©ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ɴᴜᴍʙᴇʀ ꜱᴇᴠᴇɴ

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✿﹕🧩﹒┄﹒Game of glances

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El amanecer nos sorprendió en el bosque, apenas un par de horas después de habernos quedado dormidas cerca de la hoguera. Ellie y yo habíamos pasado la noche en silencio, pero ese tipo de silencio que no incomoda, que es más bien una especie de acuerdo no dicho. Cada tanto la sentía moverse a mi lado, girar un poco, y cada roce, cada suspiro de su parte me mantenía en alerta. Aun medio dormida, seguía consciente de su presencia, como si fuera lo único que importara en ese momento.

La luz de la mañana empezó a filtrarse entre los árboles, y yo, tratando de despejarme, me estiré un poco, sintiendo el frío en la piel. Abrí los ojos lentamente, y me encontré con Ellie mirándome fijamente, con una sonrisa torcida que me hizo hervir la sangre.

—Buen día, dormilona —dijo en tono bajo, casi en un susurro, sus ojos nunca apartándose de los míos.

—Buen día… —murmuré, aún un poco confundida. Mi mente repasaba el momento de la noche anterior, cuando había sentido sus labios sobre los míos, y me di cuenta de que todavía no estaba lista para enfrentar lo que había pasado. Pero Ellie no parecía tener dudas.

—¿Listas para continuar? —preguntó, estirándose con una sensualidad despreocupada, y no pude evitar fijarme en sus brazos, en cómo el sol hacía brillar los tatuajes de su piel. Era como si cada uno de sus movimientos estuviera diseñado para hacerme caer un poco más en esta atracción.

—Claro… sí. —Mi voz sonó débil, y no pude evitar apartar la mirada cuando la vi sonreír, una sonrisa pícara, como si supiera perfectamente el efecto que tenía en mí.

Mientras recogíamos nuestras cosas para seguir el camino, sentí su mirada fija en mí en todo momento. Cada vez que me agachaba para alcanzar algo o simplemente giraba para ver si ya estaba lista, ahí estaba Ellie, sus ojos siguiéndome con una intensidad casi hipnótica.

Durante la caminata, mantuvimos el ritmo, a veces demasiado cerca, a veces un poco más distanciadas, pero siempre sintiendo esa conexión, ese hilo invisible que nos mantenía unidas. Ellie aprovechaba cada momento para lanzarme alguna broma, para hacerme reír, y yo, como una tonta, respondía a cada gesto, a cada mirada con una sonrisa nerviosa. Ella se daba cuenta, claro que sí, y parecía disfrutarlo.

𝗜​ ​𝗪​𝗔​𝗡​𝗡​𝗔​ ​𝗕​𝗘​ ​𝗬​𝗢​𝗨​𝗥​𝗦​ ​⫻​ Ellie WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora