El hecho de que Selena cantara con tanta tranquilidad en el escenario era apenas natural, puesto que había estado cantando desde niña. Su padre, Abraham Quintanilla, era un mexicano-americano de segunda generación con aspiraciones musicales propias. A comienzos de los años sesenta fue cantante de una banda llamada Los Dinos. Abraham y su grupo lograron que una de sus canciones se trasmitiera por la estación de radio de música pop de Corpus Christi y se convirtiera en un éxito, pero cuando no pudieron quedar en el Top 40, Los Dinos cambiaron a música tejana y tocaban en salones de baile. Al final, Abraham dejó la música para mantener a su esposa Marcella y a sus hijos y entró a trabajar a Dow Chemical Company en Lake Jackson, Texas.
El hecho fue que Abraham dejó de interpretar música, pero nunca dejó de amarla. Es posible que fuera todos los días a trabajar a la planta química, pero aún tocaba la guitarra por la noche, después del trabajo. Selena venía y se sentaba a escucharlo. Para cuando tenía seis años, ya cantaba sola —y Abraham reconoció de inmediato su talento.
Como diversión, principalmente para él mismo, Abraham decidió convertir el garaje en una sala insonorizada para la banda de la familia. Enseñó al hermano mayor de Selena, A.B., a tocar el bajo. También enseñó a Suzette, la hermana mayor de Selena a tocar la batería en la banda —fue algo contra lo que Suzette luchó constantemente al principio porque pensó que para una mujer ser baterista era algo extraño. Abraham persistió en su misión a pesar de todo y pronto la banda de la familia ensayaba al menos media hora diaria en el garaje.
Sin embargo, este pasatiempo no satisfacía totalmente la inquietud creativa de Abraham. Cuando un amigo le dijo que el pueblo de Lake Jackson necesitaba un buen restaurante mexicano, alquiló un local y comenzó a servir auténtica comida mexicana —amenizada por las canciones de Selena acompañada por A.B. y Suzette en sus respectivos instrumentos. A.B. y Suzette estaban ya en la secundaria para ese entonces y aún se resistían a la idea de tocar música tejana, sobre todo porque muchos de los muchachos que conocían en la escuela venían a comer con sus familias al restaurante de su padre. A Selena no le importaba. Era apenas una niña de nueve años que se divertía.
El negocio prosperó lo suficiente como para permitirle a Abraham renunciar a su trabajo en Dow. Entonces, cuando vino la recesión, lo perdió todo. La familia tuvo que mudarse adonde el tío Eddie de Selena, que vivía en un remolque en El Campo. Sólo iban a la tienda de víveres en la noche porque Abraham no quería que nadie supiera que su familia recibía estampillas para reclamar alimentos. Durante un tiempo manejó un camión de volteo para ganarse la vida, luego buscó un mejor futuro en Corpus Christi, donde los Quintanilla pudieron vivir con su hermano Héctor. Trece personas vivían en la casa y la familia de Selena tenía sólo un dormitorio. Abraham tampoco pudo encontrar trabajo en Corpus, por lo que recurrió a lo único que sabía hacer: música. Bautizó a la banda de la familia como Selena y Los Dinos, en homenaje a su antigua banda y aceptó cuantos contratos pudo encontrar, a cambio de alguna remuneración, en California y Florida: en salones de baile populares y sociales, pistas de patinaje, salones de la VFW (una organización de veteranos de guerras extranjeras), lo que fuera. Selena tuvo que aprender a cantar en español —idioma que ni siquiera hablaba. A.B. tocaba el bajo y comenzó a escribir y a hacer los arreglos de canciones para la banda. Suzette tocaba la batería y Abraham contrataba otros músicos, según fuera necesario.
Abraham mantenía a su familia en parte ayudando a su hermano menor Isaac a manejar su negocio de transporte de carga. Pero todos los fines de semana llevaba a toda su familia en una vieja camioneta a la que enganchaba un remolque para el equipo y salían a tocar en cualquier lugar donde los recibieran. Al comienzo, escasamente lograban cubrir sus gastos.
Poco a poco, fueron consiguiendo más presentaciones y Abraham pudo comprar un autobús —un Eagle 64 que la familia bautizó “Big Bertha”. El autobús estaba en mal estado, no tenía calefacción, aire acondicionado, baño, agua corriente ni dirección hidráulica. En el invierno, Selena y su familia dormían cerca del motor para calentarse; en verano era casi insoportable.
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selena, con amor - -- chris perez
RomansaEsta historia real no me pertenece, le pertenece al sr. chris perez. solo quiero compartir este libro con ustedes.