Capítulo 17: La Dificultad del Cambio

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Tras la emotiva primera etapa del lanzamiento del EP, Bocchi se encontró enfrentando una nueva serie de retos que venían de la mano con la creciente popularidad de su banda. Cada vez que subían al escenario o lanzaban una canción, se sentía un poco más la presión de cumplir con las expectativas, tanto del público como de las propias. Esta nueva fase era tan emocionante como intimidante, y aunque Bocchi había dado grandes pasos en su camino de sanación, el cambio que traía consigo la popularidad parecía despertar en ella viejas inseguridades.

Las miradas del público, los comentarios en redes sociales y las comparaciones con la banda original la hacían sentir vulnerable. A veces, las palabras y miradas parecían llenarla de dudas, cuestionando si estaba a la altura de lo que la Kessoku Band representaba. Sin embargo, detrás de sus temores, algo más profundo también comenzaba a crecer: el deseo genuino de hacer honor a la banda y a sus amigas mientras seguía adelante.

Cada ensayo era un recordatorio de que la Kessoku Band era algo más grande de lo que ella misma había anticipado. En los momentos en que estaba sola, solía analizar cada pequeño error, cada momento en el que sentía que podría haberlo hecho mejor. Las críticas en línea la afectaban más de lo que deseaba admitir, y aunque intentaba recordar que no podía complacer a todos, una parte de ella temía defraudar la memoria de sus amigas.

Sus nuevas compañeras, conscientes de las emociones que estaba enfrentando, le ofrecían su apoyo constantemente. Sora, en particular, siempre intentaba distraerla de sus preocupaciones, a menudo invitándola a tomar un café después de los ensayos y hablando sobre los recuerdos más divertidos de la banda. Mei, quien era nueva en la dinámica de grupo, se unía al apoyo emocional desde un lugar de empatía silenciosa, conectando con Bocchi a través de la música que compartían. Cada una intentaba ayudarla a mantener la calma y a centrarse en lo que realmente importaba.

n medio de este caos de emociones, Seika notó la lucha interna de Bocchi y decidió invitarla a charlar una noche después del ensayo. Sentadas en el club, Seika compartió historias de cómo era la banda en los inicios, cuando su hermana estaba viva y todo parecía más simple. Le confesó que incluso su hermana, a pesar de su confianza, también había experimentado miedos e inseguridades.

"No estás sola en esto, Bocchi," le dijo Seika, sus ojos brillando con una mezcla de nostalgia y orgullo. "Recuerda que esta banda no se trata de perfección. Es sobre compartir lo que eres con los demás. Sé que no es fácil... pero creo en ti, y ellas también lo harían."

Las palabras de Seika le ofrecieron a Bocchi una perspectiva más amplia y una especie de permiso para sentir lo que estaba experimentando sin juzgarse tanto. Seika había visto el dolor y la alegría que la música traía consigo, y su sabiduría ayudaba a Bocchi a comprender que la vulnerabilidad también era parte de la esencia de una banda.

A pesar de las dudas, la oportunidad de un concierto más grande y mediático se presentó, y Bocchi sabía que era un paso inevitable. La promoción del evento se volvió un recordatorio constante de lo lejos que había llegado, aunque también de lo que había dejado atrás. Esa noche, la sala estaba llena de rostros familiares y de otros desconocidos, todos esperando ver a la Kessoku Band en acción.

En el camerino, la tensión era palpable. Yui, con su tranquila presencia, notó la ansiedad de Bocchi y se acercó a ella, dándole unas palabras de ánimo. "Estamos juntas en esto. No importa si es perfecto. Lo único que importa es que nos demos el todo en el escenario." Bocchi asintió, agradecida por el apoyo de su compañera.

El concierto comenzó, y, en cada canción, Bocchi sintió el peso de las expectativas del público y de ella misma. Pero a medida que avanzaban, algo mágico ocurrió: la energía de sus compañeras, la conexión con el público y la pasión en la música la ayudaron a relajarse y a disfrutar del momento. Aunque algunos errores menores se colaron, el espectáculo fue un éxito, y Bocchi sintió que algo dentro de ella había cambiado.

Esa noche, al regresar a casa, Bocchi se sumergió en un sueño profundo y vivaz. En él, se encontró con sus amigas fallecidas, quienes la observaban con rostros llenos de orgullo y ternura. Nijika, Kita y Ryo le sonrieron y, sin palabras, le transmitieron un mensaje claro: estaban felices de ver cómo había crecido y cómo la banda seguía viva a través de ella y de sus nuevas integrantes.

Despertó con una sensación de paz y certeza. No estaba sola en este viaje; sentía a sus amigas cerca, como una fuerza intangible que la acompañaba en cada paso. Era como si, en el escenario, ellas también estuvieran tocando a su lado, apoyándola en silencio.

Los siguientes días estuvieron llenos de ensayos, presentaciones y experiencias compartidas. La banda, poco a poco, se fue consolidando, y cada miembro empezó a dejar su huella en la dinámica del grupo. Hina, con su estilo energético y único en el bajo, le daba un toque fresco a las canciones. Sora, con su precisión en la guitarra rítmica, brindaba estabilidad a cada presentación. Mei, con su presencia en el teclado, lograba añadir una profundidad que enriquecía la experiencia musical.

Bocchi empezó a ver que este nuevo Kessoku Band era una extensión del antiguo, pero también algo completamente nuevo y emocionante. En cada nota, en cada aplauso del público, sentía que estaba construyendo un puente que unía el pasado y el presente, permitiendo que la banda y sus recuerdos coexistieran en un mismo espacio.

Las inseguridades seguían ahí, pero ya no eran tan intimidantes. Al estar rodeada de personas que la apoyaban, Bocchi se sentía capaz de enfrentar el futuro con determinación y esperanza. Sabía que el camino aún tenía obstáculos, pero con cada paso estaba más segura de que quería continuar en él.

Bochi The Rock Alternative: El Resurgir de Las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora