IX

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narra Ana:

Hoy jugaba Argentina, lo único que esperaba era que todo saliera bien y que por primera vez no cruzarme al futbolista.

Me caía tan mal que ni siquiera lo podía mirar, lo que si sentía era cierta tensión. Pero de seguro era por el odio que le tenía, no sabía si él también lo estaba.

Me importaba poco, yo sólo vine acá para disfrutar de mi colaboración con una de las marcas más privilegiadas en el mundo del modelaje.

Con los chicos nos preparamos y fuimos camino al estadio.

Mostramos las entradas y nos sentamos en nuestro lugar.

Jugábamos contra Polonia, era un rival complejo.

Comenzó el partido y Argentina venía bien, con la posición de la pelota, hasta que en el minuto 46 casi antes de terminar el primer tiempo Alexis Mac Allister mete gol.

Toda la hinchada festejó.

Empieza el segundo tiempo y venimos bien.

A los 67' del segundo tiempo Leo Messi mete el segundo gol.

Terminó el partido con victoria Argentina.

Les dije a los chicos que tenía que ir al baño y que después nos encontrábamos en el club, porque sí, querían ir a festejar el triunfo argentino.

Mientras iba en camino al baño no me di cuenta por dónde caminaba, hasta que me choqué con alguien.

—Perdón— dije avergonzada.

—Otra ves vos— dijo una voz que reconocí al instante.

"No puede ser" 

—Sí, y si me disculpas tengo que ir al baño.

Me corrí y sentí como su mano agarraba mi brazo suavemente. Al sentir su tacto una banda de escalofríos aparecieron en mi cuerpo.

—¿Qué haces?— pregunté 

—Nada, te lo pregunto a vos, ¿por qué me tratas tan mal?

—Ya te expliqué los motivos.- Respondí segura.

—Pero si no me conoces.

—Ya se, pero lo intuyo en tus acciones y cara.

—Primero deberías conocer a las personas antes de hablar.

Tenía razón, lo estaba juzgando sin conocerlo. Pero yo no iba a caer tan fácil.

—No me interesa conocerte, suficiente tuve que me hayas golpeado la cabeza y me hayas mojado la ropa.

—Yo tampoco tengo ganas de conocerte.

—Y entonces, ¿para qué me hablas?

—Bien, te lo recuerdo. Tenemos que trabajar juntos.

Me había olvidado completamente y eso me tomó por sorpresa.

—¿Qué?— Al ver que yo me había olvidado, y cuando se dio cuenta contaatacó. —Ay no me digas que a la chica perfecta se le olvidó— dijo en tono de broma mientras se reía.

—Tengo muchas cosas en la cabeza como para estar pensando en algo que no me importa- en realidad si me importaba el trabajo, pero yo hablaba de él.

—¿No te importa tu trabajo?

—Sí, pero yo hablo de vos.

—Dale, no me digas que no tenes ganas de trabajar conmigo, se te nota en la cara.

Esas palabras me sorprendieron, pero estaba completamente equivocado.

—Que egocéntrico que sos, date cuenta que no sos la única persona en el mundo que trabaja para Adidas.

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⏰ Última actualización: Nov 19 ⏰

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𝑪𝒐𝒏 𝒗𝒐𝒔 𝒚𝒂 𝒈𝒂𝒏𝒆́ | 𝑷𝑨𝑼𝑳𝑶 𝑫𝒀𝑩𝑨𝑳𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora