El día avanzó lentamente, y Hanni mantuvo su actitud de indiferencia hacia mí. Mientras los profesores pasaban lista y explicaban las lecciones, ella parecía estar en su propio mundo, burlándose de las preguntas de los demás y lanzando miradas desinteresadas. A pesar de mi mejor esfuerzo por concentrarme en la clase, no podía dejar de sentirme frustrada por su actitud. Estaba tan acostumbrada a la rivalidad que habíamos construido que ver su desdén me resultaba extrañamente decepcionante.
Finalmente, la clase llegó a su fin, y el profesor, con su voz autoritaria, llamó a la atención de todos.
—Minji, Hanni, quédense un momento —dijo, mirándonos fijamente.
Ambas nos miramos con sorpresa y un poco de confusión. ¿Por qué solo nos llamaba a nosotras? Mis pensamientos empezaron a girar rápidamente mientras nos acercábamos a su escritorio.
—¿Qué hicimos? —pregunté, alzando una ceja.
El profesor se cruzó de brazos y nos miró con seriedad.
—Las dos son las mejores de la clase, y lamento informarles que aún no han entregado el proyecto que les asigné.
—¿Qué? —exclamó Hanni, sorprendida—. Todavía falta un mes para eso.
El profesor asintió, su expresión inamovible.
—Sí, pero también quiero abordar un problema que ha existido desde el primer año. La rivalidad entre ustedes dos ha sido... estúpida. No debería haber un conflicto por una materia que, al final del día, no define quiénes son.
Minji y Hanni intercambiaron miradas, mi corazón se detuvo por un instante. Nunca había visto a Hanni tan confundida como ahora, y eso me dio un atisbo de esperanza.
—¿Y por qué tenemos que pasar tiempo juntas? —replicó Hanni, cruzándose de brazos y alzando la barbilla con desafío—. No aguanto estar con Minji.
Las palabras salieron de su boca sin pensar, y el ambiente en el aula se tornó tenso. Pude sentir cómo la sangre se me subía a la cabeza, y la ira empezaba a burbujear dentro de mí.
—Escucha, Hanni, no estoy aquí para hacerte la vida difícil —respondí, intentando mantener la calma, pero con cada palabra me sentía más herida.
El profesor frunció el ceño, su voz se hizo más firme.
—Lo que les sugiero es que trabajen juntas para completar el proyecto. Pasar tiempo juntas podría ayudarles a superar su rivalidad. Necesitan entender que no se trata solo de competir, sino de colaborar y aprender la una de la otra.
Hanni resopló, claramente frustrada.
—Eso no va a pasar, profesor. No quiero pasar más tiempo con ella del que ya he tenido.
—Quizás si se dieran la oportunidad de conocerse más allá de la competencia, verían que no todo es una batalla —dijo el profesor, tratando de ser comprensivo.
Me sentí atrapada en una burbuja de tensión. Miré a Hanni, tratando de averiguar si había alguna parte de ella que estaba dispuesta a escuchar. Pero su rostro reflejaba pura resistencia.
—No hay manera de que eso funcione. No soy amiga de Minji, y no tengo intención de serlo. —Hanni se cruzó de brazos, y su postura defensiva no dejaba lugar a dudas sobre su desinterés.
—Hanni, por favor, es solo un proyecto. No tengo ningún problema en trabajar contigo, pero si este es un intento de que nos llevemos mejor, es un mal chiste —dije, tratando de mantener la compostura, aunque la frustración me quemaba por dentro.
El profesor nos miró, con una mezcla de comprensión y preocupación.
—Este es un requisito, así que tendrán que resolverlo. Al final, todo dependerá de ustedes. —Con un gesto, nos despidió—. Nos vemos mañana. Y recuerden, la próxima vez que hablen, que sea en términos más amistosos.
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Amor a Primera Discusión (Bbangzas)
RandomMinji y Hanni tienen una relación complicada. Todo comenzó con una discusión, pero pronto se convierte en algo más profundo. En un juego constante de provocaciones y desafíos, ambas descubrirán que los sentimientos pueden ser tan intensos como los c...