14 - El camino de Takeru

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Capítulo a Takeru. El próximo Loki.

TAKERU POV:

Corrí hacia delante, por bastante tiempo. Me detuve a beber un poco de agua. Debía agradecer a mi condición física y me entrenamiento diario, si no, no hubiera aguantado tanto.

Quería ver al perdedor de Loki, seguro iba mucho más atrasado, acalorado y lleno de sudor. Ganaría este concurso sin lugar a dudas. No iba a dejar que Mizuki perteneciera a ese irresponsable.

Cuando me iba a levantar y continuar mi camino, algo me empujó al agua. Provocándome que cayera al río.

-¿Qu-quién me ha empujado? – Pongo mis manos en dos puños y miro desafiante a los lados mientras salgo del agua

-Hola hermano – Me giro y me encuentro con mi hermano Tsukito, en su forma de dios

-¿E-eh? ¿Tsukito? ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué tienes tus poderes?

-Hermano Takeru, voy a ser tu primer obstáculo. Para ello Zeus me ha dotado con mis poderes de nuevo. Tengo que pedirte disculpas, pero debo luchar contra ti como una verdadera competición – Comienza a flotar en el aire

-¿P-pero y mis poderes? ¡No te puedo ganar de esta manera!

-Oh, sí, el objetivo es avanzar. Lo único que debes hacer es perderme de vista, por decirlo de esta manera ¿Preparado? – Asciende y yo me preparo asintiendo – Comenzaré la batalla en...3...2...1

Comencé a correr teniendo a Tsukito detrás de mí. Me fijé en que estaba a punto de lanzarme uno de sus poderes. Me di cuenta a tiempo y los esquivé metiéndome en el río y buceando. Agarré mis sandalias para no perderlas y las guardé en mi chaqueta en un movimiento rápido.

Tenía ventaja en ese terreno, al fin y al cabo era un dios que conocía perfectamente el agua. Comencé a ganar velocidad por las corrientes del río. Me di cuenta de que de esta manera era más complicado para Tsukito, pues no me encontraba con facilidad.

Aproveché una de las veces que ascendió para tener una mejor vista, para nadar más rápido y adelantarme.

Vi una cascada y no dudé en lanzarme. Caí con facilidad, y cuando miré hacia arriba, vi como Tsukito se alejaba. Me coloqué las sandalias de nuevo saliendo del agua.

-¡Sí, primer obstáculo, ya solo quedan tres! ~~

Alcé la vista y divisé a otro de los dioses

-¿EH? ¿NO VOY A PODER DESCANSAR? Hades-san, ¿esto está en las reglas?

-Por supuesto, Takeru-kun, los obstáculos se introducen uno tras otro

-Tsk... - Me sacudo un poco - ¿Y bien? Debo avanzar hasta perderme de tu vista

-Correcto. Eh... - Comienza a flotar en el aire en su forma de dios – Comencemos en 1, 2, 3...

Corrí de nuevo. Pero, con los poderes que tenía Hades esto era complicado. Cuando menos me lo esperaba me sucedían desgracias, y no estaba usando sus verdaderos poderes y ni siquiera al máximo. Esto sería un gran problema.

Cada vez que aceleraba el paso, tropezaba. Cada vez que me metía entre los árboles, estos caían. Si conseguía encontrar un refugio temporal como escondite, este empezaba a derrumbarse. Claro, que esto solo funcionaba cuando seguía en la vista del dios griego.

En un momento tuve una idea. Si comenzaba a confundir a Hades, tal vez no se diera cuenta y podría escapar. Me detuve un momento y agarré un par de piedras cuando no me miraba directamente. Comencé a correr con ellas y justo cuando me perdía la vista un segundo entre los árboles, las lancé al lado contrario. Y ¡funcionó!

-¡Takeru! ¡Deja de correr hacia el lado equivocado! – Se fue por el camino de las piedras y yo corrí alejándome de ese lugar

Llegué al mar y me frené para descansar, observando las vistas del atardecer.

-No puedo detenerme, debo ganar – Me subí a un árbol para elegir el mejor camino hasta que una voz detrás de mí me interrumpió

-¿Qué haces Takeru? – Me escurrí, sujetándome por suerte

-¿Dioniso-san? ¿Eres el próximo obstáculo?

-Posiblemente~~ -Me bajé de un salto y me preparé, quitándome mi chaqueta y corbata (va vestido como en las clases) – Bien, pues comencemos. Tienes tres segundos para adelantarte.

-¿En serio? – Asiente. Esto me parece una trampa – Eh...pues adiós – Comienzo a correr lo que más puedo

-¡Allá voy! – Oigo como Dioniso asciende en el aire y se aproxima a mí

Me giro un segundo y veo como una especie de líquido me agarra el pie

-¿E-eh? ¿Qué se supone que es esto? – Me intento liberar, pero está viscoso y lo único que hace es dirigirme a donde quiere. Nos volvemos a adentrar en el bosque

-¿Te gusta mi vino? – Se ríe y me levanta levemente por los aires. Provocando que me tropiece – Esto es divertido

Si sigo así no me podré zafar de su agarre y perderé ¿qué debería hacer? ¿Si mezclo el vino con otro líquido me soltará? No perdía nada con probar... Me acerqué lentamente sin que Dioniso lo notara y le eché barro al lugar del agarre de mi pie. Estaba en lo cierto, el vino se debilitó y acabo cayendo al suelo como cualquier otro líquido (aquí funciona así xD)

-Ya has descubierto el secreto... Pero veamos si consigues que te pierda de vista

Agarré mucho barro y comencé a tirárselo a la vez que él me enviaba ese extraño vino. Comencé a hacer zigzag entre los árboles, por lo que aquellos chorros de vino que me enviaba quedaron enredados y Dioniso se quedó pillado desatándose. Yo aproveché y me alejé de allí.

Paré a descansar un momento, para ello me metí en un lugar escondido entre los arbustos y me senté en la hierba. Agarré una manzana y le di un mordisco, estaba sabrosa. Tenía un color muy rojizo...como los labios de Mizuki.

Esto era vergonzoso pero había acabado enamorado de ella, no podía deja que el patético dios del fuego besara sus labios. No lo iba a permitir.

Salí de aquel lugar, encontrándome con la mirada de Thot sobre mí

-Mira estúpido dios del agua, no voy a ser obstáculo de nadie, no me rebajaré a ese nivel.

-¿E-eh? – Embocé una sonrisa con esperanzas

-Sí, idiota, esto es algo denigrante, no malgastaría mis poderes en alguien como tú. Pero no voy a dejar que ganes así de fácil – Para ello... - Se dibuja una sonrisa maliciosa en su serio rostro – Dame tus sandalias

-¿E-EEEEHHHHH? – Me los quita en un movimiento rápido, yo caigo de espaldas al suelo

-Es un obstáculo ¿cierto? – Se ríe y se va

Este estúpido dios de la sabiduría... Pero al menos no me llevaría tiempo entretenerme con él.

Sin dudarlo comencé a correr con el resto de energías que me quedaban. Vi una tremenda luz, debía ser el lugar del final, donde se encontraba la bandera. Giré mi cabeza hacia mi lado izquierdo. Debía, quería ganar.

El concurso de la nueva maestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora