VI

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23 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆, 2022

narra Paulo:

Hoy estuvimos toda la mañana entrenado, Scaloni quería que estuviesemos bien para el partido contra México.

Yo compartía cuarto con Lean paredes.

Mientras nos estábamos preparando para ir a la sala de juegos entran el cuti, licha y el dibu.

-Buenas- dijo el dibu.

-¿Qué hacen acá? ¿No era que nos esperaban en la sala de juegos?-dijo paredes medio confundido.

-Ya sabemos, pero queríamos proponerles algo.

-Uy a ver cuenten. -dije riéndome por como estaban parados.

Los tres estaban con los brazos cruzados levantando las cejas y abriendo bien grande los ojos.

Eran 3 personajes.

-Bueno. Les veníamos a decir que hoy a la noche vamos a cenar a un restaurante acá cerca, volvemos temprano. Lio no se va a dar cuenta.-Dijo licha hablando por los tres.

-Por mi sí, pero, ¿van ustedes o alguien más - dije mientras agarraba el celu.

-No no. Vamos nosotros tres junto con Rodri, Julián, Enzo y Taglia.

-Los otros viejos amargos no vienen, prefieren quedarse a descansar.- interrumpió el cuti.

-Yo voy. - respondió Lean.

-Perfecto. A las 20 los esperamos abajo vayan lindos a ver si se encuentran al amor de su vida- dijo licha guiñandome el ojo mientras salía de la habitación.

Salieron los tres por la puerta, yo esperaba a lean que estaba en el baño.

Sí, estaba soltero. Hace unos meses me habia separado de Antonella, simplemente descubrí que me estaba metiendo los cuernos y me separé.

Últimamente nuestra relación no iba para mucho más.

No me dolió separarme de ella.

No estaba buscando el amor, quería enfocarme en el fútbol y conmigo mismo.

-Dale vamos.

















































Pasamos la tarde jugando a la play, a los bolos, el truco y tomando mates mientras haciamos chistes malisimos.

Cuando regresamos a la habitación me adelanté y me bañé primero.

Al salir me puse una bermuda de jean junto a una remera blanca de balenciaga y unas zapatillas de adidas blancas con líneas azules.

Ya estabamos listos los dos, me llegó un mensaje del dibu diciendo que ya estaban abajo.

Me puse perfume y bajamos.

-Ay miren quien llegó, la joya. -Dijo Rodri con su tono de voz tan característico.

Me reí y los saludé a todos.

Pedimos un taxi, al subirnos le dimos la dirección y nos llevó al restaurante.

Cuando llegamos nos dieron una mesa.

Pedir la comida fue un quilombo.

Rodri quería hacerse el canchero hablando en inglés y nos pidió que no lo ayudaramos.

-helou we comer, eat- dijo Rodri haciéndonos reír.

El mozo lo miró con cara confundida sin entender.

𝑪𝒐𝒏 𝒗𝒐𝒔 𝒚𝒂 𝒈𝒂𝒏𝒆́ | 𝑷𝑨𝑼𝑳𝑶 𝑫𝒀𝑩𝑨𝑳𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora