Never Let Me Down Again [Hunger Games AU]

Capítulo 5

Hunter y Nesta pasaron la noche en la carnicería y mañana se mudarían a su nueva casa.

Hunter estaba dispuesto a mudarse al pueblo si eso quería Nesta, pero su esposa afirmó que no tendría los mejores ánimos de verle la cara todos los días al padre de su bebé y que para ella llevar un embarazo tranquilo haría el sacrificio de vivir en la Veta.

Nesta se quedó en su habitación de la infancia y Rooba abrió un cuarto pequeño y solitario para Hunter.

—Este solía ser el cuatro de nuestro hermano Ewan — dijo Rooba — Puedes pasar la noche aquí.

—¿A Nesta no le molestara? — preguntó Hunter.

—Ella ya cayó dormida como oso en invierno — rio Rooba — Descansa. Mañana, Nesta y tu se pondrán a trabajar en esa casa.

—Gracias Rooba.

—No hay de qué — le sonrió Rooba — Ahora eres de la familia.

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Le dieron una semana libre por licencia de matrimonio, así que a primera hora del lunes, Hunter fue al edificio de Justicia.

—Las llaves de tu nuevo hogar — dijo Marcus Undersee, el encargado de vivienda del Distrito Doce.

—Gracias Undersee.

—Feliz Luna de Miel — le sonrió Undersee con picardía — Ojala tu y Nesta disfruten de la privacidad de su nuevo hogar. A menos que hayas probado antes su miel.

Hunter le dio una mirada mortal al chico frente a él por su comentario.

—Uh, lo lamento — se disculpó rápidamente.

Hunter se despidió y marchó directo a la carnicería. Nesta ya estaba despierta por los sonidos de arcadas que pudo escuchar desde la sala de la casa.

—Buenos días — saludó Rooba atándose su delantal con manchas de grasa y sangre que no salió del todo.

—Buenos días Rooba — saludó Hunter a su cuñada. — ¿Nesta está bien?

—Oh, náuseas matutinas — contestó sin importancia Rooba mientras sacaba pan y lo empezaba a cortar en rebanadas — Ya puse a hervir un poco de jengibre. Eso le calmara el estómago.

Hunter se sentó y le mostró las llaves de su nuevo hogar.

Solo era un simple juego de dos llaves. Una de la puerta delantera y la trasera, ya que este modelo de cabaña tenia una salida trasera.

Escuchó pasos desde la escalera, Nesta bajó con el ceño fruncido y el cabello revuelto.

—Buenos días — saludó Nesta mordazmente.

—Buenos días, Nesta — contestó Hunter y levantó las llaves— Ya tenemos las llaves.

—Yupi — soltó con sarcasmo mientras se sentaba en frente de él. — Ese lechón me hizo mal al estómago.

—Lo que te hizo mal al estomago es ese bollo que tienes en el vientre — contestó Rooba colocando una taza de té frente a su hermana, un par de rebanadas de pan con manteca y un huevo cocido. Rooba miró a Hunter —Por cierto, aún hay comida de ayer, por si quieres un poco.

—Gracias Rooba.

Rooba le sirvió lo mismo que Nesta solo incluyó parte del asado de ayer.

—Mañana voy a hablar con el señor Loski — informó Nesta — Él hombre ya está con un pie en la tumba y quiero hacer negocio con él.