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Tres años pasaron como un susurro de viento. Las chicas, ahora con 8 años,habían crecido, su magia se había fortalecido y su amistad se había solidificado. Las historias de Yumehana, del campo de entrenamiento de Helaria y de la Alianza, se habían convertido en un tejido fundamental en sus vidas.
Yukimi, Hiromi e Izumi se encontraban en la Academia Ninja de Konoha, rodeadas de otros niños que soñaban con convertirse en ninjas. A pesar de sus poderes únicos, se esforzaban por integrarse, por aprender las técnicas de combate y las estrategias que les permitieran desenvolverse en el mundo ninja. Yukimi, a pesar de su talento, se mostraba un poco distante, su corazón helado como la nieve.
Un día, Iruka-sensei, con una sonrisa de orgullo, las llamó a su oficina. Se sentaron frente a él, esperando con ansia las palabras que estaban por escuchar.
—Chicas, han demostrado un progreso excepcional. Sus habilidades son impresionantes, incluso para los ninjas más experimentados. Han aprendido con rapidez las técnicas básicas de combate y el manejo del chakra— dijo Iruka-sensei, con una voz llena de satisfacción—Estoy seguro de que podrían superar a muchos ninjas de su edad, pero hay algo que no se enseña en las aulas, algo que solo se aprende a través de la experiencia.
Las chicas se miraron entre sí, intrigadas.
—Han llegado a un punto en el que necesitan un desafío real, una prueba de su destreza y de su capacidad de trabajo en equipo— Iruka-sensei sonrió y continuó—Han demostrado que están listas para convertirse en genin. Han superado las expectativas. Por lo tanto, las someteremos a una prueba, una serie de desafíos que pondrán a prueba su determinación y su habilidad como ninjas.
Yukimi sintió un ligero escalofrío, pero no era de miedo, sino de emoción. El frío de su corazón se sentía como un muro de hielo, pero ella sabía que era parte de ella, parte de su poder.
Las chicas se pusieron de pie, un poco nerviosas pero con el corazón lleno de emoción. Estaban listas para demostrar su valía, para enfrentar los desafíos que les aguardaban y para demostrar su potencial como ninjas.
Las pruebas para convertirse en genin estaban diseñadas para poner a prueba las habilidades y el ingenio de los aspirantes ninjas. Iruka-sensei les explicó que se dividirían en tres partes:
Prueba 1: Combate:
El primer desafío era una prueba de fuerza y habilidad. Las chicas debían enfrentarse a un curso de obstáculos que incluía paredes escalables, trampas de chakra y maniquíes de entrenamiento que simulaban ataques ninjas.
Yukimi, con su corazón congelado, utilizó su poder de hielo para crear escalones congelados que la ayudaron a escalar las paredes y para congelar las trampas de chakra, inhabilitándolas. Hiromi, con su espíritu ardiente, creó pequeñas llamaradas que la impulsaban hacia adelante y que incineraban los maniquíes de entrenamiento. Izumi, con su sabiduría, creó pequeñas olas de agua que la impulsaron hacia delante y que la ayudaron a esquivar las trampas.
