AHOPSAN FOREST • KOOKV

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El agua fluía a su alrededor, tibia y envolvente, creando una sensación de calidez que se extendía suavemente por todo el cuerpo de Taehyung que se encontraba en medio de ese momento de tranquilidad, experimentaba una serenidad profunda entre cada gota de su piel acariciando de ella con una delicadeza, desde las muñecas lastimadas hasta la punta de los pies, sus sentidos se dejaban llevar por el suave masaje de la corriente.

Mientras el agua lo rodeaba, una calidez agradable se apoderaba de su pecho, como si una manta invisible lo abrazara, envolviéndolo en un estado de bienestar que parecía crecer con cada instante, era un momento de paz absoluta para el, donde todas las tensiones del día se desvanecían, dejando lugar a una sensación de confort y relajación, la atención que recibía era un poco más meticulosa en cada toque, sentía cómo sus preocupaciones se deshacían lentamente, como el vapor que se elevaba en el aire.

Las manos de Jungkook quien tenía sus mangas arremangadas hasta los codos de sus brazos, estaban húmedos mientras seguía atendiendo la necesidad física del castaño en la bañera.

Taehyung, aunque aún no se encontraba en su mejor estado, no podía evitar sentirse ligeramente fascinado por el entorno en el que se hallaba, en lugar de la fría bañera de antes, donde había recibido la atención del pelinegro de manera dura y corriente, ahora se encontraba en el baño de Jungkook, un lugar que no había tenido la oportunidad de conocer la última vez que entró a escondidas.

El espacio era amplio y elegantemente diseñado, el mármol que revestía la bañera se sentía diferente bajo su piel, más suave y resbaloso, como si cada rincón estuviera bañado en lujo a diferencia de todo lo demás en la casa y habitaciones, a su alrededor, muebles de madera fina de un color chocolatoso complementaban la decoración, aportando un aire acogedor y sofisticado.

El aroma fresco y limpio que impregnaba el ambiente envolvía a Taehyung, haciéndolo sentir cada vez más a gusto, cada inhalación parecía liberar un poco más de la carga que llevaba consigo, a medida que disfrutaba de la calidez del agua y de la atención cuidadosa de Jungkook, comenzó a darse cuenta de que había dejado atrás el sótano oscuro y las condiciones que lo habían agobiado durante días y toda la estancia en el lugar.

Jungkook vertió agua tibia sobre la cabeza de Taehyung, dejando que el líquido fluyera en cascada, cristalina, mientras el agua se deslizaba, el castaño podía sentir el efecto del champú que Jungkook había elegido: un aroma dulce a cereza que nunca había probado el pelinegro antes, la fragancia envolvía su mente, trayendo consigo un toque de frescura y calidez que contrastaba con los recuerdos de su pasado reciente.

Jungkook había tallado cuidadosamente el cabello de Taehyung, asegurándose de que cada hebra quedara bien impregnada con el producto, al instante, el aroma a cereza llenó el aire, creando un ambiente aún más acogedor y agradable al menos para Taehyung, aquel se dejó llevar por la experiencia, disfrutando del suave masaje en su cuero cabelludo y del calor del agua, en ese momento.

La calidez que Jungkook sentía en su pecho era extrañamente calmante que sin querer aceptarlo del todo le gustaba experimentar en ese momento, recordaba con claridad los días de angustia y orgullo herido, cuando temía que Taehyung pudiera alejarse de él, el día que escapó por la puerta, pero el castaño había llegado a un punto de dolor profundo, casi humillándose al suplicarle que no lo dejara, su voz cargada de emoción y vulnerabilidad que había presenciado de el hace unos momentos.

Recordó aquella declaración tan dramática que hizo, había resonado en Jungkook de una manera que le resultaba difícil de ignorar, aunque el sentimiento de satisfacción lo había sentido, había algo en la desesperación de Taehyung que lo había tocado en lo más profundo. Ahora, frente a él, con el agua tibia fluyendo y el aroma a cereza envolviendo el ambiente, Jungkook sentía una necesidad abrumadora de encontrar paz quizás solo un momento con su pequeño retoño.