C.004

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Capítulo cuatro:

¡Despertar en el hospital! ¡El misterio de la carta!

Han pasado diez días desde que Yukimi dejó Koorigakure y cinco días desde que fue encontrada y llevada al hospital

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Han pasado diez días desde que Yukimi dejó Koorigakure y cinco días desde que fue encontrada y llevada al hospital. Durante este tiempo, no ha despertado.

—Mmmh —los párpados de la niña le pesaban mientras intentaba abrirlos, y el dolor de cabeza se intensificó con la luz blanca de la habitación. Con algo de dificultad, se incorporó en la cama.

—Oh, veo que ya despertaste. —Una voz suave sorprendió a la niña, y giró para ver a una doctora que se acercaba con cautela. —¿Te sientes mejor?

La niña no respondió. Parecía perdida en sus pensamientos, como una muñeca de porcelana. La doctora, preocupada, le acercó un vaso con agua, obligándola a beber un poco.

—Un ninja te encontró en el bosque con una capa cubierta de sangre, además de que estabas exhausta. ¿Sientes alguna otra molestia? —preguntó la doctora.

La niña seguía sin responder. La doctora suspiró y se retiró.

El Hokage, quien se encontraba en plena reunión con los líderes de clanes y el consejo de ancianos, recibió un mensaje informándole que la niña había despertado. Sin perder tiempo, ordenó que la llevaran a la sala.

La doctora, a toda prisa, vistió a la niña con un vestido morado veraniego de manga larga y unas botas a juego. Le entregó su mochila, en la que había una pulsera y un pergamino. La niña, sin decir nada, sacó la pulsera y se la puso después agarro el pergamino y lo guardó en la manga de su vestido.

Mientras la niña se quedaba parada, con la mirada fija en la pulsera, la doctora la llevó a la sala de reunión. Kakashi, quien ya se encontraba allí,  tomó la mano de la niña y la guió hasta el centro de la sala.

—Hay rumores de que Koorigakure ha desaparecido —dijo Shōta, el líder del clan Akaishi, acompañado por su esposa Kaede, mientras la niña seguía con la mirada perdida en algún punto de la habitación.

En ese momento, la niña, al quitarse la capucha, mostró su corto cabello blanco y sus misteriosos ojos morados.

—Aprovechando que están aquí, mandé a traer a la niña  —dijo el Hokage, llamando la atención de los presentes.

—¿Quién eres? ¿De dónde eres? ¿Dónde están tus padres? —fue la pregunta de Danzo, parte del consejo ancianos, mientras la niña seguía sin hablar.

La pequeña no respondió, su mirada se apagó con las preguntas. Una rubia mujer no pudo soportar verla y se acercó a la pequeña, abrazándola.

—Madre. —dijo la pequeña en un susurro, al sentir los brazos de la mujer rodearla, acurrucándose en el calor que le recordaba a su madre. La voz de la niña fue un susurro de calidez, tristeza, tranquilidad y seriedad a la vez.

Esa acción los sorprendió, pero lo que más llamó la atención fue que cuando las dos mujeres se separaron, la niña se inclinó para mostrar un pergamino que le extendió a la mujer, quien la miraba confundida. La pequeña, al ver que no lo tomaba, avanzó hacia ella con el pergamino aún extendido, asintiendo con la cabeza. La mujer agarró el pergamino, lo abrió y leyó en voz alta el contenido.

Para Konoha:

Si están leyendo esto, es porque nuestro clan ha sido encontrado y aniquilado, y mi pequeña hija ha ido hacia ustedes por una nueva vida. Les suplico que protejan a mi pequeña Yukimi, el poder que tiene no puede caer en manos equivocadas, por eso la envié con ustedes para que la cuiden.

Att: Kōri Amaya

El apellido de la mujer los sorprendió, ya que ese clan era, por así decirlo, una leyenda. "El poder que tiene no puede caer en manos equivocadas", esas palabras los preocuparon, pero decidieron creer en la advertencia y mirar a la niña.

Un silencio incómodo llenó la sala. La mirada de los líderes se posó en la pequeña Yukimi. La niña, con un gesto casi imperceptible,  se acomodó el collar, como si buscara un poco de seguridad en su familiaridad.

El Hokage, con un gesto de comprensión, rompió el silencio. —Está decidido, se quedará en la aldea.  Necesitamos protegerla, pero también comprenderla.  —Se dirigió a los líderes de clanes, con un tono más autoritario. —¿Tu nombre es Yukimi?

La niña asintió lentamente, sus ojos morados se posaron en el Hokage por un instante. La mirada que le dirigió fue breve, pero profunda, como si observara algo más que la superficie.

Hiashi, el líder del clan Hyūga, frunció el ceño. —¿No sería mejor que la mantuvieran bajo observación? La advertencia en la carta es clara, su poder podría ser peligroso en manos equivocadas.

—No podemos encerrarla, Hiashi. —respondió Kaito, líder del clan Shizuka, con una expresión seria. —Debemos confiar en ella, por lo menos hasta que comprendamos a qué se refiere la carta.

La mirada de la niña se posó sobre Kaito por un momento, antes de volver a la nada. Su silencio era un enigma, pero no era vacío.

Amane, la mujer que la había abrazado, intervino, con una voz suave. —Ella necesita tiempo, necesita que la traten con cariño.

—Sí, Amane tiene razón. —dijo el Hokage, asintiendo. —Debemos dejar que se recupere y que se adapte a la aldea.  —Se dirigió a Kakashi, quien seguía de pie junto a Yukimi. —Kakashi, llevarás a Yukimi al hospital, por favor.

Kakashi asintió, con una mirada llena de curiosidad. —Sí, Lord Hokage. —Su mano se posó sobre el hombro de Yukimi, guiándola hacia la salida de la sala.

Yukimi, al salir, se acomodó la capucha, ocultando sus ojos morados del mundo.

El Hokage observó a la pequeña alejarse, sintiendo un peso en su corazón. La carta de Kōri Amaya era una advertencia, pero también una súplica.  Protección, comprensión, eran las palabras que resonaban en la mente del Hokage, mientras  los líderes se retiraban de la sala.

Yukimi, de regreso en su habitación, no se acostó. La comida que le ofrecieron, no la tocó.  Se sentó en la ventana, mirando la luna llena, envuelta en el silencio de la noche.  No sabía qué le deparaba el futuro, pero una pequeña esperanza, un cálido rayo de luna, la acompañó.





























  No sabía qué le deparaba el futuro, pero una pequeña esperanza, un cálido rayo de luna, la acompañó

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Hola espero que este capítulo sea de su agrado y le den apoyo.

Si han visto “naruto” los clanes Shizuka y Akaishi no forman parte del anime original, así que para los que vieron el anime y no los recuerdan no se espanten y también habrá muchas cosas que no pertenecen en el anime original que son de mi autoría y creación.

Yukimi al igual que gaara esta teniendo problemas de sueño pero en vez de por una criatura es por que su mente no se desactiva y sigue activa durante la noche

𝑲𝒊𝒃𝒐̄ 𝒏𝒐 𝒔𝒉𝒊𝒕𝒂𝒖 |𝓢𝓪𝓫𝓪𝓴𝓾 𝓷𝓸 𝓰𝓪𝓪𝓻𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora