Chapter 17

73 17 4
                                    


- Jefe, de verdad necesito irme. - supliqué, mi voz temblorosa.  - A este punto, Choi ya se habrá enterado que desaparecí, y me estará buscando como loco.-  balbuceé, mi voz temblorosa, mientras me encogia en un rincón del suelo, como un animal acorralado.

- Cierra la boca, o te arrancaré la lengua de raiz.-  me espetó con brutalidad, mientras emergía de la ducha, su cuerpo musculoso y empapado, envuelto solo en una toalla ajustada a su cintura. Su mirada era glacial, y su voz cortante.

Me sumí en un silencio absoluto, mi garganta secuestrada por el miedo, mientras mi jefe desaparecía en la oscuridad de una de las habitaciones. Mi mirada permaneció fija en el ventanal, hipnotizada por las luces lejanas de la ciudad, que centelleaban como estrellas en una noche sin luna.

El paisaje urbano se extendía ante mí como un tapiz de luz y sombra, pero mi atención estaba atrapada por el temor que me consumía. De repente, unos golpecitos suaves en la puerta resonaron en la habitación, como gotas de agua que caen en un estanque quieto.

Mi cuerpo reaccionó instantáneamente, encogiéndose en un acto reflejo de defensa. Me retiré hacia mi rincón, apretando mis rodillas contra mi pecho, como si tratara de proteger mi corazón de una amenaza invisible. Mi espalda se pegó a la pared, buscando refugio en la frialdad del muro. Mi respiración se volvió agitada, mi corazón latía con un ritmo desenfrenado, y mis ojos permanecían clavados en la puerta, esperando ver quién o qué se encontraba al otro lado.

La voz de Wang emergió desde las profundidades de su habitación, autorizando la entrada. Los dos hombres que habían estado esperando afuera, se materializaron en la puerta, abriéndola con un movimiento deliberado y cerrándola con una lentitud que parecía calculada para aumentar la tensión.

El primero de ellos, cruzó el umbral con una mirada rápida y precisa, que se posó en mí como un rayo. Su ojo escrutador me envolvió, y mi corazón se detuvo por un instante. Mi mirada, que había estado fija en la puerta, se desplomó hacia abajo, como si el peso del miedo me hubiera vencido.

Su compañero, entró detrás de él, con una presencia silenciosa y amenazante, que parecía llenar el espacio con una energía oscura.

- Disculpe, Jefe.-  dijo Baek con una reverencia casi imperceptible, - Le hemos traído lo que nos pidió.- Mientras hablaba, agitaba una bolsa de tela oscura en su mano, como si estuviera sacudiendo un objeto invisible.

Mi jefe emergió de la habitación, transformado en un hombre formidable con una camisa de vestir negra que parecía moldeada a su cuerpo. La abertura en V dejaba al descubierto una parte de su pecho, donde se entrelazaban intrincados tatuajes.

- Wooyoung -. me llamó con una voz neutra, sin emoción ni inflexión, mientras me arrojaba la bolsa con un movimiento brusco. La bolsa cayó al suelo con un golpe sordo, a escasos dos metros de mi posición, dependiendo de un eco vacío que resonó en el silencio de la habitación.

Me desplacé gateando hasta la bolsa, con movimientos silenciosos y precavidos. Al llegar a su lado, la agarré con rapidez, como si temiera que se esfumara en el aire. Mi mano se hundió en su interior y sacó una camisa de tirantes negra, perfectamente ajustada a mi talla.

Por un instante, dudé en quitarme la camisa que llevaba puesta, mi mente debatiendo entre la obediencia y la resistencia. Pero antes de que pudiera tomar una decisión, una voz cortante y autoritaria resonó, haciéndome sobresaltar.

- ¿Te gusta llevar mi líquido encima? - Wang me espetó con una sonrisa sarcástica, su voz cargada de desdén.
- Quítate esa camisa manchada de semen. - gritó.

Sometidos.ㅤ|    WSN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora