Capítulo 10🦋: Atrapados en el ascensor.

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Mientras abría la tienda me encontraba en una guerra mental difícil de afrontar. Estaba en serios problemas.

Primero porque Gabe tenía la peor opinión de mí.

Segundo porque debía de alguna manera convencer a la banda de que tocara en la fiesta.

Tercero porque era la alumna menos favorita de la odiosa profesora de literatura.

De repente, mientras agachaba la cabeza en el mostrador se escuchó el sonido de la puerta de cristal abrirse.

Equis, claramente.

Unos cigarrillos Salems.— Dijo colocando las monedas sobre el mostrador.

— Aún no te he dado la cuenta.

— ¿Acaso no ves que el precio está debajo de cada caja?

Sintiéndome una idiota ignoré su comentario.

— ¿No has pensado en dejar de fumar?— Pregunté extendiéndole la caja.

— ¿Te importa lo que pienso?— Me la arrebató como de costumbre.

— ¿Acaso fumas cualquier cosa que aparezca en tu camino?

— ¿Acaso he pedido tu opinión?

Algo molesta guardé silencio, presioné los labios y me senté en la banqueta.

— No.— Respondí mirándolo a los ojos con indiferencia.

— Perfecto, entonces me iré.— Respondió altaneramente dirigiéndose a la puerta. — Irás... ¿Irás esta noche?— Se detuvo en el umbral.

— Es porque los chicos quieren que vaya... ¿No?

— Por supuesto.— Respondió frunciendo el ceño, con las manos dentro de los bolsillos del suéter.

— Pues... Dile a los chicos que lo siento mucho, pero hoy no. Tuve problemas en la Universidad.— Expliqué.

— Yah.— Emitió un sonido para luego cerrar la puerta y abandonar el lugar.

En verdad me gustaría reírme un poco con lo chicos... Pero mejor será que hoy no. Además, aún no tengo idea de cómo hablarles de la metedura de pata que cometí.

Llegadas las 12:00 de la noche, luego de recibir el pago otorgado por mi jefe, caminé hacia el edificio con muchas ganas de adentrarme en el pasillo oscuro y colarme donde la puerta con la calavera.

¿Debería llegarme aunque sea unos minutos?

No, mejor no.

Al día siguiente, 7:00 de la mañana.

Me encontraba de pie frente al espejo, observando la camisa de Equis que yacía encima de la mesita de noche.

— ¿Qué usaré hoy?

Equis dice que soy toda una chica básica. ¿Qué tal si le demuestro lo original que puedo llegar a ser?

Revisé el guardarropas de arriba a abajo, buscando diferentes accesorios para mezclar y crear un nuevo outfit.

Un vestido azul marino plisado con unos tacos bajos de color rosa pálido, acompañado por una chaqueta negra y unas mallas.

En cuanto al maquillaje decidí intensificar el rubor y el delineador, también usé un labial rosa pálido. Y me dejé el cabello al natural.

Listo.

Luego de agarrar la mochila, la camisa de Equis y cerrar el apartamento, me dirigí al piso de abajo para devolverle su pullover/polera.

Equis. (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora