C.006

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Capítulo seis:

¡Un reencuentro espiritual! ¡Una amistad eterna nace!

Yukimi, con el libro en mano, salió de su oficina y se dirigió a su habitación

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Yukimi, con el libro en mano, salió de su oficina y se dirigió a su habitación. La mañana ya había llegado, y la luz del sol se colaba por la ventana, iluminando la habitación. Se dirigió al baño para darse una ducha y cambiarse de ropa. Mientras se peinaba su corta y blanca cabellera, no podía evitar admirar sus ojos morados, tan parecidos a los de su madre. Se puso una vincha, un pequeño gesto que la hacía sentir más conectada con sus raíces. Los recuerdos de su madre y de su hermano mayor, peinándola con ternura, la inundaron, llenándola de nostalgia.

Dejando el libro en la cama, Yukimi bajó a la cocina para prepararse un desayuno ligero. El aroma a pan recién horneado proveniente de una panadería cercana la tentó a salir y explorar la aldea. Sin embargo, al pasar cerca del bosque que bordeaba la aldea, su corazón comenzó a latir con fuerza, como si una fuerza invisible la atrajera hacia él.

Yukimi sabía que esa parte del bosque estaba prohibida. Era un lugar lleno de misterio, donde la espesura de los árboles ocultaba secretos antiguos y leyendas que se transmitían de generación en generación. Sin embargo, una fuerza inexplicable la empujaba a entrar. Su cuerpo comenzó a temblar, y de repente, sintió que su cuerpo se transformaba en copos de nieve, flotando en el aire y atravesando el bosque con facilidad.

Al llegar al corazón del bosque, Yukimi encontró un claro rodeado de árboles imponentes. Era un lugar mágico, donde la luz del sol se filtraba a través de las hojas, creando un espectáculo de luces y sombras. Y allí, justo frente a ella, vio a otras dos niñas. Una de ellas, con corta cabellera rubia y ojos azules, vestida con un vestido turquesa, se encontraba a su izquierda. A su derecha, una niña con cabellera castaña y ojos verdes, con un vestido coral, completaba la escena.

Las tres niñas se quedaron mirando fijamente, sin decir una palabra, pero sintiendo una profunda conexión entre ellas. Era como si se conocieran de toda la vida, aunque en realidad nunca se habían visto. Una extraña sensación de felicidad y tristeza las envolvió, un torbellino de emociones que las dejó aturdidas.

Sin poder controlarlo, cada una de ellas se vio envuelta en un aura brillante. Yukimi, con su aura blanca, sintió una ola de energía que la recorrió de pies a cabeza. Shizuka, con su aura azul, se preparó para defenderse, mientras que Akaishi, con su aura roja, lanzó un ataque de fuego.

Las tres estaban a punto de luchar, pero de pronto, la calma regresó. Desactivaron sus ataques y se miraron, buscando respuestas en los ojos de las demás.

—Soy Shizuka Izumi –dijo la rubia con voz tranquila, dejando escapar una leve sonrisa. –Pertenezco al Clan Shizuka, especialistas en ninjutsu y en la costura. Soy la hija del líder, y como vieron, puedo controlar el agua.

𝑲𝒊𝒃𝒐̄ 𝒏𝒐 𝒔𝒉𝒊𝒕𝒂𝒖 |𝓢𝓪𝓫𝓪𝓴𝓾 𝓷𝓸 𝓰𝓪𝓪𝓻𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora