Toji estaba ya a punto de salir de la escuela. Habían pasado varios meses desde su ingreso, y el fin de año estaba a la vuelta de la esquina. Sorprendentemente, sus notas no eran tan malas, gracias en gran parte a una persona insistente y entrometida que siempre estaba pendiente de él.
"¡Fushiguro, espera!"
Hablando del diablo, pensó con una mezcla de fastidio y resignación. Se giró y ahí estaba, acercándose a él como siempre. "¿Qué pasa, mocosa?" soltó con tono despreocupado.
Momo frunció el ceño. "Deja de llamarme así. Tenemos la misma edad."
"Está bien. ¿Entonces qué pasa, cerebrito?" respondió con una sonrisa burlona. Ella puso los ojos en blanco.
"Solo llámame por mi nombre," insistió, cruzando los brazos con paciencia agotada.
Él se quedó mirándola unos segundos, como si estuviera tratando de recordar algo complicado. "... ¿Cuál era?"
Momo soltó un suspiro, exasperada. "¡Eres terrible! Es Momo, Yaoyorozu Momo. Nos conocemos desde hace meses. Soy la única que te habla. Al menos podrías recordar mi nombre."
Toji soltó una sonrisa despreocupada. "Cierto, Momo... lo recordaré."
Momo, sin esperarse una respuesta tan sencilla, suspiró y le echó una rápida mirada. "En fin, ¿quieres venir a comer a mi casa? Mi madre dijo que podía invitar a un amigo... y, bueno, pensé en ti."
Toji levantó una ceja, sorprendido. "¿Comida gratis? Me apunto," dijo con una sonrisa ladina.
Momo no pudo ocultar una sonrisa de alivio. En realidad, pensó que la rechazaría. "¡Bien! Vamos, el auto nos está esperando."
Toji parpadeó. "¿Tienes auto?"
Ella se detuvo, como si fuera obvio. "El chofer que siempre me viene a buscar."
Él la miró y sonrió con ironía. "Claro... casi todos aquí son ricos. Me das asco. Comparte un poco."
Momo le lanzó una mirada molesta. "¿Quién siempre paga tu almuerzo?"
Toji, lejos de sentirse avergonzado, le sonrió con burla. "Nunca te lo pedí. Más bien, pareces encantada de hacerlo."
Ella se sonrojó. "Entonces no lo haré más," replicó, intentando sonar molesta.
Él solo se encogió de hombros. "Está bien, nunca comeré un almuerzo de aquí a graduarme."
Momo resopló, exasperada. "Eres un manipulador." Y, resignada, comenzó a caminar hacia el auto. "Ya vámonos."
Toji la siguió sin más. Al llegar al auto, el chofer los observó con desaprobación evidente. Toji, notándolo, soltó sin reparo: "¿Qué miras, bigote?"
El hombre se sobresaltó un poco, pero Momo intervino rápidamente. "Es un invitado, perdona sus modales... vino así de fábrica." El chofer bufó, y sin más, fue hacia el asiento delantero, dejando a ambos en la parte trasera.
Cuando ya estaban acomodados, Toji preguntó: "¿Queda lejos?"
Momo negó con la cabeza. "Unos minutos en coche. Está un poco a las afueras de la ciudad."
"Entonces está lejos. Despiértame cuando lleguemos." Sin esperar respuesta, se recostó en el asiento y cerró los ojos, listo para dormirse.
Momo lo observó y suspiró, resignada. Al final, con Toji era inútil esperar un comportamiento diferente. El chofer, mirándolos a través del retrovisor, solo negó con la cabeza antes de arrancar.
Luego de unos minutos, Momo lo sacudió ligeramente. Toji, con un bostezo, se estiró y abrió los ojos, todavía medio dormido.
"Ya llega... ¿mos?" La última palabra se le quedó atrapada en la garganta al ver la enorme mansión frente a él. Observó la impresionante edificación con incredulidad. "Oye... esta es... ¿tu casa?" Su voz con duda resonando en el aire.
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Toji en My Hero Academia
FanfictionToji Fushiguro, el asesino de hechiceros , muere en batalla a manos del poderoso Satoru Gojo, dejando atrás un oscuro legado y un hijo que apenas llegó a conocer. Sin embargo, su historia no termina ahí. Cuando Toji abre los ojos nuevamente, se encu...