alucinógenos, aunque los amigos del muchacho alegaron que jamás le vieron consumiendo nada de eso.
El caso se sello como un trágico final bajo los efectos de una droga mágica.
Pero Harry sabía que eso era mentira.
Todo lo era.
Aunque Cedric era un tipo molesto e intenso, Harry lo conocía bastante bien, no era de aquellos que experimentaban con ese tipo de sustancias, nunca arriesgaría su futura carrera como jugador profesional de Quidditch por algunos momentos agradables.
Además estaba esa nota...
Mierda, Harry había tenido que esconderla dentro de su almohada, con miedo de que alguien la encontrará. Si las personas supieran que tenía contacto con el responsable de todos los asesinatos...
Simplemente no podía permitirlo.
Por lo que, trato de mantenerse como debía, mostrando falsa tristeza por el tejón fallecido y llorando una perdida que realmente no lamentaba.
Pero entonces llegaba la noche y no paraba de preguntarse, ¿Porque aquel sujeto había hecho eso?
Pasaba largas horas, mirando al techo de Gryffindor, con aquella duda en su mente. Tratando de encontrarle lógica, aún cuando sabía que era inútil buscarla en las acciones de un psicópata. Repasaba cada momento con lentitud.
Pero jamás llegaba a una conclusión.
Y con el paso de los días, dejo de buscarla, al igual que la presencia del asesino, quién no parecía más interesado en él. No se había presentado en ninguna de las veces en que se quedaba solo. Harry realmente se sentía decepcionado.
Eso hasta que se organizo una fiesta tardía por Halloween.
Con todos los problemas que habían, toda la inseguridad y personas muertas, realmente nadie pensó en hacer algo por las festividad del 31 de octubre. Por lo que el día pasó sin pena, ni gloria. Casi como un fantasma.
Hasta que, sintiéndose un poco más calmados y tratando de elevar el ánimo, unos chicos de Gryffindor decidieron hacer una fiesta, una de la que Dumbledore no supiera. Pues aún tenían aquel toque de queda impuesto para su seguridad.
Pero eran adolescentes.
Tan estúpidos para no pensar en su propio bienestar y salvaguardar su vida.
La reunión fue planeada en susurros, invitando solo a personas que pasarán el quinto grado, no queriendo tener que lidiar con los niños más pequeños. Además, habría alcohol, no iban a preocuparse por ellos.
La noche del 15 de noviembre, Harry se arregló en su habitación, observando su disfraz en el espejo. Había elegido un conjunto de ropa azul, estilo árabe, con temática del mar. Parte de su torso estaba descubierto y mostraba la musculatura que tenía debido al Quidditch, al igual que sus brazos. Su piel daba un toque de sensualidad y Harry se sentía tan bien, que no le sorprendería si conseguía algo casual hoy, ya sea con un hombre o una chica.
Ron y Hermione se habían puesto de acuerdo para ir con un disfraz de pareja, al parecer serían un príncipe y su princesa, lo que estaba bien. Quedaba bastante para ellos.
Estuvieron listos casi al mismo tiempo y los tres bajaron de la torre, caminando con sigilo por los pasillos, tratando de no ser encontrados por algún profesor. Harry sabía que Hermione los mataría si le bajaban puntos a su casa por esto, había sido casi imposible convencerla, aún no sabía cómo Ron lo logro.
ESTÁS LEYENDO
SCREAM: La Obsesión Del Ghostface. [DRARRY]
FanfictionHogwarts, escuela de magia y hechicería, la más segura del mundo. No, definitivamente no lo era. Cuando los asesinatos empiezan, los corredores se llenan de sangre y las noches de gritos, cuerpos son encontrados y es hora de correr por tu vida. Un...